Usted está aquí: lunes 11 de diciembre de 2006 Opinión Balance de la Jornada

Balance de la Jornada

Carlos Hernández

El de Chivas, un triunfo para el futbol ofensivo

Ampliar la imagen El choricero Sinha observa con desaliento la euforia de los jugadores del Guadalajara por el titulo conquistado Foto: Víctor Camacho

pesar de Jorge Vergara, el título de Chivas será importante para el futbol mexicano. Más allá de las promesas incumplidas del magnate, la hazaña del cuadro tapatío es un triunfo del juego ofensivo que agrada a los aficionados y una revalorización del futbolista nacional.

En un medio en el que los directivos gastan miles de dólares en Sudamérica cada seis meses, lo que significa sobre todo un negocio redondo para muchos implicados, es de destacar la victoria de un cuadro como el Guadalajara.

Aunque por momentos contó con lo que se llama la suerte del campeón ­por ejemplo en su serie ante Cruz Azul, en la que se benefició por los errores de Miguel Sabah y del silbante Manuel Glower­, el Rebaño Sagrado es digno campeón y obtuvo el título respetando su estilo.

Y la coronación se da como en un guión de melodrama: en el año del Centenario del equipo y con los recientes fallecimientos del padre de Oswaldo Sánchez y la madre de Adolfo Bautista, dos de los baluartes del campeonato, que llevaron la motivación en dos leyendas: "Don Felipe" y "My Angel".

El chiverío ingresó a la liguilla como octavo clasificado, pero sólo lo separaron cuatro puntos del superlíder Cruz Azul, lo que reflejó un torneo muy parejo, que algunos definieron como irregular. Y aunque el Toluca fue superlíder la mayor parte del tiempo, los rojiblancos ofrecieron los destellos de calidad.

Además en las finales tuvieron que definir sus tres series como visitantes, lo que refleja un equipo compacto que tiene varios años jugando junto y que con el título empezará la desbandada, encabezada por Oswaldo a Tigres.

Se dice que en este momento están festejando "la mitad más uno de los mexicanos". Pero más allá de simpatizar o no con el equipo más popular de nuestro balompié es positivo que esta vez no haya ganado el futbol mezquino que representa el Toluca del Tolo Gallego.

Los Diablos Rojos son el equipo más exitoso de los tiempos recientes y se recuerda con agrado aquel Toluca del Ojitos Meza, pero los choriceros del técnico argentino sólo han llevado trofeos a las vitrinas y no aficionados a las gradas.

El mexiquense es un cuadro que sale a no perder y a no dejar jugar. La mayoría de las veces lo logra basado en un trío desequilibrante (Sinha, Sánchez y Marioni) que saca provecho del espacio amplio y la desesperación del rival. Ayer arañó la corona cuando se fue arriba en el marcador y había controlado al Bofo Bautista.

Sin embargo, a los tapatíos les bastaron 45 minutos para conseguir su undécimo campeonato y convertirse, otra vez, en el equipo más ganador de la historia.

El gol del empate les llegó con muy buena fortuna. Apenas al iniciar el complemento, cuando peor estaban jugando y en una acción a balón parado, pero a partir de ahí se decidió la final. Toluca, un equipo creado para defender y contragolpear, no supo cómo atacar cuando tuvo necesidad de hacerlo.

De destacar la actuación del temperamental Bofo. Es el creativo del equipo y si lo sujetan como lo hizo un tiempo el Tolo, Chivas reduce su potencial. El ariete coronó un gran torneo con un gol de calidad que significó el anhelado título y podrá olvidar así el desplante que hizo a su técnico cuando fue relevado ante el América.

Bautista, podría decirse, es el sucesor de Cuauhtémoc Blanco, pero deberá cuidar que sólo lo sea por su calidad en la cancha, y no por sus desplantes fuera de ella.

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