Usted está aquí: martes 12 de diciembre de 2006 Cultura Carolia Paniagua presenta exposición antológica en el museo Alfredo Zalce de Morelia

Incluye 60 obras entre tintas, collage y pintura creadas de 1978 a la fecha

Carolia Paniagua presenta exposición antológica en el museo Alfredo Zalce de Morelia

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen Carolia Paniagua, en entrevista con La Jornada, platicó de su reciente crisis creativa que la llevó ''a un vacío muy fuerte, a pensar que había perdido la capacidad, que no iba a poder pintar nunca más'' Foto: Luis Humberto González

Su primera crisis en torno de la pintura ocurrió, inclusive, antes de dedicarse a ese arte. Conocida por sus figuras femeninas, Carolia Paniagua había estudiado la carrera de sicología para complacer a su familia, pero también ingresó a la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Al salir de San Carlos, le entró la duda: ¿hago la maestría en sicoanálisis o ejerzo la pintura? Y ganó la pintura.

Gracias a una invitación para exponer en el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, de Morelia, Michoacán, la artista retoma la pintura después de un receso de casi dos años, debido a problemas de salud.

La exposición antológica Carolia Paniagua, esas pequeñas cosas, integrada por 60 piezas, entre tintas, obra gráfica, collage y pintura, que abarcan desde 1978 hasta el presente se inauguró el pasado viernes.

Durante ese impasse hasta pensó que había dejado de ser pintora, al grado de considerar en volver a dar terapia.

La invitación a exhibir su obra en ese museo de la capital de Michoacán, sin embargo, la puso de nuevo en el camino porque ''me ofrecieron todo el segundo piso; entonces, advertí que debía volver a pintar y llevar mucha obra". Retomar el pincel le costó mucho trabajo pero, se dijo, ''voy a pintar lo que me salga, voy a respetarlo, no lo voy a enjuiciar. Por primera vez pinto sin un tema. Normalmente mis exposiciones son temáticas".

­¿Por qué no podía pintar?

­Era una crisis creativa en forma de vacío. No sentía que tuviera nada que decir. En mi taller me paraba frente al lienzo y no se me ocurría nada, ni en colores ni en formas. Era un vacío muy fuerte, me espanté, pensé que ya no era pintora, que había perdido la capacidad, que no iba a poder pintar nunca más.

''A veces quería hacer el esfuerzo. Decía, voy a pintar aunque sea a fuerza, aunque no tenga ganas, pero no podía asir el pincel. Mi taller estaba abandonado. Iba todos los días, dibujé, eso sí. Pero no sentía ni la necesidad ni el placer de hacerlo. No lo pude hacer a fuerza como disciplina, porque a veces aunque no hay pasión, hay disciplina."

Manejo del acrílico como óleo

Redescubrirse como pintora, para Carolia Paniagua ha sido como un ''renacimiento".

También se esperaría que la obra de este renacer fuera nueva, sin embargo, sigue siendo las mujeres. Hace unos años Carolia pasó una temporada en Oaxaca, tiempo en el que aprendió a trabajar con las tierras y el óleo ­por lo general pinta con acrílicos­. De pronto, se le antojó trabajar en abstracto y con lo matérico. Una intoxicación, no obstante, la hizo alérgica al aguarrás.

Cabe mencionar que como ya no podía usar el óleo, empezó a experimentar con cemento, con blanco de zinc, con yeso, arena y pequeñas piedras.

Además, se había ido a Barcelona donde visitó la Fundación Tàpies, que ya conocía, pero esta vez ''me dejó asombrada como si viera su obra por primera ocasión. Me fascinó el uso que hace de la materia". A la larga, la artista extrañó pintar la figura.

Algo, pues, le dejó el trabajo matérico. Explica: ''Aunque no se nota, pinto en forma diferente, porque antes daba volúmenes o tonos, con pastel, pero ahora manejo el acrílico como si fuera óleo. Es un poco difícil porque se seca muy rápido, pero trato de que todas las sombras, los medios tonos, sean con pintura también, no sólo con pastel.

''De pronto sentí que iluminaba espacios. Ahora, muchas veces empiezo ni siquiera con un dibujo en la tela. Ahora el color me da la forma, cuando antes el dibujo me los sugería".

Carolia Paniagua agrega que le gustaría volver a pintar como en su obra temprana, cuando no le importaba si las proporciones anatómicas eran correctas, si una mano era más grande que la cabeza.

 
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