Usted está aquí: martes 12 de diciembre de 2006 Sociedad y Justicia Al banquillo, libro de ética del ministro Azuela

Al banquillo, libro de ética del ministro Azuela

Censura minifaldas, escotes, diversiones; tufo inquisitorial, le advierten en la SCJN

JESUS ARANDA

"Una secretaria particular de un órgano jurisdiccional o unidad administrativa asiste a su trabajo vestida con minifalda, escotes pronunciados y/o ropa transparente. ¿La vestimenta cumple con la virtud del decoro?", cuestiona el manual El Código de Etica del Poder Judicial de la Federación al alcance de todos.

La respuesta en este libro de 255 páginas, cuyo tiraje es de 30 mil ejemplares, no deja duda sobre la intención que tuvo el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) al elaborarlo: "No, la secretaria particular debe acudir vestida seria y recatadamente a su trabajo para cumplir con esta virtud".

Sin embargo, la edición, la cual incluye una carta del ministro presidente Mariano Azuela Güitrón, quien además aparece como autor del manual, mereció una dura crítica de los cinco ministros de la primera sala de la Suprema Corte. Reprochan al ministro presidente que un proyecto "con motivaciones legítimas" corre el riesgo de operar "como un instrumento inquisitorio y de censura hacia la vida privada y la legítima diversidad de opiniones que los servidores públicos pueden tener respecto de asuntos ajenos a sus responsabilidades profesionales"

En una misiva que fue entregada el 29 de noviembre en la oficina del ministro presidente Azuela Güitrón, los ministros que integran la primera sala: Olga Sánchez Cordero, Juan N. Silva Meza, Sergio Valls Hernández, José de Jesús Gudiño Pelayo y José Ramón Cossío, censuran también que el formato utilizado en el libro ­que incluye caricaturas, crucigramas, laberintos, juegos de flechas, relatos, etcétera­ "termina por caricaturizar un tema de la mayor importancia".

Concluye la carta: "Nos preocupan las posibles implicaciones que pueden derivar de difundir sus contenidos a través de obras con las características que nos hemos permitido apuntar, partiendo del necesario respeto a la vida privada de las personas que laboran en el Poder Judicial de la Federación".

Los cinco ministros enfatizan en que ''los aspectos que se inscriben en el ámbito estrictamente privado de la vida de las personas no tienen impacto alguno en su desempeño profesional".

La protesta de los ministros, cuya copia está en poder de La Jornada, subraya que son cuestiones estrictamente privadas: ''las actividades de entretenimiento en días y horarios fuera de la jornada de trabajo, cuestiones relacionadas con la vestimenta, la forma de hablar en contextos coloquiales, la utilización o no de agendas para la planeación de actividades pendientes, la manera de actuar ante los comentarios de terceros sobre la institución, la educación cívica de los hijos, etcétera".

El ejemplar, editado por la Dirección de Comunicación Social del Consejo de la Judicatura Federal, contiene referencias a los principios básicos establecidos en el Código de Etica y no hace mención, por ejemplo, a los conocidos casos en la Judicatura Federal y en la Suprema Corte en donde, gracias al apoyo que se dan unos y otros ­desde ministros y consejeros hacia abajo­, hay gran cantidad de padres, hijos, hermanos, primos, sobrinos en la nómina de la judicatura federal.

Entre los temas que sí aborda el texto está el apartado sobre el "decoro" ­que incluye el tema de las minifaldas, escotes y blusas transparentes­, en el que se cuestiona:

"Si un servidor público del Poder Judicial acude a algún lugar de los llamados table dance, ¿cumple con la virtud judicial del decoro?". En la parte de respuestas a los interrogantes, la respuesta es simple: "No actúa de conformidad con esa virtud".

En el rubro de "patriotismo", se hace la pregunta: "un defensor de oficio va a una ceremonia en el colegio en el que estudia su hijo. Al rendirse honores a la bandera se pone a platicar y a burlarse, ¿su comportamiento cumple con la virtud judicial del patriotismo?". Y también pregunta: "si un consejero de la Judicatura Federal en un discurso pronunciado en una ceremonia oficial pide respeto a las leyes, a las resoluciones judiciales y las instituciones públicas, ¿está actuando con patriotismo?".

En el primer caso, se dice que "no cumple con la virtud judicial", y en el segundo se dice que "sí actúa conforme a esta virtud, ya que debe difundir y promover el patriotismo entre los ciudadanos".

Diplomado express

En el forro posterior de este libro, se incluye un diploma de tamaño carta que dice: "El Poder Judicial de la Federación otorga el presente diploma ­aquí se reproduce el nombre del funcionario al que está destinado el texto­, por haber acreditado el serio estudio del código de ética del PJF y, con ello, haber demostrado su preocupación, y firme propósito de actuar en su trabajo cotidiano conforme a sus principios y virtudes, y para el bien de México", y suscribe el ministro Mariano Azuela Güitrón.

Pero además de este manual, los funcionarios y empleados de la Judicatura Federal recibieron otro texto que se denomina El código de ética del PJF al alcance de todos, en el que también se incluyen ejemplos de conducta correcta e incorrecta.

Y como una conducta a seguir está la siguiente: "un oficial judicial, de religión católica, tiene un compañero de intendencia de religión judía; sin embargo, le brinda su amistad y lo trata con amabilidad y respeto, ya que, independientemente de sus ideas religiosas, es una persona con dignidad y, además, muy educada y agradable".

Un ministro consultado reconoció que los libros referidos se han convertido en el tema del día, y cuestionó: "¿por qué no el de religión católica era el de intendencia?".

 
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