Usted está aquí: viernes 29 de diciembre de 2006 Espectáculos Harlem despidió a su hijo pródigo, a su Elvis negro

Multitudinario adiós a Brown en el teatro Apollo

Harlem despidió a su hijo pródigo, a su Elvis negro

"Michael Jackson no es nadie a su lado", clamor popular

AFP

Ampliar la imagen Seguidoras de todas edades se dieron cita en el funeral Foto: Reuters

Nueva York, 28 de diciembre. "El rey está muerto, viva el rey", escribió en un papel un hombre perdido en la multitud que acudió a dar el último adiós a James Brown: Harlem se despidió el jueves de su héroe, padrino de la música soul y cantor del "orgullo negro".

Frente al teatro Apollo, la muchedumbre se apiñó horas antes de la apertura de la sala de conciertos, donde los restos del cantante, fallecido el lunes, día de Navidad, serían expuestos al público.

El homenaje buscaba ser digno de la leyenda. El mítico teatro, que hasta ahora nunca había albergado el velorio de ningún artistas, abriría sus puertas a media jornada, luego de que el cortejo funerario ­una carroza blanca tirada por dos caballos blancos­ atravesara el barrio.

Stuart Gray, un ingeniero de sonido de 47 años, resiste el frío desde el amanecer. "Soy un hijo de la música funk", explica. "James Brown era un pionero, no un autor de canciones, sino un inventor, y todo el mundo le copió." En la fila, los fanáticos del músico tienen 40, 50, 60 años, y muchos vienen de Harlem.

"Es nuestro Elvis Presley negro y estoy aquí para decirle 'gracias'", dice Queen McFarland, de 64 años, quien vio al cantante por primera vez en 1956, en una tienda de discos. "Nos devolvió nuestro orgullo, nos dijo que los negros debían estar orgullosos."

Algunos llevan en pequeñas pancartas la letra de una famosa canción de Brown: "Say It Out Loud-I'm Black and I'm Proud" (Díganlo fuerte: soy negro, y estoy orgulloso de serlo). La nostalgia se siente. Algunos evocan el pasado de Harlem, las anécdotas fluyen. Hampton Gould, de 66 años, toma fotografías.

Era especial...

Memoria viviente de su barrio, Gould dice que vio a todos los grandes de los años 60: Gladys Knight, Los Temptations... Pero James Brown era especial. "Todo el mundo adoraba la manera en la que bailaba de una punta a la otra del escenario. Michael Jackson no es nada al lado de él. El era Míster Groove!", dice Margaret Jackson, una sexagenaria, y recuerda la histeria que provocaba.

Los restos del cantante estarán hasta el jueves en el escenario donde el cantante hizo sus primeras actuaciones (1956). Al final de la tarde estaba prevista una breve ceremonia para amigos cercanos.

El cuerpo de la estrella, fallecida a los 73 años, será llevado a lugar natal, donde se prevé una ceremonia familiar y un homenaje público el viernes y sábado.

Desde su apertura, en 1930, el Apollo ayudó a lanzar carreras de estrellas como Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Billie Holiday, Gladys Knight, Luther Vandross o Lauryn Hill. Todavía atrae a más de un millón de visitantes cada año.

Fue en el Apollo que Brown grabó uno de sus míticos discos, Live at the Apollo, editado en 1963, que en 31 minutos expresa el vigor y la energía de este cantante y bailarín febril, capaz de fusionar soul, rythm'n blues y funk.

Desde el martes la marquesina luminosa del teatro rezaba: "Descansa en paz, leyenda del Apollo y padrino del soul, James Brown, 1933-2006".

Hampton Gould, fan de Brown, sonríe: "Soy de aquí y recuerdo las filas que se formaban en torno (al Apollo) para los conciertos de James Brown. ¡Miren la fila hoy! Se va de la misma manera."

 
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