Usted está aquí: domingo 7 de enero de 2007 Estados Sentencian a seis meses de prisión a ex director de la FBI en El Paso

Falseó declaraciones en temas gubernamentales y fiscales y recibió sobornos de empresario

Sentencian a seis meses de prisión a ex director de la FBI en El Paso

También le imponen tres años de libertad condicional y multa de 10 mil dólares, pese a los testimonios en su favor del cardenal Sandoval Iñiguez y Jose María Guardia, zar de las apuestas

RUBEN VILLALPANDO CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez. durante la primera misa del año, en el templo de San Bernabé. Foto: Arturo Campos Cedillo

Ciudad Juárez, Chih, 6 de enero. Hardrick Crawford, ex agentes especial y ex director de la Oficina Federal de Investigación (FBI) en El Paso, Texas, quien trabajó más de 20 años en la corporación estadunidense, fue sentenciado a seis meses de prisión, además de tres años de libertad condicional bajo vigilancia y a pagar una multa de 10 mil dólares por los delitos de falsedad en declaraciones sobre asuntos gubernamentales, además de recibir regalos y sobornos de su amigo José María Guardia, concesionario del galgódromo e hipódromo y de casas de apuestas en Ciudad Juárez.

La sentencia, que se dictó la noche del viernes, le fue desfavorable a Crawford, a pesar de que durante el juicio, que se efectuó en un juzgado federal de El Paso, acudieron a declarar en su favor sus amigos José María Guardia y el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, quien fue obispo de Ciudad Juárez.

En la demanda se menciona que el 27 de mayo de 2003 Guardia citó a conferencia de prensa en las instalaciones del galgódromo, donde desmintió las acusaciones del ex procurador general de la República, Jorge Carpizo MacGregor, quien lo acusaba de lavar dinero de narcotraficantes en su negocio, junto con el cardenal Sandoval Iñiguez.

Guardia se hizo acompañar de Crawford y Sandoval Iñiguez, quienes tomaron parte de la charla para avalar la buena reputación del empresario, de origen filipino.

En ese entonces, el poderoso jefe de la FBI otorgó a Guardia una carta membretada, con su firma y sello de la oficina a su cargo, en la que mencionaba que se habían revisado los archivos de la dependencia y no habían encontrado evidencias de que estuviera involucrado en actividades ilícitas, aparte de que mencionaba que el también llamado zar de las apuestas era agente informal de la FBI.

La sentencia contra Hardrick Crawford fue dictada por el juez federal del distrito de El Paso, Phillip R. Martínez, luego que el año pasado un jurado lo encontró culpable en un juicio en el que se dio a conocer que la esposa del ex agente trabajó en el galgódromo de Juárez con un sueldo superior a cinco mil dólares al mes, además de viajes a Las Vegas y membresías en clubes privados, entre otros regalos.

El juicio lo inició la FBI porque Crawford mintió acerca de su amistad con José María Guardia, propietario del galgódromo, y no dio a conocer los beneficios que obtenía.

En el juicio trascendió que el 11 de febrero de 2002 la FBI abrió una investigación confidencial contra José María Guardia, por la posibilidad de que estuviera relacionado con grupos del crimen organizado, sin que hasta la fecha se conozcan los resultados.

Según se asienta en la denuncia, Guardia le compró a Hardrick Crawford una membresía en el Coronado Country Club, un centro exclusivo de El Paso; también hay falsedad en su declaración fiscal de 2003, pues tanto él, como su esposa e hijos, recibieron miles de dólares en regalos que no fueron declarados.

La acusación, de 16 páginas, fue presentada por James Blankinship, asistente del procurador general, quien fundamenta el documento en la violación al título 18 del código de Estados Unidos, en su sección 1001, inciso A, apartado dos, basa- do en rendir testimonio o representación actuando con falsedad, simulación o en forma fraudulenta.

Crawford fue agente especial de la FBI en El Paso de 2001 hasta noviembre 2003, año en el que conoció a Guardia y lo hizo informante de la FBI.

Guardia, con la orden de Caballero de Colón, y el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, fueron exonerados en diciembre de 2003 por la Procuraduría General de la República, que determinó no ejercitar acción penal en su contra luego que fueran acusados por Carpizo como presuntos beneficiarios del dinero del narcotráfico.

 
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