Usted está aquí: lunes 8 de enero de 2007 Sociedad y Justicia El trastorno por déficit de atención, controlable con fármacos: experto

La enfermedad puede impactar toda la vida a menores que lo padecen, señala

El trastorno por déficit de atención, controlable con fármacos: experto

Por falta de atención médica, el individuo podría generar adicciones o ideas suicidas

MARIANA NORANDI

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es una enfermedad incurable y que impacta durante toda la vida de quien lo padece, aseguró Armando Anaya, jefe del Departamento de Salud Mental del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

El TDAH es uno de los trastornos neuroconductuales más comunes de la infancia, el cual afecta al 5 por ciento de los niños a escala mundial y, según la Secretaría de Salud, a unos 650 mil niños en México. Se caracteriza por falta de atención, impulsividad y/o hiperactividad excesiva. Estas características, que aparentemente son habituales en cualquier niño, en chicos con TDAH se vuelven un problema ya que interfieren en su proceso de aprendizaje y en sus relaciones sociales.

Anaya señaló, a través de un comunicado, que si un niño presenta durante seis meses o más signos como no prestar atención suficiente a detalles en las tareas escolares o en otras actividades; le cuesta finalizar sus tareas; se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes; no atiende instrucciones y no cumple con obligaciones de la casa, entonces tiene síntomas característicos del TDAH.

Otras señales para diagnosticar esta enfermedad, añadió el médico, son el abandonar con frecuencia su lugar en el salón de clase en situaciones en las que se espera permanezca sentado; hablar en exceso, interrumpir o inmiscuirse en las actividades de otros.

Afirmó que este trastorno únicamente se controla con fármacos, pero el problema es que, generalmente, los padres no lo ven como enfermedad y se justifican diciendo que su hijo "es inquieto o hiperactivo", cuando en realidad se trata de un severo trastorno del neurodesarrollo.

Aquí es donde comienza una intensa lucha del médico para combatir las creencias de muchos padres que piensan que la medicación los hará fármacodependientes. La realidad es, subrayó, que requieren atención inmediata para que no lleguen a la adolescencia o a la edad adulta con este trastorno, que puede implicar problemas de alcoholismo, drogas, pandillerismo o pensamiento suicida.

En el caso de que a un niño se le detecte este mal, debe ser atendido de forma multidisciplinaria por un médico familiar, un pediatra, un neurólogo y, principalmente, por un siquiatra infantil, ya que este padecimiento se caracteriza por afectar el aprendizaje, no sólo desde el punto de vista académico, sino también en el "común y corriente" de las situaciones cotidianas, como hábitos de higiene, adquisición de normas sociales e interacción con la familia y amigos, precisó.

Asimismo, el especialista destacó que la familia debe sumarse al equipo médico multidisciplinario y apoyar a los niños para una mejor integración a la sociedad. "No se trata de que tengan derechos distintos a los demás, porque corremos el enorme riesgo de aislarlos o de hacer un grupo diferente. Deben ser tratados como un paciente de diabetes o migraña, como personas con una enfermedad crónica que puede y debe ser controladas para que tengan una buena calidad de vida".

 
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