Usted está aquí: sábado 13 de enero de 2007 Cultura El colegio de San Ildefonso resguarda los albores del muralismo mexicano

ESPACIOS DE ENCUENTRO

El recinto simboliza la obra colectiva que proponía la ideología de la Revolución

El colegio de San Ildefonso resguarda los albores del muralismo mexicano

Sede de la Escuela Nacional Preparatoria; tiene el primer trabajo monumental de Rivera

FABIOLA PALAPA QUIJAS

Ampliar la imagen Muestra de los murales que se encuentran en San Ildefonso Foto: La Jornada

El muralismo mexicano, movimiento estético que unió identidad y modernidad, en donde los personajes principales fueron el obrero, el indígena y las mujeres, es parte del patrimonio universitario que alberga una de las edificaciones coloniales más importantes del Centro Histórico, el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

A principios de la década de los años 20, José Vasconcelos, entonces secretario de Educación, convenció a pintores destacados para colaborar con él en su proyecto de educar a las masas mediante ideas e imágenes plasmadas en los muros de edificios públicos como el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Esto respondería a los propósitos de conformar un arte nacional.

El inmueble de arquitectura monumental alberga obras de Diego Rivera, Jean Charlot, Fernando Leal, David Alfaro Siqueiros, Ramón Alva de la Canal y Fermín Revueltas. Posteriormente José Clemente Orozco se unió al proyecto.

La coordinadora de desarrollo institucional del Antiguo Colegio de San Ildefonso, Magaly Cruces Arteaga, señaló que el colegio ha tenido un papel trascendental en la historia de la educación en el país. "Desde que fue un lugar de residencia de estudiantes jesuitas hasta que fue la Escuela Preparatoria Nacional y a partir de 1992 es uno de los recintos culturales más importantes que tiene el Centro Histórico de la ciudad de México".

El inmueble ubicado en la calle Justo Sierra número 16, entre República de Argentina y El Carmen, se divide en el Colegio Grande y el Colegio Chico, que actualmente es la Dirección de Actividades Cinematográficas de la UNAM.

Asimismo, cuenta con un edificio anexo, el anfiteatro Simón Bolívar, en el que Diego Rivera en 1922 pintó en el interior su primer mural llamado La Creación, en alusión al momento primigenio y al camino que el hombre ha de recorrer hacia la creación artística y científica, basándose en la práctica de las virtudes.

La ideología de Vasconcelos

"Rivera plasma la ideología que tenía Vasconcelos, quien escribió un libro que se llamó La fuerza cósmica, que aborda la filosofía del hombre nuevo. Decía que del mestizaje en toda América Latina, lo que surgiría sería lo mejor de la mezcla de razas. Afirmaba que por medio de la ciencia y el arte habría un gran progreso en México", explicó Cruces Arteaga.

En los paneles laterales del mural, el artista pintó un hombre y una mujer, ambos desnudos, representando a Adán y Eva, con sus rostros mirando a grupos de figuras femeninas. Los modelos del mural fueron su ayudante Amado de la Cueva y Lupe Marín, con quien Diego se casaría. La obra fue realizada a la encáustica, técnica a base de resina copal emulsionada con cera de abeja y una mezcla de pigmentos fundidos con fuego directo.

Conocido con el nombre de Simón Bolívar, el anfiteatro cuenta con un vestíbulo decorado por Fernando Leal, quien entre 1930 y 1942 pintó La Epopeya bolivariana, que consta de tres obras mayores y seis paneles con imágenes de la vida del prócer y de los libertadores americanos.

José Clemente Orozco también participó en este movimiento al pintar algunos frescos en los muros norte de los tres niveles del patio principal con el tema de la revolución de México. En La destrucción del viejo orden (1926), el artista refleja el sentido de renovación, donde las figuras masculinas que se observan en primer plano muestran la fortaleza y la solidez de las instituciones a las que aspira el México posrevolucionario, en contraste con las formas arquitectónicas que se aprecian en el segundo plano, que dan la idea de derrumbe y destrucción.

Una obra muy representativa de Orozco, que llama la atención de los visitantes de San Ildefonso, es La trinchera (1926), que muestra a tres hombres que caen apoyando sus cuerpos contra el bloque de piedra que les sirve de parapeto. El fresco ilustra la tensión, la fuerza y el dolor de la lucha revolucionaria. El uso de los rojos sugiere al espectador el fuego y la sangre de la contienda.

"El muralismo en el país surge ante la necesidad de creaciones artísticas colectivas y por eso participaron varios pintores como Rivera, Siqueiros, Orozco, Fernando Leal, Jean Charlot. Esta era la idea de trabajar colectivamente en la etapa posrevolucionaria, al influjo del avance de las ideas socialistas", señaló Cruces Arteaga.

Orozco y la crítica social

El fresco Los aristócratas (1923-1924), es otro ejemplo de la crítica social de Orozco al presentar a cuatro mujeres y un personaje que representa a la Iglesia que caminan con indiferencia hacia la clase marginada, representada por una mujer que pide limosna con su hijo en brazos.

Orozco también realizó los murales La basura social, La alcancía, La libertad, El juicio final, La ley y la justicia, Revolucionarios, La despedida y La familia, entre otros. En los frescos se ven los colores que utilizó; son colores grises, ocres y las pinceladas fuertes para dar la sensación de tristeza y soledad.

En los cubos de las escaleras se observan los frescos Cortés y La Malinche, Razas aborígenes, Franciscanos, La juventud y Constructores. En lo que era la entrada principal de la Escuela Preparatoria, por la calle de San Ildefonso, se encuentran dos grandes murales : Alegoría de la Virgen de Guadalupe, de Fermín Revueltas y El desembarco de los españoles y la cruz plantada en tierra nueva, de Ramón Alva de la Canal.

En el segundo descanso de la escalera, Jean Charlot pintó Masacre en el Templo Mayor o La conquista de Tenochtitlan. La disposición inclinada del muro permite imprimir gran fuerza a los soldados españoles, que parecen aplastar al grupo indígena. En el ángulo inferior derecho, tres hombres atestiguan el suceso: Diego Rivera, Fernando Leal (con barba) y el propio Charlot (con anteojos).

En el Colegio Chico se encuentran los murales de David Alfaro Siqueiros: El espíritu de Occidente o Los elementos, El llamado de la libertad o Los ángeles de la liberación; Los mitos, El Entierro del obrero sacrificado.

El Antiguo Colegio de San Ildefonso se ubica en Justo Sierra 16, Centro Histórico. Horario de martes a domingo de 10 a 17:30 horas. Visitas guiadas de los murales a las 13 horas.

 
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