Usted está aquí: miércoles 24 de enero de 2007 Opinión Bajo la lupa

Bajo la lupa

Alfredo Jalife-Rahme

Desplome del petróleo para asfixiar a Irán

Nuestra tesis de que el abrupto desplome del petróleo, entre otros aspectos multidimensionales, tiene como motivación asfixiar a la economía de Irán, parece haber sido adoptada por el presidente Mahmoud Ahmadinejad, quien ha propuesto un precio de 33.70 dólares por barril para el presupuesto que da inicio el 21 de marzo, con el fin de "proteger a Irán de los enemigos que intentan dañar su economía disminuyendo los precios internacionales del crudo" (Reuters, 21/1/07). La diferencia es de 10.4 dólares con el presupuesto actual, es decir, la poda es de casi 25 por ciento.

Muy hábil, el presidente Hugo Chávez de Venezuela, quien ha demostrado un profundo conocimiento de la geostrategia (quizá por su formación militar), había anticipado en su presupuesto de este año un precio de 29 dólares el barril, mientras los grotescos y aldeanos neoliberales mexicanos, quienes no le atinan ni al alza ni a la baja del petróleo debido a su patética carencia de cultura en general y de estrategia geopolítica en particular (solamente se concretan a recibir órdenes de Texas, ya ni siquiera de EU), habían elevado su "pronóstico" a 42.80 dólares el barril. Sin el Popol-Vuh y la tortilla de por medio, ¿se podrá sostener en el poder Felipe El Breve, curiosamente secretario de Energía sietemesino del desorbitado Fox, con un precio menor a 30 dólares el barril?

Más tardamos en escribir que "en un enfoque multidimensional, la mejor prueba de que el desplome brutal del petróleo por debajo de 55 dólares el barril ha sido manipulado, lo representa la simultánea caída del oro abajo de 612 dólares la onza y, más que nada, el repunte milagroso del dólar" (ver Bajo la Lupa, 17/1/07), de lo que se concretaron interesantes bifurcaciones: entre las cotizaciones del petróleo frente al oro y el dólar, así como la dicotomía asombrosa entre el disparo de las cotizaciones de gas natural y el desplome del oro negro manipulado por la correduría Goldman Sachs (ver Bajo la Lupa, 17/1/07).

Amandeep Sandhu (AS), becario de la Universidad de California, aduce en forma persuasiva que "Irán está siendo golpeada en su bolsillo" (Asia Times, 23/1/07).

Más allá del propuesto mes de abril, previo a la salida del primer ministro británico Tony Blair, que el periódico Arab Times de Kuwait ubica como fecha fatídica para el bombardeo de las plantas atómicas de la teocracia chiíta persa, es evidente que el desplome del precio del petróleo afecta sustancialmente la economía y las finanzas de Irán y ha puesto al presidente Ahmadinejad contra la pared: "el precio del petróleo se ha desplomado 17 por ciento en los pasados meses y se encamina a 50 dólares el barril. En forma sorprendente (sic), los sauditas no están interesados en detener la caída abrupta", pese a que tres miembros de la OPEP-12, Venezuela, Irán y Nigeria, han solicitado una reunión urgente, mientras las seis petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo (todas integrantes de la OPEP, lo cual les confiere mayoría de votos) "han rechazado su programación fuera del cronograma formal". Nigeria ha mermado en más de 4 mil millones de dólares sus ingresos, lo cual puede intensificar su balcanización.

Gary Dorsch, analista de futuros financieros, aduce que "detrás del desplome del petróleo radica como 'razón verdadera' el excedente de 700 mil barriles de petróleo de la OPEP. Resalta que solamente Arabia Saudita posee la capacidad de reserva para disminuir los precios (Turkish Weekly, 13/1/07).

Ahmed al-Jarallah, en su artículo del Arab Times (14/1/07), destaca que no sólo serán bombardeadas las plantas nucleares de Irán, sino también sus instalaciones petroleras (¡súper sic!).

Sandhu trae a colación la amenaza del "dumping petrolero" saudita contra Irán, que ya habíamos enunciado en Bajo la Lupa, en referencia al celebérrimo artículo en The Washington Post (29/11/06), de Nawaf Obaid, consultor del reino wahabita: en un escenario de retirada de EU de Irak y la probable persecución de sunnitas por los chiítas árabes iraquíes, apadrinados por sus correligionarios persas, "los sauditas actuarían disminuyendo el precio del petróleo para debilitar a Irán e intervendrían en Irak apoyando a las tribus sunnitas".

Esta jugada es sumamente peligrosa porque hasta ahora Irán ha asimilado los golpes y no se han visto sus represalias más allá del perímetro tanto de la costa oriental del mar Mediterráneo (Líbano, Siria y Gaza) como en Irak y Afganistán, donde ha resultado el gran vencedor geopolítico frente a la alianza EU-Gran Bretaña-Israel y los poderes sunnitas pro estadunidenses sumidos en la perplejidad. La nueva correlación regional de fuerzas en el Gran Medio Oriente es producto del rotundo fracaso de la ilegal invasión unilateral de la torturadora teocracia bushiana que benefició en última instancia a Irán, no al revés.

Nuestro amigos sauditas pueden caer en la trampa que, a nuestro juicio, les ha tendido la perfidia de la banca israelí-anglosajona (ver "Escenario Halevy y balcanización de Irán y Arabia Saudita" en Bajo la Lupa, 8/5/05), que consiste en balcanizar todo el Gran Medio Oriente, por lo que no deben olvidar la vulnerabilidad de sus pletóricos yacimientos petroleros en su provincia oriental, donde Alá ha querido que prevalezcan un mínimo de 3 millones de chiítas: 15 por ciento del total de 27 millones de su población aplastantemente sunnita (habiendo descontado 10 por ciento de trabajadores afroasiáticos).

También es cierto que nuestros amigos iraníes están abriendo demasiados frentes, que no sabemos si puedan controlar simultáneamente cuando la banca israelí-anglosajona ha desplegado una brutal guerra multidimensional en la que destacan las batallas financiera, petrolera, desinformativa y diplomática que parece haberlos arrinconado.

Amandeep Sandhu se explaya y afirma que la "idea consiste en debilitar financieramente a Irán, ya que 85 por ciento de sus ingresos de exportación provienen del petróleo y 40 por ciento de la gasolina usada es importada debido a una carencia de capacidad de refinación local, pese a que es el cuarto mayor productor de petróleo del mundo".

El "dumping petrolero" manejado por la banca israelí-anglosajona (léase: "la gente del dinero de Nueva York", general Wesley Clark dixit), que controla a las principales petroleras trasnacionales, ha redituado estupendos y aniquilantes resultados geopolíticos en el pasado: en 1985, contra la URSS de parte de la alianza estadunidense-saudita; y en 1991, contra Irak de parte de la alianza kuwaití-estadunidense-británica. Ya se empiezan a sentir los efectos del subrepticio dumping petrolero con máscara financiera acentuado por Goldman Sachs mediante la manipulación de los hedge funds (fondos de cobertura de riesgo).

Sandhu refiere que la "inversión de Japón por 5 mil millones de dólares en el sector petrolero-gasero de Irán, se encuentra en el limbo debido a que la banca nipona está nerviosa para realizar negocios con los iraníes. El mes pasado, el ministro del petróleo, Kazem Vaziri-Hamaneh, admitió tener dificultades para financiar los proyectos petroleros".

La interpretación más ridícula sobre el abrupto desplome del petróleo consiste en reverberar el efecto climático de las corrientes calientes de El Niño.

 
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