Usted está aquí: lunes 29 de enero de 2007 Deportes Clamoroso triunfo de Arturo Macías con 2 magníficos toros de Los Encinos

El Pana hizo la mejor entrada de la temporada pero se topó con el lote malo

Clamoroso triunfo de Arturo Macías con 2 magníficos toros de Los Encinos

Cuatro astados fueron aplaudidos en el arrastre

El español Curro Díaz, sólo detalles

LEONARDO PAEZ

Ampliar la imagen El diestro Arturo Macías da la estocada a su último enemigo de la tarde Foto: Jesús Villaseca

En la decimotercera corrida en la Plaza México se lidió un encierro con edad, peso y trapío de la ganadería queretana de Los Encinos, propiedad de Eduardo Martínez Urquidi, quien satisfecho escuchó cómo ovacionaban en el arrastre a cuatro de sus toros, dos de los cuales fueron cabalmente aprovechados por la revelación de la temporada grande, el carismático aguascalentense Arturo Macías (24 años de edad y uno nueve meses de alternativa).

Base del cartel y causante de tan insólita entrada ­más de media plaza, no obstante el aumento en los precios­ fue el diestro de Apizaco, Rodolfo Rodríguez, El Pana, quien desafortunadamente pechó con los únicos dos toros malos del magnífico encierro. Empero la faena que hizo a su primero, soso y con peligro, a base de aguantar en naturales imposibles y derechazos meritorios, apenas si fue valorada por los expectantes asistentes.

Con la imaginación que caracteriza a la televisión, ésta decidió convertir a El Pana en reina por un día y saturó los espacios con entrevistas diversas al diestro triunfador, a cual más de villamelonas pues no se puede ignorar un espectáculo durante décadas y pretender conocerlo de la noche a la mañana.

En cualquier caso el fenómeno taurino-mediático surtió efecto y ayer el coso registró la mejor entrada de la temporada con un público no sólo ocasional sino ansioso de emocionarse y de desquitar lo pagado en las taquillas, con un cinco por ciento de aumento en los boletos, que con o sin autorización de la Delegación Benito Juárez efectuó la empresa.

Completó la tercia Francisco Curro Díaz, uno de esos diestros españoles que la empresa en turno suele sacarse de la manga, más por compromisos penosos que por convicción, quien acabó desperdiciando un estupendo lote que debió ser desorejado.

Macías, que repetía luego de haber cortado dos orejas a un toro de Javier Garfias en el festejo anterior, se enfrentó primero a Jarameño, tercero de la tarde, al que recibió con mandiles ceñidos y al que tras empujar en el puyazo quitó por chicuelinas, en la última de las cuales fue arrollado y cogido sin consecuencias.

Como lo hiciera en la feria torista de mayo, Arturo inició su faena de rodillas en los medios para ligar cuatro derechazos de ensueño a un toro que planeaba en la embestida. De pie siguió toreando con la diestra, sobrado de celo aunque aún falto de sello para remontar la embestida que se iba apagando. Dejó un pinchazo y entera volcándose, para ser nuevamente trompicado. Tras fuerte petición el juez concedió una oreja, luego de que el noble toro fuera aplaudido en el arrastre.

Y con su segundo, Periodista, cárdeno bragado que recargó en una vara, Macías realizó un luminoso quite por caleserinas e inició su trasteo con suaves doblones y parsimonioso desdén. Luego toreó templado con la diestra para ligar enseguida un cambiado por la espalda y otro bello remate, más derechazos y una estocada entera yéndose sobre el morrillo. Una oreja otorgó el juez y el público, emocionado y seducido, exigió las dos, que hubieron de ser concedidas. Creo que una bastaba, le comenté a una bella señora al lado, y con el peso de su excitación contestó: que le den dos, pues yo vengo pocas veces.

Una lástima que ni Arturo Macías ni su apoderado se acordaran de sacar a recorrer el anillo a quien había propiciado tan meritorios triunfos: el ganadero Martínez Urquidi.

Todavía no alcanzan a imaginar los secuestradores-promotores de la fiesta de toros de México el daño brutal que han causado a la misma al haber adoptado políticas neoliberales en lo taurino, atenidos a una globalización ventajosa para unos y perjudicial para los globalizonzos dependientes, la que se tradujo en reducir el potencial torero del país a cero y el espectáculo de toros a dos o tres apellidos de diestros importados.

Ya no viene Hermoso de Mendoza, no obstante estar anunciado en el elenco del derecho de apartado, dizque por no acceder la "nueva" empresa a la obsesión del rejoneador por lidiar toros de Fernando de la Mora, hierro que nunca estuvo anunciado en el derecho de apartado.

El motivo es lo de menos y las consecuencias lo de más, porque por esa dependencia taurina creciente de México con respecto a España es que aquí carecemos de productos nacionales que interesen ­El Pana y Macías no hacen verano­ así como de coletas extranjeros con un mínimo de respeto por el público que los ha encumbrado.

 
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