Usted está aquí: viernes 2 de febrero de 2007 Economía Las remesas están financiando el desarrollo de México: encuesta

BID: que el país sea el primer receptor mundial significa que no es capaz de generar empleos

Las remesas están financiando el desarrollo de México: encuesta

Reciben ese dinero 17 millones de mexicanos, que ahora ya no lo usan sólo para el consumo más básico, sino que lo dedican a educación, salud o pequeños negocios, revela sondeo

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) afirmó que no es motivo de orgullo para México haberse convertido en el primer receptor de remesas del mundo, porque esa marca es la expresión de que el país no es capaz de generar empleos ''y que la gente siente presión social para salir''.

En la presentación de un foro que se realizará en la capital del país este viernes, Donald Terry, gerente del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), entidad del BID, alertó que las políticas antinmigratorias en Estados Unidos, de donde llega 97 de cada 100 dólares de remesas, puede provocar que el envío de estos recursos se haga en mayor medida a través de medios diferentes al sistema financiero formal, lo que encarece el costo de la transferencia.

En un documento presentado en la conferencia de prensa de ayer, Fomin y el BID aseguraron que alrededor de 17 millones de adultos en México, universo que representa 17 por ciento del total de la población mayor de 18 años, recibe remesas, un flujo de recursos que no sólo está sirviendo para financiar el consumo diario de alimentos, vestido y medicinas, sino que en mayor medida se empieza a utilizar para financiar el desarrollo, según evidencias presentadas ayer.

''Más de 4 millones de familias mexicanas reciben remesas regularmente. Al menos una tercera parte de esas familias estaría en el límite o debajo de la línea de pobreza si no tuviera el ingreso de las remesas'', de acuerdo con el documento presentado ayer por el Fomin y el BID.

El miércoles pasado, el Banco de México aseguró que las remesas en 2006 llegaron a la cifra histórica de 23 mil 54 millones de dólares, un incremento de 15.1 por ciento respecto a 2005. El banco central dio cuenta de que el ritmo de crecimiento de las remesas comienza a ser menor al de los niveles de arriba de 20 por ciento registrados en los cinco años precedentes.

En la conferencia de prensa, el especialista Sergio Bendixen, de la firma estadunidense Bendixen y Asociados, presentó una encuesta en la que se establece que las remesas llegaron a 25 mil millones de dólares en 2006. La diferencia respecto de la cifra ofrecida el miércoles por el banco central, explicó Bendixen, puede explicarse por el hecho de que el banco central no incluye envíos por medios ajenos al sistema financiero formal, como el correo o ''el mano a mano'' entre familiares y conocidos. ''La diferencia no es relevante, lo importante es que se trata de una cantidad muy elevada que seguirá creciendo''. Estimó que en 2010 las remesas a México llegarán a 50 mil millones de dólares.

Más importante que el matiz de la cantidad es que en el último año, según una encuesta elaborada por Bendixen entre agosto y septiembre de 2006, por lo menos cuatro de cada 10 dólares de remesas que ingresaron al país se emplearon para financiar educación, salud o pequeños negocios, y ya no sólo el consumo diario. ''Esta es la primera evidencia científica de que las remesas están financiando el desarrollo del país'', no sólo el consumo más inmediato, añadió.

Expuso que en 2006, según su encuesta, 57 por ciento de las remesas que ingresaron al país se emplearon para gastos de primera necesidad; 14 por ciento se destinó al ahorro; 13 a educación; 5 a un negocio; 2 a adquirir una propiedad, y a ''otros fines'', 6 por ciento.

En una encuesta similar levantada en 2003, el gasto en consumo de primera necesidad consumía 78 por ciento del envío, y el ahorro y la inversión sólo 8 y 7 por ciento, respectivamente; a abrir un negocio se destinaba uno por ciento.

Según datos del BID, en 2006 las remesas incrementaron el ahorro del país en un estimado de 3 mil 500 millones de dólares; contribuyeron al gasto en educación con 3 mil 250 millones de dólares, y al gasto en inversión privada en mil 250 millones.

 
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