Usted está aquí: martes 6 de febrero de 2007 Deportes El show debe continuar, exige la liga italiana tras entierro de policía

El gobierno analizará este miércoles la reanudación de juegos

El show debe continuar, exige la liga italiana tras entierro de policía

AGENCIAS

Ampliar la imagen Marisa Grasso (derecha), viuda del policía asesinado, junto con su hijo Alessio (abajo) y su hija Fabiana, durante el funeral Foto: Reuters

Catania, Ita., 5 de febrero. Miles de personas despidieron hoy en Catania al policía muerto durante los disturbios del viernes por la noche, mientras el gobierno italiano acordó prohibir el ingreso de los tifosi en los estadios de futbol de la serie A que no cumplan con los requisitos de seguridad.

Al funeral en la catedral de Catania asistieron el ministro del Interior, Giuliano Amato; el de Asuntos Exteriores, Gianfranco Fini, y la titular de Juventud y Deportes, Giovanna Melandri.

"No habrá más partidos con público en estadios inseguros", declaró Amato, al término de una reunión de urgencia con altos funcionarios de la Federación Italiana de Futbol y del Comité Olímpico Italiano.

Sólo seis de las 16 canchas de la serie A cumplen con la llamada Ley Pisanu, que estipula las medidas de seguridad. Son los estadios de Génova, Palermo, Siena, Messina, Olímpico de Roma y el Stadio Olímpico en Turín.

Amato indicó que los clubes ya no podrán vender entradas a los aficionados de los equipos visitantes, para controlar quién ingresa en los estadios.

"Espero que su muerte sirva para cambiar algo", dijo Marisa Grasso, viuda del policía Fillipo Raciti, padre de dos hijos.

Después del entierro, escaló nuevamente la disputa entre el gobierno y los clubes sobre la reanudación de los partidos.

"Los muertos desgraciadamente forman parte de ese movimiento tan grande que es el futbol y que las fuerzas del orden siguen sin lograr controlar", dijo el presidente de la liga italiana, Antonio Matarrese. "Estamos profundamente consternados, pero el show debe continuar", agregó.

Declaraciones inaceptables

El jefe del gobierno italiano, Romano Prodi, calificó de inaceptables las palabras de Matarrese. "He leído esta mañana unos comentarios inaceptables sobre lo que ha sucedido, como si se tratara de algo inevitable. Es una locura. Es inaceptable que este suceso se considere normal", dijo Prodi en Luxemburgo. "El gobierno tomará todas las medidas necesarias", avisó.

El papa Benedicto XVI condenó también hoy todo acto de violencia que "manche el mundo del futbol".

Y mientras el secretario de Estado, Enrico Letta, anunció para el miércoles una sesión extraordinaria del gabinete, en la que se decidirá la reanudación de la liga, la industria del balompié urgió a levantar la suspensión.

"El balompié nunca debe detenerse. Es la regla número uno: el futbol es una industria. ¿Cree usted que hay alguna industria que cierra sus fábricas sin saber siquiera cuándo volverá a abrirlas?", argumentó Matarrese.

Tampoco les agrada actuar a puerta cerrada. "Jugar sin público sería una solución absurda. Prefiero una semana más de paralización. Estar a puerta cerrada equivale a la muerte del futbol", dijo Paolo Maldini, capitán del Milan.

Por lo pronto, se anunció que por lo menos 30 personas han sido detenidas en el operativo contra tifosi; la madrugada de este lunes se realizaron unos 20 cateos, sobre todo en sedes de los ultras en la ciudad siciliana de Catania.

 
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