Usted está aquí: martes 6 de febrero de 2007 Deportes "Se roba el oro", fustigan a El Juli en la monumental

"Se roba el oro", fustigan a El Juli en la monumental

LUMBRERA CHICO

Debajo de la llovizna, a pesar del frío que ya a las dos de la tarde calaba los huesos, decenas de miles de personas venidas de todos los rincones del país se congregaron ayer en la Plaza México para presenciar la tradicional corrida de aniversario de ese inmueble en forma de embudo, inaugurado el 5 de febrero de 1946.

Debido a las inclemencias del clima, los revendedores, como también ya es costumbre, ofrecían los boletos hasta en 10 veces más de lo que valían en taquilla, pero tuvieron que malbaratarlos cuando poco antes de las cuatro de la tarde la afluencia de aficionados era francamente raquítica. Y así, con paraguas, impermeables y capas de plástico, la gente casi llenó los pendidos numerados de sol y de sombra, que para el caso tiritaban por igual debido a la ventisca y la borrasca.

En la zona de barreras de sombra, abundaba la gente fina, como el ingeniero Raúl Salinas de Gortari, salido hace un tiempo de Almoloya, adonde llegó acusado del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, pero nunca juzgado ni castigado por haber introducido al país leche contaminada con materiales radioactivos, debido a la catástrofe de Chernobil.

También estaba el obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, sobre el cual pesan todo tipo de acusaciones por una nutrida gama de delitos jamás probados en su contra. Pero también estaba el cantante Emmanuel, el exitoso ganadero taurino Germán Mercado Lamm y buena parte del jet-set.

Muchachitos disidentes

Como todos los años en esta histórica fecha, las tribunas rebozaban de personas que orgullosamente gritaban el nombre de su lugar de origen en una especie de lista de presentes que hacia restallar en el aire los vivas a Tijuana, Zacatecas, Mérida, Guadalajara, Monterrey, Mazatlán...: era la constatación de que la tauromaquia, asentada en este suelo desde 1524, sigue siendo parte de los inagotables tesoros culturales del país, algo que no parecían entender los 50 muchachitos militantes de una organización de defensores de animales, que llevaron a cabo un mitin de protesta contra las corridas de toros a las puertas de la plaza, a eso de las dos y media de la tarde.

"¡Asesinos, asesinos!", les gritaban a todos aquellos que a pesar de la lluvia y del frío estaban haciendo cola para entrar a la plaza, protegidos de las impensables agresiones de los pacíficos defensores de animales por una doble valla de granaderos del gobierno del Distrito Federal que lucían, ellos también, como integrantes de una obra de teatro que se representa en esa fecha una sola vez al año.

Durante la lidia del sexto toro de la tarde, un gritón fustigó al ex niño madrileño Julián López, El Juli, con estas palabras: "¡y se siguen robando el oro!". La pulla le dolió al europeo, que levantó la cara desafiante en busca del gritón y, luego, con absoluto desenfado, continuó pegándole trapazos al bovino sin hacerle nada meritorio, farsa a la que sin rubor se prestó el juez Miguel Angel Cardona, que no tuvo empacho en conceder al ex niño dos orejas que por ningún motivo se merecía.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.