Usted está aquí: martes 6 de febrero de 2007 Sociedad y Justicia Aprender a morir

Aprender a morir

Hernán González G.

Desintoxicarse

Ojalá puedas incluir, escribe Antonio Rivera Vela, este comentario: "Durante años fui una persona enferma, entre otras cosas debido a mis serios problemas de alcoholismo y drogadicción, lo que me condujo muchas veces a sentir la muerte de cerca y no precisamente en condiciones tranquilas.

"La mayoría de las muertes de los seres humanos sobrevienen no nada más por nuestra condición de mortales, como acostumbras decir, sino sobre todo por la despiadada intoxicación a que sometemos nuestro organismo, y no nada más de comida y bebida chatarras promovidas a diario por el sistema publicitario-televisivo, sino también por el envenenamiento constante por contaminación ambiental, estrés, frustración, coraje e impotencia ante tanta, pero tanta estupidez esparcida.

"Hará cosa de dos años ­prosigue Rivera­, vi un anuncio en el canal Infinito acerca de un desintoxicante celular, y me llamó poderosamente la atención una frase que decía más o menos que nuestro organismo es como una tubería y si comenzamos a destaparla, pues lógicamente empezamos a mejorar. Entonces caí en la cuenta de que la base de la salud reside en la desintoxicación, y no en los medicamentos, por cierto otra jugosa industria solapada por la ciencia y las autoridades a costa de la salud y el bolsillo de la gente.

Este desintoxicante celular u organizador molecular es particularmente eficaz, incluso para provocar el escepticismo en personas sanas o enfermas, pues como sólo se trata de una barra metálica cilíndrica del tamaño de un cigarro que al ponerla en todas las comidas y bebidas contribuye a eliminar las toxinas que contienen, no resulta 'lógico' que por consecuencia empiece a desintoxicar el organismo de la persona que lo usa.

"En mi caso quiero compartir con los lectores que el uso comprometido y constante de este desintoxicante celular contribuyó, primero, a la disminución de mis problemas de alcoholismo y drogadicción, y en el caso de mi esposa a que redujera su elevado consumo de cigarros, y después a que la necesidad de alcohol, droga y tabaco acabara por desaparecer.

"Sé que suena a ciencia ficción y yo mismo no sabría explicar bien a bien cómo funciona, pero el hecho es que esta barrita metálica lo que hace es organizar las moléculas de alimentos y bebidas y balancear el pH o potencial de hidrógeno, lo que baja la toxicidad tanto de alimentos y bebidas como del organismo que los consume. Con ello, las adicciones comienzan a disminuir de manera progresiva, reduciendo la necesidad y ansiedad del adicto hasta finalmente hacerlas desaparecer.

"El desintoxicante no tiene caducidad y entre más se use más sano será el organismo del usuario. Habiendo estado tan cerca de la muerte por intoxicación, pude comprobar la increíble diferencia que significa vivir desintoxicado y recuperar la calidad de vida a que todos tenemos derecho. Una información más detallada se puede obtener en el sitio www.erradicalo.com o en el teléfono 53 60 49 65", concluye Antonio.

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