Usted está aquí: domingo 11 de febrero de 2007 Cultura Cumplí en Oaxaca; puedo irme a dormir, dice Toledo

Denuncia hostigamiento de grupos políticos de Etla

Cumplí en Oaxaca; puedo irme a dormir, dice Toledo

Abre en el DF exposición-venta de papalotes gigantes

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen La muestra de papalotes de gran formato del maestro juchiteco estará abierta hasta el 28 de febrero en la librería Rosario Castellanos, del FCE, ubicada en Tamaulipas 202, esquina Benjamín Hill, colonia Hipódromo Condesa, en la capital del país Foto: Ezequiel Leyva

Aunque en enero se deslindó del Centro de las Artes de San Agustín Etla hasta que no se aclare la situación legal del inmueble, el pintor Francisco Toledo confirmó ayer que su trabajo en ese poblado con el Taller Arte Papel Oaxaca ­que fundó en 1988­ se mantiene de manera normal.

En entrevista con La Jornada, aceptó que su presencia en el lugar genera críticas de ciertos grupos por su negativa de apoyar intereses políticos, pero aclaró que, hasta la fecha, no ha recibido ninguna muestra de hostilidad directa.

Lo más, dijo, son habladas y "unas cartas de un grupo de personas que, por cierto, se autonombra Talibanes: son unos que están queriendo echarme de San Agustín".

Luego de reconocer que se siente cansado de la situación, el artista juchiteco enfatizó: "Sigo trabajando en el pueblo con el taller del papel, que tiene ya casi 10 años. Creo que los trabajadores pueden hablar de lo que hacemos. Llego al pueblo y trabajo desde las ocho de la mañana. Ha habido tiempo, entonces, para que los inconformes bajen y me reclamen cosas, pero no lo han hecho; son puras bravatas, aunque no deja de molestar.

"Si no quieren que regrese al pueblo, pues no regreso; si no quieren que participe, me da igual. En el caso del taller y del centro de las artes, ya cumplimos: aportamos dinero, tiempo; que siga o no, depende de las autoridades. Ya hice mi parte, puedo irme a dormir a mi casa."

Como prueba del trabajo que realiza en el taller de papel, en el que participan 15 habitantes de San Agustín Etla, Toledo mencionó una serie de papalotes impresos con diseños suyos que se exhibe desde ayer en la ciudad de México.

Es una exposición-venta montada en la librería Rosario Castellanos, del Fondo de Cultura Económica (FCE), en la que se incluyen libretas con diseños de su autoría, y joyería elaborada por Maribel Chávez González, Evelina Márquez, Haydeé Fernández y Heydi Enríquez.

Los fondos recaudados se canalizarán al Taller Arte Papel Oaxaca y a "su lucha por mantener vivo el arte en ese estado", informó el FCE.

Tradición de chicos y mayores

Los papalotes han sido elemento central en la vida de Francisco Toledo, sobre todo de su infancia. En los meses de noviembre, como es tradición en el istmo de Tehuantepec, su región natal, se reunía con amigos para volarlos y hacer competencias.

"Vengo de una zona donde hay vientos fuertes: el istmo de Tehuantepec. Ahí se preserva la tradición de volar papalotes en en noviembre y hasta se organizan peleas entre ellos, a la manera de los gallos, amarrándoles navajas en la cola", cuenta.

"También existe esa tradición en San Mateo del Mar, a pocos kilómetros de Juchitán, pero en el periodo de Día de Muertos, para que las almas de los difuntos lleguen de manera más sencilla a las ofrendas de las casas. Al terminar esa época, vuelven a utilizarse, pero ahora para despedir a las almas."

Con piezas de gran formato (de 1.5 a dos metros), la serie de papalotes que se exhibe en la ciudad de México fue creada ex profeso para la ocasión. El proyecto surgió a raíz de la crisis que enfrenta Oaxaca por la falta de turismo y la caída en las ventas de los negocios. "Era una situación difícil y se nos ocurrió que se podía vender algo".

En la capital oaxaqueña, dice el artista, "hay calma, hay poca actividad: los restoranes están semivacíos, los hoteles igual; hay poco turismo. Claro, no es temporada, pero creo que se siente una depresión, una tristeza también".

Interrogado sobre cómo logró conciliar un juguete para niños con el contenido erótico de una parte de su obra, Toledo aclaró: "Los papalotes del istmo no son objetos exclusivos de niños; los adultos también los vuelan. Entre los que ahora se exponen y venden hay para niños, pero también para mayores de amplio criterio: con pitos, vaginas y lo que se quiera, pues".

 
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