Usted está aquí: martes 13 de febrero de 2007 Ciencias Los insectos vuelan con piloto automático, según estudio

Los insectos vuelan con piloto automático, según estudio

Afp

París, 12 de febrero. Para evitar "accidentes", los insectos se sirven de un verdadero "piloto automático" que elabora informaciones visuales para enviar impulsos eléctricos a las alas y enderezar el rumbo, según descubrió un equipo de investigadores franceses.

Nicolas Franceschini, Franck Ruffier y Julien Serces, especialistas de biorrobótica del laboratorio Movimiento y Percepción, de la Universidad del Mediterráneo, en Marsella, revelaron un automatismo llamado "regulador de flujo óptico", objeto de un estudio publicado en el sitio de Internet de la revista Current Biology.

Para descifrar el comportamiento de moscas y abejas, los tres investigadores reprodujeron la navegación de un insecto mediante un microhelicóptero controlado a distancia de 100 gramos de peso, bautizado como Octavia, dotado de un sensor óptico que simula el ojo de la mosca. El helicóptero mide la velocidad de desplazamiento sobre el suelo y es capaz de reaccionar a su entorno.

Según los científicos, cuando un insecto, un ave e inclusive un piloto vuelan, las imágenes se proyectan de adelante hacia atrás, en la parte central del campo visual, creando así un "flujo óptico".

Lo que los investigadores de Marsella llaman un "regulador de flujo óptico" es un automatismo que permite mantener ese flujo a un valor constante. Si el insecto cambia de velocidad, también cambiará su altura de vuelo para mantener constante la relación entre ambas magnitudes.

Cuando el insecto enfrenta un fuerte viento en contra, vuela a menor velocidad y su regulador le exige reducir la altura, para, de esta forma, mantener el valor de referencia.

La investigación explica así por qué los insectos descienden cuando enfrentan viento en contra y se elevan cuando hay viento a favor, así como la razón por la cual las abejas aterrizan a pendiente constante y se ahogan al cruzar aguas en reposo.

Las neuronas detectoras del movimiento, ocultas en la "cabina de pilotaje" del insecto, constituyen la base de su comportamiento, precisó el equipo.

 
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