Usted está aquí: viernes 16 de febrero de 2007 Mundo Asegura presunto cerebro del 11-M que no tuvo relación con los ataques ni con Al Qaeda

Mohamed El Egipcio condena los atentados, al comenzar el macrojuicio en Madrid

Asegura presunto cerebro del 11-M que no tuvo relación con los ataques ni con Al Qaeda

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Rabei Ousmane Sayed Ahmed, durante la audiencia de ayer. Foto: Reuters

Ampliar la imagen Pilar Manjón, presidenta de la Asociación del 11 de Marzo Foto: Reuters

Madrid, 15 de febrero. Rabei Ousmane Sayed Ahmed, Mohamed El Egipcio, uno de los presuntos "cerebros" de los atentados perpetrados en Madrid el 11 de marzo de 2004, y el primero de los 29 acusados sentados en el banquillo al iniciarse hoy el macrojuicio, aseguró que "nunca" tuvo "relación" con esos ataques ni con Al Qaeda.

"Nunca he tenido relación con esos acontecimientos que sucedieron en Madrid. Nunca he inducido a ninguna persona ni grupos de personas para que llevaran a cabo los ataques contra cuatro trenes suburbanos en Madrid", sostuvo en árabe.

La declaración de Ousmane formaba parte de sus respuestas a las preguntas de su abogado defensor, Endika Zulueta, que lo interrogó a partir de las 16:30 local, al reanudarse la sesión; previamente se negó a contestar preguntas del fiscal.

"Nunca he tenido vinculación con Al Qaeda ni con ninguna organización islamita", sostuvo Mohamed El Egipcio, de 36 años, quien compareció vestido con pantalones vaqueros, camisa blanca a cuadros, suéter azul y chaqueta blanco-hueso, con barba y bigote recortados.

Considerado uno de los "cerebros" de los atentados de Madrid, que dejaron 191 muertos, no dudó en condenar los ataques a cuatro trenes suburbanos de Madrid y los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, y los bombazos en el Metro y un autobús de Londres, en julio de 2005.

"Condeno esos atentados incondicional y completamente. Es una convicción que tengo muy clara y absoluta", dijo en respuesta a una pregunta de su abogado defensor, antes de añadir que, "obviamente, condeno todos estos ataques que se han cometido en Londres y Nueva York".

Rabei Ousmane se declaró musulmán y aclaró: "practico la religión de una forma normal, no extrema".

Su defensor le preguntó también si consideraba que el 11-M tenía relación con el Islam, pero el presidente del tribunal, el juez Javier Gómez Bermúdez, intervino con un "no ha lugar" al asegurar que "los atentados no tienen que ver con el Islam sino con una interpretación que se hace".

La fiscalía reclama contra este egipcio nacido el 22 de julio de 1971 la cantidad de 38 mil 656 años de cárcel por 191 delitos de asesinato terrorista, mil 824 tentativas de asesinato y pertenencia a organización terrorista con grado de dirigente.

Tres años después de la matanza en las estaciones de tren de Atocha, Santa Eugenia y Pozo del Tío Raimundo, las víctimas y sus familiares pudieron encarar a algunos presuntos autores materiales e intelectuales.

Mohamed El Egipcio fue detenido en junio del 2004 en Milán, después de que la policía secreta italiana identificó una conversación en que reconoció su participación en los atentados de Madrid y hasta se regodeó de haber sido el inductor para que el comando islamita "sufriera el martirio" en alusión a la explosión con que se inmolaron los autores de los atentados semanas después en el barrio madrileño de Leganés.

Desde su detención y posterior extradición a España, Osman se sitúa en el centro de la trama reconstruida por la policía y la justicia, por lo que después de rastrear su pasado y relación con grupos extremistas, la fiscalía asegura que existen pruebas de que fue amigo de Mohamed Atta, uno de los autores materiales del atentado del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Hay también evidencias de un supuesto entrenamiento en Afganistán para llevar a cabo este tipo de atentados y para familiarizarse más con las nuevas tecnologías y el manejo de explosivos.

Además, Osman habría huido de Egipto, su país natal, por su vinculación con grupos extremistas, lo que el acusado negó de forma reiterada.

El único incidente de la primera sesión del macrojuicio del 11-M fue el que protagonizó la presidenta de la Asociación del 11 de Marzo, Pilar Manjón, que sufrió la pérdida de un hijo en los atentados.

Antes del comienzo de la sesión, Manjón se plantó ante todos los acusados para espetarles: "Quiero que me vean bien porque en los próximos cinco meses voy a ser su peor pesadilla". En ese momento, la mayor parte de los acusados bajó la mirada.

Manjón, quien ha mantenido una férrea lucha para esclarecer los hechos, adelantó que su organización no piensa dar crédito a las "teorías conspiratorias" que han venido fabricando en los últimos años algunos medios de comunicación conservadores y el derechista Partido Popular, que a pesar de todas las evidencias insisten en querer vincular a la organización armada vasca ETA con la matanza.

Por su parte, el ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró hoy en Bruselas que "los culpables serán condenados", al hablar en una conferencia de prensa al margen de una reunión con sus homólogos europeos. "España ha sentado ante los tribunales a muchos acusados y ha hecho una investigación rigurosa", agregó.

 
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