Usted está aquí: sábado 17 de febrero de 2007 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Raquítico crecimiento del país en el sexenio foxista

En las pasadas tres administraciones se pasó de mal a peor

Telefónica premia también a Gil Díaz

Con las cifras oficiales en el bolsillo (los "datos duros" que tanto presumía), Vicente Fox puede agregar una estrella al currículum que distribuye para sus "conferencias magistrales": en su sexenio, el "crecimiento" económico de México fue el peor de los últimos 25 años, con 2.3 por ciento como tasa anual promedio, sólo mayor a la registrada en tiempos de la "renovación moral" (0.34 por ciento), aunque la circunstancia económica entre una y otra administración no es comparable.

La Secretaría de Hacienda divulgó la información definitiva sobre el comportamiento del producto interno bruto en 2006: 4.8 por ciento de crecimiento, "el mayor" del sexenio foxista, con lo que la tasa anual promedio de "crecimiento" económico durante el "cambio" fue de tan sólo 2.3 por ciento, una proporción no registrada (salvo en la administración de Miguel de la Madrid, con el agravante de que en ésta la crisis fue permanente, se reportaron tres macro devaluaciones y se registró una inflación nunca antes padecida, entre otros factores) desde la segunda década del siglo XX. De hecho, en los últimos seis años de Porfirio Díaz la tasa anual promedio de crecimiento fue de 3.89 por ciento (mayor a la registrada en el sexenio zedillista, 3.5 por ciento, y similar a la del periodo salinista, 3.9 por ciento).

Lo cierto es que de acuerdo con las cifras definitivas del sexenio foxista, divulgadas por la Secretaría de Hacienda, en los últimos 25 años la tasa anual promedio de crecimiento económico resulta tan raquítica como 2.5 por ciento, una proporción a todas luces insuficiente para siquiera atenuar el grave deterioro social que registra el país (como comparativo, del sexenio cardenista al lopezportillista, dicha tasa anual fue ligeramente superior a 6 por ciento).

El anterior es el resultado concreto de cinco lustros de política económica con sus "cifras históricas", la "envidiable solidez macroeconómica", el "nunca antes visto riesgo-país", la "octava economía a nivel mundial" y demás flores de plástico que día tras día regala el discurso oficial.

En los hechos, en los últimos tres sexenios los "grandes resultados" económicos han sido cada vez menores: 3.9 por ciento como promedio anual de "crecimiento" en el salinato; 3.5 por ciento en el zedillato y 2.3 por ciento en el "cambio". Y el panorama no se vislumbra distinto en la "continuidad".

De acuerdo con Hacienda, en el cuarto trimestre de 2006 el producto interno bruto se incrementó 4.3 por ciento, la menor proporción de todo el año, lo que confirmaría la desaceleración económica pronosticada desde octubre pasado. En el primer trimestre el PIB avanzó 5.5 por ciento; en el segundo se redujo a 4.7 por ciento; en el tercero a 4.6 por ciento y en el cuarto, como se cita, a 4.3 por ciento, para hacer un promedio anual de 4.78 por ciento, cercano al registrado en el ultimo año del sexenio salinista (4.46 por ciento), pero bastante alejado del último año del sexenio zedillista (6.64 por ciento).

En 2006 el producto interno bruto del sector industrial se incrementó 5 por ciento, el de los servicios 4.9 por ciento y el agropecuario, silvícola y pesquero 4.8 por ciento.

Por lo que toca al comportamiento económico durante el cuarto trimestre de 2006, la Secretaría de Hacienda aportó la siguiente información:

El PIB del sector agropecuario, silvícola y pesquero creció 9.8 por ciento, resultado, dice, de la mayor superficie sembrada en el ciclo otoño-invierno y de la cosechada en ambos ciclos (primavera-verano y otoño-invierno), lo que se tradujo en un incremento en la producción de cultivos como frijol, maíz, trigo, plátano, tabaco, café cereza, papa, durazno, sorgo en grano y forrajero, cebada, cacao, sandía y limón, entre otros.

El PIB del sector servicios se incrementó 4.2 por ciento, dado el comportamiento positivo en las actividades de transporte, almacenaje y comunicaciones de 9.3 por ciento; servicios financieros, seguros y actividades inmobiliarias y de alquiler, 4.7 por ciento; comercio, restaurantes y hoteles, 2.8 por ciento, y en servicios comunales, sociales y personales, 1.7 por ciento.

El PIB del sector industrial avanzó 3.6 por ciento, derivado del alza de todos sus componentes: construcción, 5.9 por ciento; generación de electricidad, gas y agua, 5.4 por ciento; manufacturas, 3.1 por ciento, y minería, 0.8 por ciento.

Cifras desestacionalizadas indican que el PIB aumentó 0.47 por ciento en octubre-diciembre de 2006 respecto del inmediato anterior. En el primer trimestre de ese año, tal indicador fue tres veces mayor (1.54 por ciento).

Las rebanadas del pastel

Francisco Gil Díaz, que como secretario de Hacienda del "cambio" mucho tiene que ver en los resultados descritos, ya agarró nueva chamba, y no es como "consejero en Londres" de la trasnacional financiera HSBC (cargo que estrenó el pasado 2 de enero), sino como presidente de otra trasnacional, Telefónica de España, que en México, como en otros países latinoamericanos, se maneja como Movistar. La Secretaría de la Función Pública se hará más bolas con este nuevo caso, porque todavía no sabe cómo armar el expediente por el asunto HSBC. Lo único que esperan los dueños del consorcio español es que Gil Díaz reporte mejores resultados que como Secretario de Hacienda, porque si no irremediablemente irán a la quiebra... El próximo lunes se cumple un año de Pasta de Conchos, y los del Grupo México, más socios del gobierno del "cambio", siguen tan campantes.

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