Usted está aquí: viernes 23 de febrero de 2007 Capital Las viviendas de Tenoch 40, de "lujo" y a prueba de ladrones

Algunas tenían gimnasio, jacuzzi y centros de esparcimiento en las azoteas

Las viviendas de Tenoch 40, de "lujo" y a prueba de ladrones

Predominan imágenes de Malverde y la Santa Muerte y sistemas de seguridad digitales

ERIKA DUARTE

Ampliar la imagen Contrastante el interior de los departamentos de Tenoch 40 con la realidad de las calles de Tepito. En la gráfica, una de las viviendas donde predominan los altares a Malverde y a la Santa Muerte Foto: Víctor Camacho

La ubicación en una de las calles más concurridas del barrio de Tepito, la entrada oculta entre cientos de puestos semifijos y la afluencia de miles de comerciantes y compradores, la pintura descarapelada de la fachada y un zaguán dañado, contrasta con el "lujo" en el interior de los 144 departamentos que aún forman parte del predio ubicado entre las calles de Jesús Carranza y Tenochtitlán, mejor conocido como El 40.

La edificación de la unidad de interés social, nada tiene que ver con los acabados de lujo de cada una de las viviendas. Mucho menos con el gimnasio, el jacuzzi y un mural que se encuentra en uno de los departamentos más altos de la unidad, cuya azotea fue acondicionada como centro de esparcimiento, cual si fuera el de una residencia.

Y es que en el número 301-S se encontraban no sólo diversas colecciones de enciclopedias de Historia Universal y libros de Voltaire, Bocaccio y otros clásicos de la literatura, sino también una caja fuerte con marcas de impactos de arma de fuego; un gimnasio en una terraza cubierta con estructuras de aluminio y acrílico que permitía el paso de luz natural y dejaba ver un mural con técnica de aerosol; en el se aprecia, en la parte central y superior un águila republicana, plasmada entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Debajo del águila se observa la imagen de Emiliano Zapata, de cuerpo completo, el emperador Cuauhtémoc a sus pies, mientras que a los costados se combinaron figuras de la historia, del arte y de la farándula. Detrás del mural se encontró una tina de baño de aproximadamente 3 metros de largo por 2 de ancho, en un cuarto cubierto con acabados en loseta gris. En otro cuarto se encontraron 11 cartuchos útiles calibre .22 y 95 pastillas de anfetamina y restos de mariguana.

Búnker disfrazado de precario

El común denominador del resto de las viviendas son los altares a imágenes como San Judas Tadeo, la Santa Muerte y Jesús Malverde; las dos y hasta tres puertas metálicas de entre 5 y 8 centímetros de espesor, y de 6 a 9 candados y chapas reforzadas, además de sistemas de seguridad digitales y electrónicos.

La entrada por Jesús Carranza al predio de más de 5 mil metros cuadrados, que fue expropiado la semana por el Gobierno del Distrito Federal y recuperado la tarde del pasado miércoles, era quizá conocida por todos sus habitantes y asiduos visitantes. Las opciones de salida, tal vez no tanto.

Y es que ingresar al centro del predio, pero sobre todo a algunos de los departamentos era como incursionar en laberintos, en los que se encontraban paredes con dobles muros y pasillos estrechos que conectaban a dos capillas, a otros departamentos o vecindades aledañas, o inclusive a otra calle.

En el centro de la unidad se encuentran al menos seis arcos similares en sus características, que conducen a diversos pasillos y patios y que fueron construidos posteriormente a la edificación de del predio -se presume que su estructura y apariencia era fácilmente confundible por personas ajenas y a su vez una salida propicia en casos de emergencia, o bien de escape.

Pero, sin duda, uno de los pasajes más secretos, o por lo menos más ocultos, era el que se encontraba en uno de los departamentos del lado sureste, cuyos habitantes transformaron lo que era el espacio de una tubería en un pasillo de medio metro de ancho, protegido con tres puertas metálicas gruesas, y reforzadas con un muro de metal y de concreto, que permitía el acceso directo al local marcado con el número 40, por la calle de Tenochtitlán, en el que se comercializaban relojes y ropa, el que daba el emblemático distintivo de Tenoch 40.

Además, en la parte superior de ese departamento se encontraron indicios de tres teléfonos empotrados y distribuidos en las paredes norte, oriente y sur, cuya sala tenía una decoración con espejos en las paredes y el techo y detrás de una cantina ubicada en una de las esquinas, desde cuyo ángulo se observaba toda la habitación.

Por su peculiaridad, las autoridades presumen que ese espacio funcionaba como "central de operaciones" para el desarrollo de las actividades -presuntamente ilícitas- que ahí se realizaban.

Otros departamentos contaban con complejos sistemas de seguridad, similar a los empleados en sucursales bancarias, desde cuyo interior se podía observar a los visitantes, sin que éstos lo notaran, mientras que en su interior se encontraban anaqueles vacíos, al parecer parte de inmuebles de bodegas.

En el predio no queda ningún objeto de valor, pero sí rasgos de los altos ingresos que ahí se manejaban, así como centenares de kilos de basura y ropa que fueron abandonados en departamentos y pasillos. Desde la mañana de ayer fue cerrado y colocada una manta de unos diez metros de largo, con el escudo del gobierno local, mientras espera su demolición.

Afuera, la actividad parece volver a la normalidad, las 22 escuelas reabrieron sus puertas y -molestos- los comerciantes expusieron su mercancía, pues no ven con buenos ojos la presencia de los elementos de seguridad apostados sobre Jesús Carranza y Eje 1 Norte.

 
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