Usted está aquí: lunes 26 de febrero de 2007 Política Patrullas interceptoras y helicópteros, lo que más temen los narcos: la Armada

Construye la dependencia lanchas rápidas; logra ahorro de 300 mdd por unidad

Patrullas interceptoras y helicópteros, lo que más temen los narcos: la Armada

Impide falta de presupuesto alcanzar el número operativo "ideal" de 120 embarcaciones

JESUS ARANDA

Ampliar la imagen Patrulla interceptora Polaris II, de la Armada de México

"A quien más temen los narcotraficantes es a nuestras patrullas interceptoras y a los helicópteros", afirma el alto mando de la Armada de México, después de que operativamente, estas embarcaciones adquiridas inicialmente en Suecia y que después se inició su construcción en nuestro país, han demostrado su capacidad para interceptar droga en altamar.

A partir de que en los años recientes la proliferación de actividades ilícitas en el mar con el empleo de embarcaciones de alta velocidad, obligó a la Secretaría de Marina a comprar 40 patrullas interceptoras, y una vez que demostraron su eficacia, la dependencia resolvió adquirir la patente para construir en los astilleros de la dependencia, hasta la fecha, 20 patrullas, las cuales en su última versión (Polaris II), superan incluso la velocidad (50 nudos por hora) de las lanchas de doble motor (conocidas como Eduardoño) que se utilizan para transportar cocaína desde Sudamérica hacia México y Estados Unidos.

Además, de acuerdo con información oficial, la construcción de las patrullas representa un ahorro importante al erario nacional (300 mil dólares por unidad), así como la creación de fuentes de empleo para trabajadores civiles y la detonación de la actividad económica, sobre todo en Coatzacoalcos, Veracruz, que es donde se fabrican las patrullas.

El costo por cada unidad producida por la Armada es de 2 millones 200 mil dólares, mientras que el precio en Suecia supera los 2 millones 500 mil dólares, más los gastos de traslado que debe sufragar el importador.

Pese a los buenos resultados y a la capacidad instalada de los astilleros de la Secretaría de Marina, la falta de presupuesto ha impedido que se cumpla con la meta fijada desde que se compraron las primeras interceptoras, que la flota naval cuente con 120 unidades, que operativamente es considerado el número "ideal" para garantizar la seguridad y soberanía de los litorales nacionales.

Los modelos que ha desarrollado y construido la Armada en los años recientes son: Polaris I, Acuario, Acuario B.

Respecto de las nuevas Polaris II, en fecha próxima el presidente de la República, Felipe Calderón, abanderará las tres primeras embarcaciones, construidas totalmente de aluminio, transportan hasta 18 elementos y tienen una autonomía de hasta 350 millas náuticas.

Su longitud es de 17.25 metros por 3.80 metros de ancho.

Cuenta con una plataforma para la instalación de una arma antiaérea contra "blancos pequeños y rápidos, aéreos o de superficie"; cuenta con un equipo de navegación para operaciones diurnas y nocturnas.

De acuerdo con el alto mando de la Armada, las patrullas interceptoras son capaces de desarrollar: control marítimo en el mar territorial y zona económica exclusiva; defensa y protección de aguas nacionales; control de tráfico marítimo; así como ejercer el "poder naval defensivo" en operaciones contra el tráfico de drogas.

Según el alto mando, el trinomio que integran los buques oceánicos (que llevan a bordo lanchas rápidas y helicópteros, éstos últimos son los encargados de ubicar en altamar a las embarcaciones consideradas sospechosas), se completa con las interceptoras, las cuales por su velocidad y capacidad de fuego favorece la captura de dichas naves.

 
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