Número 128 | Jueves 1 de marzo de 2007
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus

CALIDAD DE VIDA

Lo natural no siempre es lo mejor

VIH y medicina alternativa:
opciones y riesgos

En este artículo se explican algunos elementos que deben tomarse en consideración al adoptar un enfoque naturista para combatir al VIH. Es muy importante la opinión del médico para evaluar este tipo de complemento al tratamiento. El hecho de que un tratamiento sea natural o alternativo no significa que carezca de toxicidad o de efectos secundarios adversos.

 


Varios estudios indican que entre una y tres cuartas partes de las personas con VIH han empleado algún tipo de tratamiento alternativo. Como el VIH/sida es una infección que pone la vida en peligro y la medicina convencional no ha encontrado una cura, los enfoques alternativos —modalidades tradicionales de sanación, enfoques de tipo espiritual, homeopatía, entre otros— han tenido un amplio uso. Se han documentado historias tanto de logros como de fracasos extraordinarios y, por ende, abundan las estafas.

Cuando no existían medicamentos aprobados, las personas con VIH veían a las hierbas medicinales como remedios de la naturaleza. Algunos de los productos tenían la reputación de promover la función inmunológica o de ser antivirales, otros se enfocaban más concretamente contra el VIH. Las recomendaciones iniciales se hicieron basándose en referencias informales o anecdóticas. Ahora algunas de ellas han sido estudiadas científicamente. Con frecuencia las personas creen que natural equivale a seguro. No es así. Para todos los tratamientos potenciales del VIH se deben sopesar los posibles riesgos y beneficios. Aquí la descripción de algunas opciones naturistas populares, con sus pros y sus contras.

Vitaminas y suplementos
El uso de vitaminas y suplementos es una elección de tipo muy personal, con algunos pacientes que no toman nada y otros que toman literalmente docenas de pastillas al día. Hasta el momento, no existe una evidencia científica valedera de los ensayos clínicos controlados que reporten cuáles vitaminas y suplementos, y en qué dosis, son los mejores para apoyar en el tratamiento del VIH. Se han publicado varios estudios de observación que muestran un retraso en la progresión de la infección en las personas que ingieren una mayor cantidad de vitaminas (de los alimentos o de suplementos), incluyendo vitamina A, B6, C, E, tiamina, riboflavina, niacina y betacaroteno. Las vitaminas siempre deben ser tomadas con alimentos, con excepción de la carnitina y el NAC (dos aminoácidos que se absorben mejor con el estómago vacío). Si usted está pensando seriamente en el uso de suplementos nutricionales, hágalo con la guía de un nutriólogo experimentado en el VIH.

Compuesto Q
Se trata de un medicamento intravenoso que proviene de la raíz de la planta conocida como pepino chino. Este se utiliza en China como una terapia contra el cáncer y para inducir abortos. Importado y vendido sin regulación sanitaria, el compuesto Q se administra en inyecciones intravenosas. Quienes lo recomiendan esperan que el compuesto Q reduzca notoriamente la carga viral, permitiendo que el sistema inmunológico se repare a sí mismo. No existe información definitiva que confirme su utilidad como tratamiento contra el VIH, y aunque hay algunos datos interesantes, también se ha documentado su alta toxicidad y casos de específicos de parálisis, ceguera, demencia o estado de coma derivados de su consumo.

Hipericin
El hipericin es un producto sintético extraído de la flor de San Juan (Hypericum perforatum), con reputación de tener una amplia gama de efectos antivirales contra el VIH, el herpes y el citomegalovirus. Originalmente, existieron evidencias en el tubo de ensayo de que el hipericin suspendía la reproducción del virus. Más tarde se comenzó un estudio con dosis intravenosas altas de hipericin, pero fue suspendido rápidamente debido a que provocó toxicidades en el hígado y erupciones en la piel ocasionadas por la sensibilidad a la luz. Ahora se sabe que su eficacia es marginal y se ha documentado que la flor de San Juan contrarresta los efectos del medicamento indinavir, por lo que representa un serio riesgo para la salud de las personas con VIH que toman un inhibidor de la proteasa.

Estimulantes del sistema inmunológico
Varios productos naturales estimulan el sistema inmunológico, tales como la echinacea, el Viscum album o el muérdago, el goldenseal (Hydrastis canadenses), los hongos shitake, el aloe y el ajo. Aunque cada producto tiene su base teórica para aumentar los recuentos de células CD4, estos estimulantes requieren más estudio en las personas VIH positivas. Las complejidades de las interacciones entre el VIH y el sistema inmunológico son tan grandes que la idea de estimular la función inmunológica es claramente un intento de simplificar demasiado las cosas. Un estímulo a las células CD4 puede ayudar al organismo o puede llevar a incrementar la reproducción del virus.

Fortalecer algunos de los mensajeros químicos del sistema inmunológico (citoquinas) puede ayudar al organismo, mientras que fortalecer otros puede llevar a fomentar el progreso de la enfermedad. En consecuencia, las hierbas que estimulan la función inmunológica han creado gran controversia dentro de la terapia contra el VIH y varios expertos desaconsejan su uso.

Similarmente, si las sustancias como el ajo y el pau d’arco contienen antibióticos naturales y antimicóticos (contra los hongos), existen consideraciones sobre los cambios que pueden ocurrir en el equilibrio de la flora normal del cuerpo (el equilibrio natural de bacterias y hongos) así como la posibilidad de desarrollar resistencia, como sucede con los medicamentos contra el VIH.

Cartílago de tiburón
Los hueso blandos de los tiburones contienen antibióticos naturales y otras sustancias que pueden disminuir el crecimiento de la formación de nuevos vasos sanguíneos en un tumor. Puesto que el cartílago de tiburón es difícil de tomar por la vía oral, ya que causa náuseas y tiene mala absorción en el estómago, por lo general se aplica como un enema de retención. Ha sido estudiado en un número reducido de personas y ha mostrado ser eficaz en algunos casos.

Alga verde-azul
Las algas verde-azules crecen en la superficie de un lago en Oregon y se venden como un nutriente rico en aminoácidos y minerales. Se dice que puede dar energía y vigor tanto al cuerpo como a la mente. Las personas reportan tener un mayor grado de energía con este suplemento, y en los días iniciales de las altas dosis de AZT, parecía ayudar a los pacientes a evitar la anemia causada por este medicamento.

Kombucha
Es una colonia viva de elementos de hongos y bacterias en crecimiento, también conocida como hongo de Manchuria. El rápido crecimiento en la popularidad de este tratamiento se originó en varios reportes de prensa. Se prepara y se toma como un té, el cual supuestamente posee propiedades inmunitarias y antibióticas. Existen algunas historias sobre mejorías dramáticas en la enfermedad del VIH e informes sobre aumentos de energía y de claridad mental. Una de las preocupaciones de algunos especialistas es que algunos gérmenes que causan enfermedades oportunistas, tales como el aspergilo, pueden también crecer dentro de la colonia. Los individuos con recuentos bajos de células CD4 deben tener mucha precaución y discutir con sus médicos si es apropiado para ellos tomar este tratamiento.

Anís
La raíz del anís ha sido utilizada hace mucho tiempo como tratamiento anti inflamatorio, y también como tónico y tratamiento para la presión arterial. Se utiliza en muchas mezclas de hierbas chinas. En el Japón, el glycyrrhizin, que es el extracto de la raíz, se utiliza como medicamento intravenoso con una eficacia documentada contra la hepatitis B. La mayor parte de las investigaciones realizadas con la raíz del anís provienen de Japón. En unos cuantos estudios pequeños ha mostrado beneficios contra la infección del VIH al disminuir la fatiga y el mareo, así como al ocasionar pequeños aumentos en los indicadores de laboratorio. También mostró ser útil para personas con problemas del hígado. Los efectos secundarios incluyen alta presión arterial, retención de líquidos y problemas del corazón.

Acupuntura y hierbas chinas
La medicina china es un método de sanación antiguo usado por más de 20 por ciento de la población mundial, con un énfasis en el tratamiento de la persona como un todo y no de la enfermedad en particular. Por ejemplo, dos personas con VIH podrían recibir dos tratamientos de medicina china muy diferentes basados en los puntos fuertes, las debilidades, los desequilibrios y las pautas que han regido la vida del individuo. A pesar de este enfoque tan altamente individualizado de la medicina china, se han establecido protocolos para probar las formulaciones estándar de hierbas y los tratamientos de acupuntura en la enfermedad del VIH. En numerosos estudios, las fórmulas con astrágalo, lingustrum, ginseng, anís y otras hierbas chinas han mostrado eficacia contra varios síntomas, tales como fatiga, sudores, pérdida de peso, diarrea y erupciones de la piel. Hasta el momento no se ha documentado que estas hierbas mejoren los indicadores de laboratorio. Quienes quieran incursionar en este campo deben consultarlo con su médico e, idealmente, conseguir un practicante de medicina china que tenga experiencia en el tratamiento del VIH. Existen muchas maneras de combinar estos enfoques con las prácticas estandarizadas de medicina. De hecho, la medicina china puede ofrecer alivio para ciertos efectos secundarios producidos por algunos medicamentos.

Tomado del texto “Terapias alternativas y complementarias” de la organización Project Inform. Traducido y adaptado al español por Luis D. Merino.
www.projectinform.org