Usted está aquí: viernes 2 de marzo de 2007 Política Bajo presión y hostigamiento se consuman despidos en el IFE

Ceden trabajadores para evitar largos litigios laborales

Bajo presión y hostigamiento se consuman despidos en el IFE

ALONSO URRUTIA

La mayor parte de los trabajadores del Instituto Federal Electoral (IFE) que la víspera se habían rehusado a firmar su renuncia, finalmente lo hicieron este jueves. Algunos lo aceptaron para evitar un largo litigio con la institución. En otros casos, por la necesidad de dinero que les ofrecieron por su liquidación, y en los menos, por las presiones y "hostigamiento" de los jefes.

De acuerdo con versiones de trabajadores, al pretender justificar la decisión del despido de 278 personas, se les dejó entrever que éste es apenas el primero de dos recortes que realizará la institución en el año.

"Habrá un nuevo recorte en junio, según me aseguraron", confió una de las empleadas que terminaron su relación laboral con el instituto.

Al respecto, la consejera electoral Lourdes López señaló que por el momento no se tiene determinado un nuevo despido de trabajadores.

Lo que habrá en junio, agregó, será una valoración de los ahorros presupuestales que se desprenderán de las diversas medidas de austeridad aplicadas desde enero pasado.

"No se aferre, es una decisión tomada ya"

"No se aferre, es una decisión que ya está tomada", contó una trabajadora del secretariado al narrar la forma en que la conminaron a firmar su renuncia.

Su respuesta al funcionario fue: "Cómo no me voy a aferrar al trabajo, si hasta Ugalde (Luis Carlos, el consejero presidente del IFE),se aferra a su puesto".

Finalmente, terminó aceptando un finiquito de casi 60 mil pesos por siete años de trabajo, suma que, según le dijeron, era un pago "ligeramente superior" al que dispone la legislación laboral.

Los trabajadores elegidos para ser despedidos no tenían alternativa: la liquidación bajo estos parámetros estaba condicionada a la firma de su renuncia "voluntaria" al puesto de trabajo.

"Por este conducto, presento a usted mi renuncia irrevocable con esta fecha al puesto (...) agradeciendo las facilidades que me brindaron para el buen desempeño". Así, aunque en la enorme mayoría de los casos la medida causó profundo enojo entre los cesados, finalmente tuvieron que firmar una carta en la que terminaban dándole las gracias a la institución, según el machote previamente elaborado.

Adjunto se les entregaba otro oficio en el que se puntualizaban las razones del cese, en el que se alude expresamente al acuerdo del consejo general por medio del cual se aprueba el ajuste presupuestal al capítulo 1000 en las oficinas centrales del instituto. En dicho documento se habla de un estudio de la "estructura ocupacional" del área, versión que no corresponde a la de los trabajadores, que consideran que fue discrecional por filias o fobias de los jefes.

Cuestionada al respecto, la consejera López comentó que cada una de las áreas tuvo en sus manos la decisión sobre el personal que debería ser cesado bajo ciertos parámetros para lograr los mayores ahorros y los menores efectos.

Si bien en el acuerdo del consejo general no se dieron lineamientos generales para que las diversas oficinas acataran la disposición, dijo la consejera, existieron criterios básicos para determinar los despidos, tales como el costo que implicaría la liquidación, impedir una afectación a la estructura de cada oficina y cumplir con el porcentaje establecido de reducir 4 por ciento el capítulo 1000.

Por otro lado, de acuerdo con los diversos contratos con particulares que ya se han aprobado en el área administrativa del IFE, sobresale uno con la Federación Mexicana de Futbol por un monto de 3.1 millones de pesos. Anunciado en la página de Internet, no se ha informado si como parte de la austeridad institucional se cancelará.

 
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