Usted está aquí: sábado 3 de marzo de 2007 Mundo Ratifican legisladores a Kadyrov como presidente checheno

Ratifican legisladores a Kadyrov como presidente checheno

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscú, 2 de marzo. Ya en el primer día de los 15 que concede la ley a los legisladores chechenos para aceptar o rechazar al candidato que el Kremlin escogió como gobernante para su república, Ramzan Kadyrov se convirtió hoy en presidente de Chechenia.

Con 56 votos de los 58 posibles, la ratificación de Kadyrov se volvió mero trámite, como no podía ser de otro modo en un Parlamento integrado en su totalidad por seguidores del polémico protegido del mandatario de Rusia, Vladimir Putin.

A sus 30 años, Kadyrov es el más joven de los dirigentes regionales y personifica el primer caso en la historia reciente de este país de transferencia hereditaria del poder, sin contar el inconcluso periodo de la presidencia nominal de Alu Aljanov.

Al morir en un atentado Ahmad Kadyrov, ex mufti o líder religioso que había proclamado la guerra santa contra Rusia y luego se cambió de bando para encabezar el régimen pro ruso, el Kremlin mantuvo su apuesta por chechenizar el conflicto.

El clan de Gudermés, la segunda ciudad chechena en importancia, feudo de los Kadyrov, trató de imponer entonces al jefe de la guardia pretoriana del asesinado gobernante, pero en mayo de 2004 a Kadyrov le faltaban dos años y medio para alcanzar el mínimo de edad fijado en la Constitución chechena para ser presidente.

Como solución temporal, aunque para los próximos cuatro años, se encontró en el entorno de Kadyrov padre a una figura gris, el ministro del Interior Alu Aljanov, a quien se instaló en la presidencia nominal, concentrando el poder real en manos de Kadyrov hijo, nombrado viceprimer ministro encargado de los servicios de seguridad y, en marzo del año pasado, primer ministro.

Decisión del Kremlin

Tal vez nunca se sabrá si Aljanov incumplió el probable acuerdo de retirarse a la mitad de su mandato, en octubre de 2006, o si no hubo tal y Kadyrov, al cumplir 30 años, no quiso esperar más.

En cambio, es claro que a partir de ese momento la confrontación en la cúpula chechena pro rusa fue subiendo de tono y, al amenazar con desbordarse, el Kremlin tomó partido por el más fuerte, al hacer dimitir a Aljanov el 15 de febrero anterior.

En las prisas por ratificar a Kadyrov, ni el Kremlin ni el Parlamento checheno repararon en el hecho de que la Constitución de Chechenia es la única que todavía no se ha modificado acorde con la reforma federal que abroga las elecciones de dirigentes regionales y que permite al titular del Kremlin "proponer" al gobernante a los respectivos parlamentos, lo que en la práctica se traduce en su nombramiento desde Moscú.

Kadyrov ya es presidente, aunque para ello se violó la Constitución chechena, que deberá ser enmendada a posteriori. Las autoridades federales suelen hacer oídos sordos a denuncias de ilegalidades mucho más graves y es previsible que Kadyrov seguirá contando con pleno respaldo mientras Putin despache en el Kremlin.

El flamante presidente checheno tiene un año para demostrar al siguiente mandatario ruso, si Putin deja el cargo en la primavera de 2008, que no hay alternativa a su liderazgo en la república norcaucásica.

Y es que, en el primer círculo de Putin, no todos comparten su predilección por Kadyrov, a quien consideran un ex separatista que luchó contra el ejército federal y al que ahora, a cambio de lealtad, se le permite hacer y deshacer en Chechenia.

 
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