Usted está aquí: lunes 12 de marzo de 2007 Economía Estricta vigilancia del gasto público, anuncia Hacienda

Los estados deberán rendir informes sobre el ejercicio y destino de los recursos

Estricta vigilancia del gasto público, anuncia Hacienda

Transparencia y cuentas claras, requisitos para la discusión de una eventual reforma fiscal

Las erogaciones del gobierno deben ser eficaces y producir los resultados esperados, define

ANTONIO CASTELLANOS

El gasto público a partir de este año estará sujeto a una estricta vigilancia. Por ello, a partir de este trimestre las entidades federativas deben rendir un informe sobre el ejercicio y destino de los recursos que reciben de la Federación, y en su reporte deberán incluir indicadores sobre los resultados obtenidos.

La discusión de una eventual reforma fiscal debe abarcar la transparencia y la rendición de cuentas en todos los órdenes de gobierno. Además, las erogaciones gubernamentales deben ser eficaces y su aplicación debe producir los resultados esperados, precisó la Secretaría de Hacienda.

La dependencia indicó que la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria establece que tanto la Ley de Ingresos como el Presupuesto de Egresos de la Federación se elaborarán con base en objetivos y parámetros cuantificables de política económica, acompañados de sus correspondientes indicadores de desempeño.

También señala que las actividades que lleven a cabo las dependencias y entidades deben dar cumplimiento a su misión, objetivos, políticas y metas, lo que se comprobará mediante indicadores de resultados.

Las autoridades hacendarias señalaron que dichos indicadores de desempeño corresponderán a un índice, medida, cociente o fórmula que permita establecer un parámetro de medición de lo que se pretende lograr en un año, expresado en términos de cobertura, eficiencia, impacto económico y social, calidad y equidad.

Hacienda informó que a partir de estos indicadores el Sistema de Evaluación del Desempeño aportará los elementos metodológicos que permitan realizar una valoración objetiva del desempeño de los programas, verificando el grado de cumplimiento de las metas y objetivos.

Con base en este sistema, la dependencia y la Secretaría de la Función Pública verificarán cada bimestre, por lo menos, los resultados de ejecución de los programas y presupuestos de las dependencias y entidades, para identificar la eficiencia y la calidad en la administración pública federal, y el impacto social del ejercicio del gasto público, así como para aplicar las medidas conducentes.

Señaló que los indicadores del Sistema de Evaluación del Desempeño deberán formar parte del Presupuesto de Egresos, e incorporar sus resultados en la Cuenta Pública, para explicar en forma detallada las causas de las variaciones y su efecto económico, datos que serán considerados para efectos de la programación, presupuesto y ejercicio de los recursos.

Para cumplir con esta importante medida de rendición de cuentas, el Presupuesto de Egresos de la Federación para este año establece que los compromisos e indicadores de desempeño de las dependencias y entidades se formalizarán por los titulares respectivos, a más tardar en abril, y se reportarán a partir del segundo informe trimestral al Congreso de la Unión.

Por último, la dependencia estableció que los indicadores de resultados son un componente imprescindible de la rendición de cuentas, porque no basta saber en qué se empleó el dinero del contribuyente, sino también qué fue lo que se logró con dicho gasto.

Inversión privada

Hacienda anticipó que a pesar de la volatilidad en los mercados internacionales bursátiles y petroleros, la inversión privada mantendrá una tendencia creciente este año. Señaló que las variables financieras prevén condiciones de estabilidad que mantendrán reducidas las tasas de interés.

El reporte hacendario indicó que la diversificación de las exportaciones, otros cambios estructurales y las políticas de estabilización, han hecho que se observen ciclos de negocios normales, sin turbulencia.

El año pasado se observó un elevado crecimiento de las exportaciones y de la producción industrial. Sin embargo, hacia finales de 2006 el menor dinamismo de la economía de Estados Unidos y la evolución de la producción automotriz se tradujeron en un menor crecimiento de las mismas. Después de la reconfiguración en el sector automotriz se registrarán tasas normales de crecimiento.

En este comportamiento, agregó, la recuperación de la demanda interna y del empleo se tradujo en un crecimiento elevado y una mayor demanda de bienes comerciables. Esto contribuyó a que en 2006 se obtuviera un superávit de 0.23 por ciento, con una reducción en la deuda pública a 20.3 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Según la dependencia, la menor deuda, junto con una política monetaria prudente, ha llevado a mínimos históricos del riesgo país, que mide la capacidad para cumplir con las obligaciones de deuda foránea; asimismo, ha mantenido a la baja las tasas de interés, también como resultado de la prudencia fiscal que ha contribuido a la estabilidad macroeconómica.

El informe de las autoridades hacendarias destacó que la estabilidad se expresó en un aumento del ahorro y del crédito al sector privado, que pasó de 15.1 a 16.9 por ciento del PIB en el último año, un crecimiento de 297 mil millones de pesos, que han contribuido a recuperar competitividad.

En México se anticipa un comportamiento similar al de Estados Unidos y las expectativas también han comenzado a revisarse al alza, pero no mayores a las de 2006, cuando la economía avanzó 4.8 por ciento.

 
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