Usted está aquí: lunes 12 de marzo de 2007 Opinión Cuando la basura nos alcance

Iván Restrepo

Cuando la basura nos alcance

Otra promesa incumplida del gobierno foxista fue la de dejar un México más limpio, con la basura hogareña e industrial depositada en los lugares adecuados, además de impulsar programas que promovieran hábitos de reuso y reciclaje. En un acto especial, celebrado hace seis años, el señor Fox puso en marcha la cruzada para el manejo integral de los residuos sólidos. sin embargo, ahora comprobamos que, al igual que como en los casos del agua y el bosque, al sexenio anterior se le fue el tiempo en otras cosas, como garantizar al Partido Acción Nacional la Presidencia de la República.

Cuando la basura nos alcance, un libro de reciente aparición, pulcramente editado por La Casa Chata, muestra hasta qué grado se acumulan los desechos en todo el país y de manera notable en las zonas metropolitanas. La obra reúne la amplia experiencia que durante varios lustros ha acumulado nuestro basurólogo más importante, el doctor Gerardo Bernache, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Unidad Occidente, quien anteriormente colaboró en varios proyectos sobre la materia en Estados Unidos y la ciudad de México.

Bernache ofrece en su nuevo libro el panorama nacional de la basura y centra su análisis en la zona metropolitana de Guadalajara, donde los hogares generan cada día casi 4 mil toneladas. Como parte de ella, y aunque en pequeñas cantidades, las familias aportan desechos contaminantes o de tipo sanitario que al sumarse al gran total metropolitano se convierten en un problema que afecta la salud pública y los recursos naturales, en especial al agua.

El investigador demuestra en su texto que estamos muy lejos de contar con políticas públicas para disminuir la generación de basura y que tampoco disponemos de auténticos rellenos sanitarios, modernos, que garanticen el control adecuado de los factores contaminantes. Nos muestra el colmo: uno de los tiraderos de Guadalajara, el de Coyula, fue asiento de un importante sitio arqueológico edificado hace más de mil años. Hoy yace enterrado por más de 5 millones de toneladas de residuos.

A mediados del sexenio pasado varias dependencias del gobierno federal dejaron saber que la promesa inicial de limpiar de basura al país iba por mal camino, mientras crecía la generación de desechos. El último medio siglo, por ejemplo, se triplicó el aporte por habitante, destacadamente en las zonas metropolitanas de las ciudades de México, Cuernavaca, Tijuana, Puebla, León, Guadalajara, Cancún, Acapulco y Oaxaca. Hoy la situación es muy grave en varios estados, como en Morelos, donde el anterior gobernador, el panista Sergio Estrada Cajigal, anunció la construcción de un relleno sanitario de primer mundo que terminaría con el peligro que para la salud y el ambiente representa el tiradero a cielo abierto de Tetlama, donde diariamente iban a parar más de mil toneladas de basura de Cuernavaca y otros 10 municipios, los más poblados de la entidad. Estrada no cumplió y para evitar daños a su salud, los pueblos vecinos al tiradero cerraron sus accesos, por lo que las autoridades tuvieron que enviar parte de la basura (unas 400 toneladas diarias) al relleno sanitario de Tlalnepantla, en el estado de México. Pero allí ya no quieren recibirla. El gobierno de Morelos dice tener un sitio para construir un moderno confinamiento, mas la ciudadanía desconoce todo lo relativo a esa obra.

Menos se sabe de los planes de las autoridades de la ciudad de México para contar con un sitio para confinar las miles de toneladas de basura que desechan sus habitantes. Actualmente van a dar al Bordo Poniente, rebasado en su capacidad, y al que cada año, como por arte de magia, se le alarga su existencia. Hace tres años la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente recomendó cerrarlo porque constituye un peligro para la salud pública y el ambiente. Ramón Ojeda Mestre, ex procurador del medio ambiente en el estado de México, advirtió sobre la urgencia de que el Distrito Federal y los estados de México e Hidalgo establezcan un programa conjunto para resolver el problema, algo que han pedido innumerables veces, sin éxito, los especialistas en la materia.

La actual administración también promete poner la basura en su lugar cuando ya nos alcanzó.

 
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