Usted está aquí: jueves 15 de marzo de 2007 Mundo Movilización en Washington por una reforma migratoria integral

Redes y organismos defensores de derechos civiles invaden oficinas de congresistas

Movilización en Washington por una reforma migratoria integral

ONG, sindicatos y grupos religiosos exigen fin a las redadas y a la militarización de la frontera

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen A su llegada a Washington, el presidente George W. Bush descartó la renuncia del secretario de Justicia, Alberto Gonzales, aunque horas antes en la ciudad de Mérida lo censuró por el mal manejo en el despido de ocho fiscales federales. "Se cometieron errores y no estoy contento por ello", dijo Bush en México. Por lo pronto, el senador republicano John Sununu se sumó al reclamo de la oposición demócrata en el Congreso para que Gonzales sea relevado Foto: Ap

Nueva York, 14 de marzo. Con el Congreso elaborando nuevos proyectos de ley para una reforma migratoria y el presidente George W. Bush prometiendo en México que se dedicará a impulsarla, cientos de representantes de diversas organizaciones nacionales y locales invadieron las oficinas de legisladores esta semana para promover una reforma integral.

Varias coaliciones de organizaciones de inmigrantes, latinos, sindicatos, asociaciones empresariales, la Iglesia católica, sectas religiosas, defensores de derechos civiles y humanos, organizaciones comunitarias y defensores de derechos de los migrantes, han intensificado sus campañas para promover una reforma integral del sistema de migración, el cual casi todos en este debate nacional consideran como "descompuesto".

En Washington grupos nacionales expresan entusiasmo por la posibilidad de lograr la promulgación de una reforma "integral" este mismo año. Frank Sharry, director del Foro Nacional sobre Migración, declaró que "hay gran optimismo" en que se podrá lograr una reforma este año. Señala que existe un consenso general entre el presidente Bush, el nuevo liderazgo demócrata del Congreso y diversos sectores -desde sindicatos a la Cámara de Comercio de Estados Unidos, junto con la Iglesia católica, y cientos de agrupaciones nacionales y locales de todo tipo-, y eso ofrece una "oportunidad sin precedente" para concretar la primera reforma migratoria en 20 años.

De hecho existen alianzas entre estos sectores, donde empresarios y líderes sindicales, obispos y figuras políticas nacionales tanto liberales como conservadoras están trabajando conjuntamente, no obstante sus profundas diferencias en otros temas. También hay redes nacionales y coaliciones conformadas por diversas organizaciones representando a sectores directamente involucrados en el tema de la migración o de los propios migrantes.

La recién anunciada Coalición por una Reforma Migratoria Integral (Coalition for Comprehensive Immigration Reform o CCIR) es encabezada por varias organizaciones nacionales, entre ellas el Consejo Nacional de la Raza, los sindicatos nacionales de las ramas de servicios y hoteles (SEIU y UNITE/HERE), MALDEF, el Foro Nacional de Inmigración, NALAAC y varias agrupaciones comunitarias y religiosas, anunció una campaña nacional para promover la aprobación de una reforma integral este año. "Esta campaña no tiene precedente en la comunidad pro-reforma. Nunca antes hemos reunido bajo una bandera una coalición política tan formidable para luchar por la aprobación de una reforma integral de inmigración", dijo Cecilia Muñoz, vicepresidenta del Consejo Nacional de la Raza. La coalición ya cuenta con 4 millones de dólares para financiar la campaña, la cual se realizará en unos 30 estados y con un equipo de cabildeo nacional en Washington.

A la vez, la Red Nacional de Derechos de Inmigrantes y Refugiados (NNIRR, por sus silgas en inglés), la cual congrega grupos y organizaciones de inmigrantes de base por todo el país, también participa en el cabildeo y debate sobre una reforma, y esta semana unos 200 representantes de comunidades inmigrantes de la red realizaron visitas a legisladores. "Estamos aquí para entregar un mensaje claro y poderoso al Congreso: tienen que aprobar un programa justo de legalización que proteja los derechos de todo los trabajadores inmigrantes y refugiados indocumentados, sus familias y sus comunidades", declaró Catherine Tactaquin, directora ejecutiva de NNIRR.

La red también insistió en que las voces de los propios inmigrantes deben ser escuchadas en este debate, y demandó el fin de las redadas y la criminalización de las comunidades inmigrantes, así como un fin a la militarización de la frontera y los abusos de los derechos humanos.

Por otra parte, una iniciativa de organizaciones latinas, migrantes y sindicales ha impulsado un Marco Unido para la Reforma Migratoria que establece una serie de principios que cualquier reforma debe contener, con énfasis en la regularización de la condición legal de más de 12 millones de indocumentados y el rechazo a medidas de seguridad pública contra los migrantes (el muro, redadas, etcétera). Los promotores de este esfuerzo, entre ellos la central obrera AFL-CIO, organizaciones latinas como el William C. Velásquez Institute, LULAC, MALDEF, y redes de organizaciones migrantes como NALACC, también están presentando este marco a legisladores en el Capitolio.

Algunos sectores están convocando a una nueva serie de movilizaciones de los trabajadores migrantes en varias partes del país, mientras se realizan manifestaciones y marchas en ciudades como Nueva York o en pueblos como Morristown, Nueva Jersey o Hazleton, Pennsylvania, en demanda de una reforma o en defensa de los derechos contra iniciativas locales para criminalizar y expulsar inmigrantes.

Criterios diferentes

Aunque hay consenso entre esas diversas alianzas, redes y coaliciones, también hay diferencias fundamentales, sobre todo entre algunas agrupaciones nacionales (incluso dentro del mundo sindical y del movimiento latino) y organizaciones de migrantes en diversos puntos del país. Algunos promueven la necesidad de aceptar ciertas concesiones para lograr un acuerdo legislativo, otros insisten en que aceptar un proyecto legislativo que no cumple con ciertas demandas consideradas fundamentales es peor que lograr la aprobación de una ley que implica consecuencias negativas para los migrantes.

Los dos temas que más provocan división son un programa de trabajadores huésped y el vínculo entre seguridad y migración; algunos grupos rechazan ambas cosas y otros insisten en que tendrán que formar parte de cualquier proyecto si es que una reforma prospera este año. El debate empieza de nuevo.

 
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