Usted está aquí: viernes 16 de marzo de 2007 Espectáculos "Talento y suerte, claves en la industria de la animación"

Peter Lord y David Sproxton, creadores de Pollitos en fuga, en Mar del Plata

"Talento y suerte, claves en la industria de la animación"

Ardman Animations ha ganado cuatro premios Oscar en ocho nominaciones

JORGE CABALLERO ENVIADO

Mar del Plata, Argentina, 15 de marzo. En el séptimo día del 22 encuentro internacional de cine de esta ciudad la jornada estuvo marcada por la presencia de los creadores de los estudios Aardman Animations, de la ciudad inglesa de Bristol: Peter Lord y David Sproxton, conocidos ampliamente en México y el resto del mundo occidental por sus películas de personajes animados en plastilina Wallace y Gromit, Pollitos en fuga y más recientemente la estupenda Lo que el agua se llevó. Las actividades del dúo creativo las inició Sproxton dictando una clase magistral donde explicó el nombre de sus reputados estudios animados: "Fue el nombre que le dimos al primer personaje que inventamos Lord y yo en 1972, que surgió de la cruza entre las palabras oso hormiguero y Superman, esa animación clásica fue también la primera que nos compró la BBC de Londres, cuando teníamos 17 años".

Bateo casi perfecto

Aardman Animations se convirtió en uno de los estudios más importantes por la vanguardia mundial que ha dotado a sus creaciones únicas, divertidas, comerciales e independientes. Hasta el momento el estudio ha ganado cuatro premios Oscar de las ocho postulaciones que ha recibido, o sea, que si fueran beisbolistas tendrían un promedio de bateo de 0.500.

Sproxton frotándose las manos, como pretendiendo moldear al público como a sus personajes, dio inicio al monólogo reforzado con imágenes de su trabajo en estos 30 años: "Al principio, después de crear al personaje Aardman descubrimos que la animación en plastilina era muy barata, así que creamos a nuestro primer personaje con este material y le pusimos Morph, con el cual hicimos clips animados para la BBC para niños sordos, un buen método, una buena disciplina para contar una historia sin diálogos. Poco después al asistir a festivales de cine en Europa nos dimos cuenta de que en el mundo se estaban creando muchas cosas alrededor de la animación con plastilina... Mandamos nuestra trabajos, pero no eran seleccionados, por ser considerados para niños".

Mostrando un fotograma con la Reina Isabel, donde lo inviste como comandante del imperio británico, dijo: "Cualquier problema que tengan con el Reino Unido lo puedo solucionar".

Claro, habría que ver si puede hacer algo para que devuelvan las Islas Malvinas a Argentina.

Después retomó la charla: "Para que nos aceptaran en los festivales inventamos al personaje de Adán, era igual a Morph pero tenía genitales... así entramo al cine. Después llegó lo que es el germen de Wallace y Gromit, Shean The Sheep".

Reflexionado, Sproxton agrega: el trabajo requiere "disciplina y debes tener talento, sincronización, suerte y ser una especie de escultor; dotar al muñeco de plastilina de carácter propio, hacerlo verosímil".

Sproxton confesó que la evolución llegó cuando Peter Gabriel los invitó a participar en su video Sledgehammer (1996): "Nunca habíamos trabajado en la música, así que ese video fue muy importante porque después desarrollamos Las aventuras de Wallace y Gromit, y consideramos que ya estábamos listos para hacer un largometraje en animación en plastilina, claro que teníamos miedo de que resultara cansado ver estos personajes durante más de 60 minutos... fuimos a Hollywood y nos asociamos con DreamWorks para hacer Pollitos en fuga la cual tuvo mucho éxito".

El creador también se refirió a la transformación que ha sufrido en estos 30 años la animación en plastilina: "Nuestro personaje Morph, que era muy básico, fue muy vanguardista en su momento, ahora tenemos computadoras que nos ayudan a darle movimiento a los personajes. Antes me tenía que alejar para ver cómo el personaje se tenía que mover... Aunque ahora con toda la tecnología se graban 20 segundos de animación al día y nosotros grabábamos 20 minutos al día, lo que quiere decir que éramos más eficaces".

Jornada gélida

El clima gélido y lluvioso que tomó por asalto este día Mar del Plata parece que mermó la calidad de las películas en la competencia oficial, donde se presentaron en estricto orden de horario: Cuatro elementos, de la holandesa Jiska Rickels, quien presenta una somnifera historia new age donde desde el comienzo de los tiempos la humanidad trató de comprender los elementos primarios que constituyen el mundo: la tierra, el agua, el fuego y el aire; en ellos los hombres veían el reino de los dioses. Para mantenerlos contentos, esos elementos fueron tratados con mucho cuidado. Con el desarrollo de la civilización, finalmente, se descifraron. Habiendo perdido su misticismo, los elementos se transformaron en simple materia y la gente perdió el respeto por su poder; la tarea es recuperar su esencia. ¡Horror!

Otra fue Honor de caballería, debut del español Albert Serra, una ficción de Don Quijote y Sancho, quienes cabalgan disertando temas filosóficos y espirituales, mientras el equipo técnico y artístico del rodaje construye un viaje paralelo al de los personajes, para finalmente intersectarse en la reflexión de si realmente vale la pena acabar la película.

La tercera y última cinta en cuestión es la argentina Ciudad en celo, de Hernán Gaffet, una historia ligera de poco contenido, con final lacrimoso.

 
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