Usted está aquí: martes 20 de marzo de 2007 Cultura Llama indígena yaqui a mujeres a ''inconformarse como nosotras''

El gobierno de Bours quiere el terreno que habitan Esperanza Molina y sus compañeras

Llama indígena yaqui a mujeres a ''inconformarse como nosotras''

ARTURO JIMENEZ ENVIADO

Hermosillo, Son. Junto a un puñado de compañeras yaquis ha tomado al menos tres veces el palacio de gobierno de Sonora, con ellas comenzó en 1994 un movimiento que, un año después, logró la fundación de una colonia donde gobiernan las mujeres indígenas porque en sus comunidades eran discriminadas por los hombres, es una activa promotora cultural de todas las etnias de la entidad y un puente entre los yaquis de Estados Unidos y los de México, además de defensora de los derechos humanos de los migrantes, que por aquí pasan en su peregrinar hacia el norte.

Pero sobre todo: es una controvertida agente de cambios dentro de la tribu yaqui y, al mismo tiempo, promotora de las más profundas tradiciones que dan identidad a los protagonistas de esa cultura.

Esperanza Molina casi nunca se separa de su cámara de video, que carga en el hombro para ayudar a burlar la muerte y al tiempo a quienes quedan protegidos dentro de las cajitas de plástico que guardan las cintas de los vhs y dvd digitales.

''Si nosotros guardamos la historia de nuestros pueblos, éstos nunca desaparecerán, porque esas imágenes pasarán de generación en generación entre los yaquis", dice la vi-deoasta, quizá la primera y la única en haber documentado in situ la ancestral Danza del Venado, pues las autoridades tradicionales suelen prohibirlo.

Esos videos, agrega Molina en entrevista, también han servido para documentar y denunciar los atropellos e injusticias sociales en las comunidades indígenas sonorenses. ''La gente, con su propia voz, hace las denuncias a las autoridades".

Ella confiesa que en ese trabajo de documentación prefiere el menor apoyo posible, para que no se altere su idea original. ''Si alguien que no es de nosotros los indígenas interviene, el video ya no sale igual, porque su visión de las cosas es distinta".

Molina, quien igual prepara videastas indígenas, promueve cursos de sexualidad entre mujeres y niños o es anfitriona del subcomandante Marcos, participó en el sexto Encuentro Nacional de Creadoras de Sueños y Realidades. Mujeres Indígenas en el Arte, en el que presentó dos de los 12 videos que ha realizado, entre ellos un videoclip de la canción Mujer, del grupo de rock seri Hamac Caziim.

Una vida de esperanza

La vida de Esperanza (en el doble sentido de la frase) comenzó a transformarse hace más de una década, ''cuando el video llegó a Sonora y comenzó a interesarme", pese a la oposición masculina.

Desde entonces empezó una lucha con otras mujeres ''divorciadas, dejadas o inconformes" para ganar espacios y vencer los obstáculos impuestos por la estructura social y las autoridades tradicionales (consejos de ancianos y gobernadores), controladas por varones.

En ese tiempo gobernaba Sonora el ahora senador priísta Manlio Fabio Beltrones, a quien después de varias protestas las mujeres de Esperanza lograron arrebatarle un pedazo de tierra a tres kilómetros de Hermosillo, que denominaron El Sarmiento Yaqui.

Ahí la casa de Esperanza, donde vive con su marido mestizo y seis hijos, se ubica en la parte alta de un cerro para cuidar mejor el asentamiento feminista y poder vigilar la llegada de forasteros.

Y es que, en cierta ocasión, policías federales balearon una de las viviendas. Otra día llegó un grupo de hombres yaquis que ha intentado destituirla como capitana o gobernadora comunitaria para tomar el poder local, lo que no ha logrado.

Luego de varios años en situación más que precaria, El Sarmiento Yaqui, con unas 25 familias, la mayoría viviendo en casas de cartón, cuenta ahora con servicios básicos, como energía eléctrica, agua potable y piso de cemento en sus viviendas.

Las mujeres de El Sarmiento Yaqui han creado una escuela y construido una iglesia, pues los rituales de la tribu, como la Danza del Venado, el pascola o las fiestas de Semana Santa, siguen recreándose, inclusive con mayor vigor que en algunas comunidades del Valle del Yaqui, ubicadas de Empalme, hacia el sur del estado.

Sin embargo, el éxodo de las valientes yaquis parece no terminar aún, pues ahora el gobierno del también priísta Eduardo Bours les propuso desalojar ese territorio porque será utilizado para proyectos de urbanización.

Esperanza y sus mujeres no descartan el traslado, pero a cambio de que se les dote de un ''fraccionamiento" con casas dignas, calles pavimentadas, escuelas, museo y una tienda de artesanías. Ellas están en posición de negociar y sólo se moverían cuando la nueva colonia estuviera lista para ser ocupada.

''La licenciada"

Molina también trabajó en el Centro de Video Indígena del Noroeste, de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Cdi), que fue cerrado hace un año por ''incosteable". Ella quedó desempleada y 150 videastas, hombres y mujeres, interrumpieron su capacitación.

Sin espacio para trabajar, pero con su equipo de video, Molina fue invitada a colaborar por Mayra Mendivil de Fernández, señora altruista de Hermosillo que apoya proyectos en beneficio de indígenas, sectores de escasos recursos y migrantes.

Esperanza recibe de 3 mil pesos mensuales de Mendivil (casi el doble de lo que ganaba en la Cdi), a cambio de coordinar las actividades de la organización civil Casa Amiga, que apoya con camas, comida, baños y ropa a migrantes mexicanos y centroamericanos.

En Casa Amiga la videasta también cuenta ahora con un espacio equipado de teléfono y otro equipo de computación para editar sus producciones. Y además recibe apoyo para continuar con el trabajo de capacitación de videastas indígenas.

Pero las injusticias de la Cdi con Esperanza fueron más, pues la dependencia se quedó con videos que la mujer yaqui había realizado y no pudo copiar para su acervo. Incluso un joven ex funcionario de esa instancia federal se tituló con el video de Molina Migración, mal necesario en Sonora, el cual hizo mediante varios viajes a la frontera durante un año.

Por eso ella dice que también es ''licenciada en comunicación", pues su trabajo fue avalado por el jurado universitario que calificó a ese joven, de quien se guarda su nombre y al que no ha denunciado porque le da ''lástima" que le vayan a quitar su título profesional.

Clonación subversiva

Otro reto de Esperanza es aclarar las confusiones existentes en algunas comunidades, muchas de ellas promovidas por sus adversarios mestizos e indígenas, acerca de que la videasta y sus compañeros lucran con su trabajo de documentación audiovisual. Inclusive una de sus alumnas, María Gertrudis Valenzuela, fue demandada por habitantes del pueblo de Masiaca, por ''hacer negocio" con un video trabajado ahí.

En compañía de indígenas yaquis y pápagos, Esperanza Molina cruza la frontera con Estados Unidos dos veces al año, para acudir a ceremonias con sus homólogos de ese país y llevar las danzas del pascola y el venado.

La capacidad de contactos de la videoasta Molina, y también por su carisma, le han ganado la cercanía de personajes como el cineasta chicano Luis Valdez (La bamba), profesores de la Universidad de Harvard o productores independientes de ese país.

Ellos la han entrevistado, indagado acerca de su particular manera de hacer los guiones o han copiado materiales suyos, pero la creadora nunca les ha aceptado dinero sino equipo de video y materiales. Le han dicho que conserve su estilo personal de crear y que continué haciendo sus videos, que algún día será recompensada por ese trabajo.

Desde hace casi un año, su movimiento social y cultural creó de manera formal la Fundación Mujeres de Esperanza, con la que la activista y creadora sigue su trabajo y en la que se aglutinan más de 300 integrantes yaquis, mayos, guarijíos, pimas y pápagos.

Cada octubre realizan un encuentro estatal en comunidades diferentes, para que la gente, sobre todo mujeres, ''vean la magnitud de nuestra organización y se animen a inconformarse como nosotras". En El Sarmiento Yaqui, agrega, se está generando otra mentalidad, no machista. ''Me dicen que cloné compañeras porque en varias comunidades las mujeres ya saltan y no se dejan".

Esperanza Molina prepara el video Yaquis más allá de la frontera, el cual implica varios retos, porque será trilingüe: español, inglés y yaqui, y deberá hacer entrevistas en Estados Unidos y México. Aparte, como en todos los videos anteriores, ella tiene que ser la guionista, la camarógrafa, la investigadora, la entrevistadora, la editora, la traductora.

El sábado 17, participó en un foro de videastas en la Cumbre Tajín, en Veracruz.

 
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