Usted está aquí: viernes 23 de marzo de 2007 Política Sin derechos, 26 millones de asalariados

Sin derechos, 26 millones de asalariados

Patricia Muñoz Ríos

Más de 26 millones 700 mil trabajadores en el país laboran sin tener prestaciones; carecen de pensión, jubilación, aguinaldo, servicio médico y otros beneficios, revela un informe del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), denominado "El despojo a los explotados".

Señala que en cuatro sexenios los trabajadores perdieron prestaciones fundamentales incluidas tanto en los contratos colectivos como en la Ley Federal del Trabajo. Indica que el número de personas a quienes no se respetan sus derechos laborales y perciben un magro sueldo, se incrementó exponencialmente en el periodo referido, al pasar de 5 millones 500 mil a más de 26 millones. Es decir, la cifra se elevó en más de 386 ciento.

El Reporte número 71 del CAM, elaborado por los analistas Luis Lozano Arredondo, Elizabeth Arriaga Arroyo y David Lozano Tovar, plantea que 60 por ciento del total de trabajadores económicamente activos carece de prestaciones; la mayoría no recibe estos beneficios y lo grave es que esta tendencia "no ha concluido, día a día se incrementa el ejército" de asalariados sin derechos laborales.

Se están perdiendo los beneficios que histórica y socialmente conquistó el sector laboral durante los siglos XVIII, XIX y XX, y esto es parte del costo que han pagado los obreros por las políticas neoliberales impuestas a los "modernos esclavos asalariados" en 25 años.

El análisis señala que sólo durante el gobierno de Vicente Fox el número de trabajadores sin prestaciones aumentó en 4 millones 63 mil personas.

En México, agrega el CAM, los empresarios han impuesto nuevas formas legales e ilegales de explotación; se trata de un "despojo absoluto a los derechos laborales y sociales", y esto redunda en el deterioro de la calidad de vida, la restricción cualitativa y cuantitativa del consumo de alimentos, el descenso en las posibilidades de educación, salud y transporte de calidad, y la situación se agrava si se suma el aumento del desempleo, el empleo precario e informal, la migración y la desintegración familiar.

 
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