Usted está aquí: domingo 25 de marzo de 2007 Cultura Trabaja Rafael Cauduro imagen plástica de los 7 delitos capitales

El pintor ultima en el taller de Siqueiros un mural destinado a la Suprema Corte

Trabaja Rafael Cauduro imagen plástica de los 7 delitos capitales

El crimen se ha apoderado de nuestras conciencias y se ha metido en nuestra bestialidad, afirma

Tortura, burocratismo, violación, secuestro, represión, encarcelamiento injusto y homicidio, los temas

ARTURO JIMENEZ ENVIADO

Ampliar la imagen Rafael Cauduro y un fragmento del mural que elabora en La Tallera de Cuernavaca Foto: Yazmín Ortega Cortés

Cuernavaca, Mor., 24 de marzo. Al interior de una jaula de tablaroca y ventanas de cristal, Rafael Cauduro dice: "Pero luego me avientan cacahuates", como en un zoológico.

Aunque se sabe que el artista plástico bromea, las miradas se dirigen a las ventanas hechas en dos paredes falsas que forman una escuadra y que, con las dos paredes verdaderas, completan un cuadrado.

Así, en ese aislamiento creativo, el público puede observar el trabajo del muralista y sus colaboradores, sin molestarlos. Los artistas están ahí desde fines del año pasado, y continuarán al menos hasta diciembre próximo.

Pero, ¿en qué se empeñan que los obliga a ocupar casi toda la sala principal de La Tallera? Sobre varios paneles de lona y estructuras de metal, y mediante pinturas al óleo y fibra de vidrio, crean el enorme mural transportable Los siete crímenes mayores.

El espíritu de Siqueiros

La Tallera fue la casa-estudio donde David Alfaro Siqueiros pasó la última etapa de su vida. Lo concibió como un gran taller, "el primero en el mundo", para impulsar el muralismo.

Ahora, en ese espíritu, Cauduro trabaja en unos murales que le encargó la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Serán colocados en las paredes del recinto, en la ciudad de México. La Corte, en realidad, le había pedido una obra sobre "la historia de la justicia en México".

Sin embargo, el pintor reflexionó, investigó y decidió hacerle a los ministros una "contrapropuesta" temática. Ella abarca la tortura, los procesos burocráticos viciados, la violación, el secuestro, la represión, el encarcelamiento y el homicidio, "el más puro de todos los crímenes".

El muralista argumentó: "Abordo la justicia desde la perspectiva de sus limitaciones, fallas, omisiones y problemas no resueltos. Es decir, de todo aquello que nos hace seguir buscándola y exigiéndola. Así que aposté por algo diferente, antagónico incluso. Trabajé la contraparte y el por qué de la justicia: el crimen".

Hoy, agregó, en México y en el resto del mundo "el crimen se ha apoderado de nuestras conciencias y se ha metido cada vez más en nuestra bestialidad".

Del tzompantli a la represión

El proyecto fue aprobado y apoyado. Y allí están ahora Rafael Cauduro y su gente, en La Tallera de Siqueiros, empeñados en darle una dimensión estética a la violencia, la impunidad, la injusticia.

En ese espacio, que dirige Alberto Vadas Kuhn, el artista trabaja de día y le roba horas a la noche con una pasión que, comparte, va in crescendo.

Los paneles de la obra serán montados en las paredes de tres niveles del edificio de la Corte, en la escalinata. "La estructura de la escalera me permitió acentuar conceptos como ascender y descender en una mecánica elíptica, y nos ofreció tres niveles para su uso conceptual, el cual manejé como la relación inframundo, tierra y cielo."

El sótano de la Corte albergará un tzompantli con unas 200 calaveras, hechas con fibra de vidrio y cada una diferente en su presunto deterioro y anatomía. En ese mismo nivel estarán los murales titulados Procesos burocráticos viciados y Tortura para declaración.

Más arriba estarán los murales referidos a Homicidio, Violación y Secuestro. Y en el nivel superior, Cárceles y Represión. Se agregan además cuatro muros para complementar el planteamiento plástico.

Los siete crímenes mayores son parte de un proyecto más amplio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pues en total serán cuatro obras murales de cuatro artistas diferentes.

Hace unos meses, por necesidades ajenas al arte, el cambio de ministro presidente de la Suprema Corte, una parte del mural fue "inaugurado". Sucede que ninguna de las secciones ha sido concluida del todo. La obra le sigue exigiendo modificaciones a Cauduro.

 
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