Usted está aquí: domingo 25 de marzo de 2007 Opinión Nada grande se crea sin pasión

Adolfo Sánchez Vázquez

Nada grande se crea sin pasión

Estimados amigos, profesores y estudiantes de esta Facultad, aunque lamentablemente no podré estar con ustedes en la presentación de mi último libro, quisiera estar presente con estas breves palabras.

Las primeras, para agradecer de todo corazón a mi amigo y colega Dr. Ambrosio Velasco, director de nuestra Facultad, por su empeño en que mi obra sea publicada y presentada con su participación. Extiendo este agradecimiento a los profesores que también intervienen en esta presentación: Dra. Juliana González, Dr. Federico Alvarez y Mtro. José Luis Valcárcel. Todos ellos se cuentan entre los más antiguos alumnos que tuve en esta Facultad y que con su obra posterior honran a su maestro. Se cuentan, asimismo, con gran satisfacción para mí, entre mis mejores amigos y colegas.

Con respecto al volumen que hoy presentamos -una visión retrospectiva de lo que con mis libros haya podido aportar al acervo filosófico de nuestro tiempo- me permito hacer estas dos observaciones.

Esta obra se hizo durante mi paso de largos años por esta Facultad, y por ella, está vinculada estrechamente a esta institución. Pero, por su naturaleza, al tratar de contribuir con ella a instaurar un mundo social más justo, más igualitario, más libre y más dignamente humano, pretende rebasar nuestro recinto académico.

En esta visión retrospectiva dedico una atención especial a mí obra poética anterior a la filosófica, realizada en mis tiempos juveniles en España y en mis primeros años de exilio en México. Y esta atención se debe a una razón esencial, porque si en la obra filosófica se expresa el hombre con sus ideas, en la poesía se hace presente, no sólo con ellas, sino sobre todo, con sus sentimientos y pasiones. Pues como decía Hegel, cito de memoria, en la historia no se ha hecho nada grande sin pasión.

Por último, agradezco la presencia de los estudiantes en este acto, ya que en la juventud de hoy, hay que depositar principalmente las esperanzas, en que llegue un mundo que ponga fin a las miserias, a la explotación, a todo tipo de discriminación (racial, de género, etcétera), a la abismal desigualdad social y a la amenaza nuclear a la supervivencia misma de la humanidad, en este aberrante mucho capitalista actual.

Muchas gracias a todos los asistentes a este acto.

Marzo 22, de 2007.

Palabras del filósofo en la presentación de su libro Una trayectoria intelectual comprometida, el pasado jueves, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

 
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