Usted está aquí: miércoles 28 de marzo de 2007 Política Con un plan incluyente, busca Menchú remontar

Tiene 4% con miras a la elección en Guatemala

Con un plan incluyente, busca Menchú remontar

BLANCHE PETRICH

Ampliar la imagen Menchú en su reunión ayer con los medios informativos, en un hotel capitalino Foto: Carlos Cisneros

Dos mujeres destacadas de Guatemala hicieron un "pacto de damas" para oxigenar la vida política y "cambiar el país". La dirigente maya Rigoberta Menchú aceptó contender como candidata a la presidencia contra tres políticos tradicionales que le llevan una abrumadora ventaja. Y la diputada Nineth Montenegro, fundadora del partido Encuentro por Guatemala, aceptó prestarle el registro partidista a la premio Nobel y, por su cuenta, enfrentar en las elecciones legislativas al octogenario ultraderechista Efraín Ríos Montt, a quien le disputará el asiento en el Congreso Nacional.

A un mes de haberse lanzado a la arena prelectoral, Menchú tiene apenas 4 por ciento de las preferencias de voto y, según admite, no tiene dinero para la propaganda de su candidatura, que arrancará en mayo. Pero dice estar segura de que con una "campaña de pobres, de trabajo hormiga, de casa en casa", puede convencer a un electorado "indolente y con baja autoestima" a apostar por su proyecto, "que no pretende ser revolucionario sino profundamente reformista".

Este dúo dinámico, que hizo un viaje de 24 horas a México para entrevistarse informalmente con los Cárdenas (Cuauhtémoc y Lázaro), con Beatriz Paredes y "otros amigos", reconoce que enfrentará un reto cuesta arriba. "Guatemala es todavía un país de profundas desigualdades, de exclusión sistemática, en crisis por la corrupción rampante y el narcotráfico. Pero su principal problema es la indiferencia de su población, descreída de los partidos y con baja autoestima", asegura Menchú, quien en los últimos años incursionó también en el mundo de la empresa como dueña de una cadena de farmacias.

En efecto, las encuestas demuestran que Alvaro Colom, que contiende por Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), tiene 32 por ciento de las simpatías de los que anuncian que acudirán a las urnas. El militar retirado Otto Pérez, por el Partido Patriota, tiene 13 por ciento. Alejandro Gianmmetti, de Gran Alianza Nacional (GANA), 5 por ciento, y Menchú, 4 por ciento. Pero 50 por ciento de los ciudadanos adelantan, desde ahora, que no votarán. "Y eso -dice la candidata indígena- es un gran fracaso de la democracia".

Su objetivo es, precisamente, ir por los indecisos de esa gran franja de abstinentes, explica a su vez Nineth Montenegro, una de las figuras históricas en la defensa de los derechos humanos en los años de genocidio y congresista durante tres legislaturas seguidas.

Para definir su proyecto político, Menchú pone el acento en lo incluyente y lo "multisectorial". Explica: "como las heridas de la guerra no están totalmente cerradas, sobre todo en las antiguas zonas de conflicto, eso nos obliga a ser incluyentes. No vamos a entrar en conflicto ni en polémica con quienes se confrontaron en el pasado. No vamos a gobernar sólo para los indios o para las mujeres. Guatemala es pluricultural y diversa. Es de los mayas, los ladinos, los xincas y los garífonas. Y de los hombres, que los tenemos y muy guapos"

Frente a sus arcas vacías, las dos dirigentes viajan en busca de apoyos. Aseguran: "Bienvenidos todos los apoyos, pero siempre serán transparentes. Aquí no va a haber un maletín de dinero secreto. Y si tenemos que hacer cuchuj (cooperacha) entre nosotros, lo haremos."

Prometen ser "duras contra la corrupción." Pero se alejan deliberadamente del discurso anticapitalista o antineoliberal. "No estamos en contra de la riqueza, pero sí vamos a revisar las leyes de tributación (en Guatemala, un país donde los ricos casi no pagan impuestos) y la transparencia en el manejo de los fondos públicos. Y que la gente pobre se beneficie de la economía.", dice Rigoberta.

En el contexto interno, sacudido todavía por las movilizaciones en contra de la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la líder del histórico Grupo de Apoyo Mutuo reconoce que la industria nacional será afectada por el TLC. "No nos queremos limitar a decir si es bueno o es malo. Lo que vamos a hacer es vigilar que sean cabalmente cumplidas las 10 leyes compensadoras que se aprobaron para paliar los efectos negativos".

De su visión de la frontera con México, la candidata a la presidencia reconoció la política de brazos abiertos que tuvo el país para decenas de miles que huyeron, como ella, durante la guerra. Y añadió que para el exilio económico que fluye hacia Estados Unidos, y que necesariamente pasa por México, pedirá un trato digno. "No vamos a permitir que se criminalice al inmigrante".

Sobre el narcotráfico que permea la frontera común, Rigoberta reconoce que "es lo más complicado" para un gobernante y enfrentarlo es lo más peligroso. "Ser valiente para hacerlo es poco, porque se tocan muchos intereses y si sólo se jala un hilo se descuadra todo un tejido de componendas. Pero eso es precisamente lo que vamos a hacer".

En algunos medios se comenta que Rigoberta Menchú optó por hacer este viaje a México justo cuando se esperaba que el presidente de Bolivia, Evo Morales, llegara a Guatemala para asistir a la tercera Cumbre Continental de los Pueblos Indígenas, visita que canceló a última hora. Para el mandatario aymara Menchú no tuvo más que expresiones amables. Recordó la vieja amistad que los une y el largo camino que han recorrido juntos en la promoción del reconocimiento de los derechos indígenas en los foros mundiales desde los años 80. Pero sí rechazó que comparen su candidatura con la de Evo Morales, Hugo Chávez o cualquier otro liderazgo latinoamericano. "Esos son estereotipos que atentan contra la dignidad de los pueblos", concluyó.

 
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