En esa ciudad es mucho más seguro y barato, asegura directora de centro de apoyo
A mujeres mexicanas, 35% de abortos realizados en clínicas de El Paso, Texas
Antes de practicárselo, las pacientes reciben información médica y asistencia sicológica
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En Estados Unidos, el aborto fue legalizado en 1973, y en ese entonces también hubo protestas a favor y en contra, como ocurre actualmente en México
Foto: José Núñez
El Paso, Texas, 30 de marzo. Hasta 35 por ciento de los abortos que se practican en clínicas especializadas de esta ciudad, se realizan a mujeres mexicanas que viajan hasta aquí para someterse a un procedimiento seguro en la interrupción del embarazo no deseado.
Hay incluso mujeres que ingresan en forma ilegal, pagando a un coyote, para llegar a los centros de Reproductive Services Adoption Afiliates, donde se les brinda información médica, orientación y asistencia sicológica antes de ser sometidas al procedimiento clínico en un ambiente tranquilo y seguro.
Tan sólo en uno de dos centros clínicos que funcionan en el condado de El Paso, se practican un promedio de mil 500 a mil 600 abortos anuales. De esa cifra, aproximadamente 560 se realizan a mujeres de México que viajan especialmente a ello, informó Gerri Laster, administradora de la clínica.
La cifra de mexicanas que llegan aquí anualmente en busca de un aborto seguro se duplica, si se toma en cuenta que en El Paso funciona otro centro de este tipo, y tiene más o menos un rango similar en el número de casos que maneja cada año.
Contrario a lo que pudiera pensarse, no sólo las mujeres que tienen recursos económicos pueden llegar hasta aquí para realizarse un aborto. Hay chicas de bajos recursos, que ni siquiera tienen visa de turista, e ingresan en forma ilegal para acudir al centro, porque con todo, el costo del procedimiento es más barato que hacerlo en forma clandestina en México, pero sobre todo, es seguro.
Realizarse un procedimiento de aborto en El Paso, durante el primer trimestre de embarazo -12 semanas- tiene un costo de 460 dólares, equivalente a 5 mil 100 pesos. La cantidad se duplica si el procedimiento se efectúa en la semana 15, el límite máximo que permite la ley en el estado de Texas.
Una mujer que no tiene papeles paga además 270 dólares por un permiso especial que puede tramitar en las oficinas de migración, con una carta que extiende la clínica.
En la ciudad de Chihuahua, un aborto clandestino en el consultorio de un médico o enfermera dedicadas a ello, llega a costar entre 12 mil y 15 mil pesos, sin que nadie se responsabilice del estado de salud de la mujer.
"No sé como le hacen las mujeres de México, pero juntan dinero y llegan hasta aquí para practicarse un aborto. Cuentan muchas historias de las cosas que hicieron allá para buscar una salida a su situación, hasta ir con gente que les recomienda una serie de métodos inseguros", dice la enfermera Romelia Vázquez, mientras muestra las instalaciones del centro clínico.
Gerri Laster, la administradora, señala que el área a la que prestan servicio es muy amplia, y se extiende a varios estados de México, entre ellos, Jalisco, Aguascalientes, Durango, Distrito Federal y, por supuesto, Chihuahua.
"Cuando las mujeres llegan aquí, ya han tomando la decisión de practicarse un aborto", expresa la enfermera Vázquez, en perfecto español. A pesar de ello, la ley texana obliga a realizar una cita telefónica y a someterse a un periodo de espera de 24 horas, para que las pacientes reciban información sobre el procedimiento que se van a realizar y las condiciones legales en que se lleva a cabo. Ese espacio, se supone es de reflexión antes de seguir adelante.
En todo Estados Unidos el aborto se legalizó el 22 de enero de 1973. Las clínicas de El Paso se instalaron en 1977. Con más de 10 años de experiencia en el centro, Romelia y Gerri descartan totalmente que el aborto pueda ser utilizado en determinado momento como un método de control natal.
"No es así. Hay hombres que piensan eso, pero cuando una mujer toma la decisión lo hace por otro tipo de motivos, principalmente porque se enfrenta a una situación que no se siente capaz de manejar adecuadamente, no está casada o no tienen posibilidades de tener un hijo en ese tiempo", expresa Romelia.
Decreció el rechazo
Gerri y Romelia siguen con interés la polémica suscitada en México a raíz de la propuesta de legalizar el aborto en el Distrito Federal. Recuerdan que lo mismo sucedió hace 30 años en Estados Unidos y una vez aprobada, mantuvieron un activismo belicoso en contra de las clínicas, sus trabajadores y las pacientes.
Cuentan que todavía hace diez años, llegar a la clínica de Reproductive Services Adoption Afiliates, ubicada en la calle Yandell y Virgina, muy cerca del centro de El Paso, representaba enfrentar el asedio de grupos de activistas en contra del aborto: abordaban a las mujeres, les daban folletos y rezaban el rosario. En muchas ocasiones intentaron agredir las instalaciones.
Sin embargo hoy eso ha cambiado. Ocasionalmente en la mañana llegan una o dos señoras y permanecen un breve lapso en la acera, pero ya no confrontan a las pacientes como lo hacían antes. Ahora el trabajo cotidiano del centro se realiza con toda normalidad.