Usted está aquí: miércoles 4 de abril de 2007 Opinión Jazz

Jazz

Antonio Malacara

Tres sorpresas y media

LAS COSAS FUERON así, créanlo o no: después de un primer desfallecimiento por malnutrición, la salud del maestro Enrique Nery, grande entre los grandes, se fue agravando paulatinamente. Ingresó a la clínica Londres (asignada por el Sindicato de Músicos) con una insuficiencia renal severa; ahí, lejos de mejorar, el pianista se colapsó, surgió un aneurisma, entró en coma y fue desahuciado. Así nomás.

PERO LOS AMIGOS de Enrique no aceptaron su muerte anunciada y fueron a pedir ayuda al doctor Gustavo Reyes Terán, jefe del servicio de Infectología del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, quien lo trasladó al INER en primera instancia y de ahí al hospital de Nutrición, directo a terapia intensiva. Después de cinco semanas en coma, a su esposa se le ocurrió reforzar la impresionante maquinaria médica y las toneladas de fármacos con un poco de música; la llevó hasta la cama de Enrique y, 24 horas después de las primeras notas, el maestro volvió en sí y hoy está ya preparando la edición de un disco con Iraida Noriega en la voz y Aarón Cruz en contrabajo. Salud.

ESCUCHAR EL PRIMER disco de Alonso Arreola, Música horizontal, es toda una sorpresa, una muy grata sorpresa. Lo conocíamos como articulista y jefe de prensa de Music Frontiers, pero no como bajista y compositor y, caramba, créanme que nos estábamos perdiendo de un gran panóptico en esto de la música contemporánea, porque además su propuesta estética no acuatiza en los mares del jazz, como muchos hubiéramos esperado, sino en una suerte de postrock progresivo con un duro sabor metálico, con agudos filos y armoniosos esquemas de construcción que por momentos, sólo por momentos, flirtean con el jazz.

IMPREGNADOS DE CONTRASTES y vueltas de tuerca, y después de un inicio cuasi medieval, los temas se van hilvanando con crudeza y buen humor, pero siempre meticulosos. Por momentos nos descubrimos pensando en Zappa y Beefheart y Blind Faith y los vientos jarochos, pero nada, Arreola tiene su propio discurso y sus pistas de despegue pueden ser muchas. Muy probablemente éste sea uno de los destinos del metal inteligente, o la inteligencia metálica que experimenta con ciertas dinámicas del rock y el jazz y la música sin etiquetas.

LA TERCERA SORPRESA del mes fue cortesía de Gladys Knight. No, no me inyecto ni consumo brócoli en exceso; la mismísima Gladys de los Pips, quien ganara Grammys a granel y que en los años 70 fuera referente innegable del pop mundial (Midnight Train to Georgia, Neither One of Us, etcétera), ha firmado con la Verve y en su álbum debut como "jazzista", Before Me, incluye temas tan grandes como The Man I Love, Stormy Weather, I Got it Bad y God Bless the Child. Pero lo realmente sorprendente es que, a pesar de su insuperable dejo de pop star, por momentos la Knight se oye muy bien en este disco.

HABRA MIL ASEGUNES, ni hablar, pero Gladys ya puede hablar de que no es solamente una triste ganadora de Grammys, sino que ha sido contratada por la misma casa que en un tiempo albergó las voces de Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan y Nina Simone.

LA SORPRESA DE los trabajadores de Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en huelga, sólo nos llegó a medias, pues ya se veía venir a los sindicalizados de la cultura mexicana protestando por el cambio en el plan de pensiones del ISSSTE promovido por el PRIAN. Esto casi orilló a la suspensión del coloquio Viaje al Fondo del Jazz, programado para los días 14, 21, 27 y 28 de abril en el Museo de Culturas Populares (Hidalgo 289, en Coyoacán). Pero afortunadamente las cosas parecen arregladas y las autoridades del museo nos informan que los planes siguen en pie. Salud.

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