Usted está aquí: jueves 5 de abril de 2007 Capital Fomentará el GDF la formación de cooperativas para atenuar el desempleo

Mirón Lince: más de 16 mil personas ofrecen su trabajo deambulando por la ciudad

Fomentará el GDF la formación de cooperativas para atenuar el desempleo

La política económica nacional agravó este problema, señala el funcionario capitalino

LAURA GOMEZ FLORES

Ampliar la imagen Un nutrido grupo de expertos de los llamados oficios espera por algún trabajo en las afueras de la Catedral Metropolitana, en el Centro Histórico capitalino Foto: Archivo

Las rejas de la Basílica de Guadalupe, los portales de Santo Domingo, la Plaza Garibaldi o algunas calles del Centro Histórico son ya insuficientes para dar cabida a las personas que ofrecen sus servicios como organillero, fotógrafo, mecanógrafo, vendedor de artículos religiosos, boleros, pintores, albañiles, afiladores, plomeros y mariachis, aunque el éxito para conseguir algún trabajo cada día sea casi nulo.

Mientras en las distintas colonias y barrios populares de la ciudad es cada vez más difícil escuchar aquél mítico grito del ropavejero: "ropa usada que vendan", quien cambiaba alguna prenda usada, un mueble descompuesto o desvencijado, por piezas de loza, y que era común verlos en carritos de madera jalados con ayuda de un caballo o burro.

La cultura popular en México, explica el secretario del Trabajo y Fomento al Empleo, Benito Mirón Lince, hizo de estos oficios una tradición, y las personas que se dedicaban a eso, en su mayoría, obtenían ingresos mínimos para su subsistencia, pero mantenían esa costumbre. Sin embargo, ahora el desempleo se ha disparado ante la puesta en práctica de una política económica que favorece a los grandes capitales.

Sus resultados son desfavorables: un incremento de 76 por ciento de los trabajadores no asalariados, que la administración federal define como "emprendedores", para ubicarse en un total de 17 mil 678 personas, quienes ofrecen sus servicios en puestos semifijos o deambulan por las calles de la ciudad en busca de incorporarse en uno de los 18 oficios reconocidos de antaño en la capital.

Y más de 220 mil personas con instrucción primaria, secundaria, técnica y profesional, en su mayoría, en busca de un empleo que les permita salir adelante, antes de "engrosar" las filas del ambulantaje, convertido en la "salida" más utilizada por la gente, ante el cierre de oportunidades en el mercado formal, derivado del cierre de empresas, la edad solicitada o los bajos salarios ofrecidos sin ninguna prestación social.

Así que, desde hace un tiempo, decenas de artesanos, albañiles, hojalateros, pintores, plomeros u hojalateros son parte de la "imagen urbana" de la Catedral Metropolitana, donde con una placa con faltas de ortografía y malhechas ofrecen sus servicios a la gente, mientras que en los portales de Santo Domingo se encuentran los "escribidores", que son mecanógrafos que igual escriben una carta de amor que llenan alguna solicitud de empleo o algún trámite oficial.

El número de personas que se dedican a esas labores sin un ingreso fijo registró su mayor repunte en 2004, cuando se incorporaron 3 mil 609, principalmente, a tareas de cuidado y lavado de vehículos, vendedor de billetes de lotería o tarjetas de teléfono, aseador de calzado, cerrajeros, ayateros, mariachis y a ofrecer publicaciones y revistas, mencionó.

"El problema del desempleo se nos salió de las manos ante la aplicación de una política económica nacional, que favorece a los dueños del dinero; y a que gran parte de las plazas son ocupadas por gente del interior de la República, lo cual no podemos impedir, pues también ellos están necesitados de una oportunidad", reconoció el funcionario, al confiar en que la formación de cooperativas "atenuará" dicha situación.

Se trata, explica, de impulsar proyectos productivos, tomando en cuenta la vocación de los barrios y comunidades, donde el principal capital sea el ser humano y no el dinero, a fin de conjuntar grupos especializados en diversas ramas económicas, quienes recibirán una capacitación previa, pues el ser desempleado no es sinónimo de empresario y garantizar su éxito.

El programa, precisó el funcionario, está dirigido a los desempleados que vivan en el Distrito Federal, dispongan de seis horas diarias durante un mes y medio, de lunes a viernes, tengan mínimo 18 años, sepan leer y escribir, no hayan tomado un curso en la Dirección General de Empleo y Capacitación en el lapso de un año y tengan interés de crear una empresa rentable, que genere sus propias fuentes de empleo.

Los interesados deberán inscribirse en las 16 unidades delegacionales del Servicio de Empleo, donde presentarán dos fotografías tamaño infantil, original y copia de acta de nacimiento, credencial del IFE, CURP, comprobante de domicilio, último comprobante de estudios, para los hombres cartilla militar y responder a una entrevista que se formulará en el lugar de inscripción, indicó Mirón Lince.

 
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