Usted está aquí: sábado 7 de abril de 2007 Sociedad y Justicia Casi nada queda de la narcovecindad

Casi nada queda de la narcovecindad

Tepiteños desalojados se quejan de incumplimiento en dotación de vivienda

AGUSTIN SALGADO

Ampliar la imagen Un elemento de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina vigila uno de los accesos al predio conocido como Tenoch 40 Foto: Agustín Salgado

De los 141 departamentos que existían en el predio Tenoch 40 únicamente quedan seis, dos de los cuales son utilizados como refugio por los 40 granaderos que resguardan el inmueble expropiado.

Ex vecinos de la unidad habitacional denunciaron que la entrega de las nuevas viviendas aún no se concreta. "Las autoridades nos sacaron de nuestras casas sin tener nada listo; han de haber tenido mucha prisa para corrernos", comentó uno de los afectados.

El gobierno capitalino determinó conservar las dos torres que hacían las veces de cisternas para las familias que hasta el pasado 14 de febrero vivían en dicha unidad habitacional, ya que serán aprovechadas para erigir un centro de salud y un parque infantil.

"Yo tenía 13 años de vivir aquí. Fue como a las dos de la mañana que llegaron a decirnos que el predio había sido expropiado y que fuéramos al Instituto de Vivienda del Distrito Federal al día siguiente, para que nos explicaran qué iba a suceder.

"No nos enseñaron ningún documento, sólo nos dijeron que teníamos unos cuantos días para sacar todas nuestras pertenencias", asegura Rosario, quien se dedica a la venta de pilas recargables en un puesto de la calle de Tenochtitlán.

Sobre Jesús Carranza el portón marcado con el número 33 ya fue completamente derribado. Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina colocaron varios tablones a manera de puerta, los cuales están asegurados con cadena y candado.

En la calle de Tenochtitlán la fachada del inmueble aún permanece intocada. Las puertas de las accesorias que funcionaban ya no cuentan con cortinas metálicas, por lo que las autoridades colocaron una malla de alambre, para evitar el acceso de los vecinos.

Nadie que no tenga autorización de la policía puede ingresar al cuarenta.

"Yo vivía con mi esposo en el departamento 204. Fue el 20 de febrero cuando tuvimos que dejar nuestra casa. Ahora mi mamá nos prestó un cuartito que tiene más allá de Indios Verdes. En el Instituto de Vivienda nos prometieron un departamento en Potrero, en Insurgentes Norte 1190, pero todavía no hay nada, ni siquiera obra negra. Nos dicen que en ocho meses nos lo entregan", cuenta Rosario.

Carlos, quien dice haber pasado "toda su vida" en el R 302, relata que ahora se refugia en un "rinconcito" que le prestó un familiar: "Mi sobrino me da permiso de vivir en una cochera. He ido al Instituto de Vivienda a ver lo de mi departamento, pero hasta ahora no hay lugar donde nos ubiquen. Además nos quieren mandar muy lejos. Cambió toda mi vida, he estado pagando transportes y según ellos va a haber departamentos en varios sitios, pero si uno dice: 'está bien, denme mi casa en Potrero', nos mandan para allá y ahí nos dicen que hasta dentro de ocho meses nos lo entregan".

En el terreno de Tenoch 40 ya casi no hay escombros, únicamente unas cuantas piezas de herrería apiladas en el acceso de Jesús Carranza.

El portón de Tenochtitlán fue clausurado desde la madrugada del 14 de febrero. Algunas de las personas que vivían en ese lugar se quejan de que un altar dedicado a la Virgen de Guadalupe, que se encontraba en esta puerta, fue destruido por completo.

En torno a la ayuda para renta que el gobierno capitalino brinda a los desalojados, Rosario explica que el 16 de marzo les fue dado el primer cheque por 2 mil 500 pesos. Sin embargo, para este mes la entrega de dinero se aplazó "sin motivo alguno" hasta el próximo martes 24:

"Nos lo entregan en el Instituto de Vivenda y ahí es donde vemos a nuestros ex vecinos. A veces nos los encontramos aquí, en el barrio, cuando vienen a trabajar. Pero cuando platicamos sobre dónde estamos viviendo, qué es lo que nos han ofrecido, es cuando nos los encontramos allá".

 
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