Usted está aquí: viernes 13 de abril de 2007 Opinión Economia Moral

Economia Moral

Julio Boltvinik

Florecimiento humano: ¿teoría crítica o utopía?/ II

Posibilidad de la teoría crítica (Márkus); funciones del utopismo (Levitas)

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

En la entrega anterior de Economía Moral (06/4/07) presenté el número 23 de Desacatos. Revista de Antropología Social, titulado "De la pobreza al florecimiento humano ¿teoría crítica o utopía?" Reseñé el contenido de la presentación y de la sección Saberes y Razones. Hoy complemento la reseña de los materiales temáticos del número presentando los contenidos de las secciones Testimonios y Legados. En la primera se presenta el ensayo de György Márkus (GM), titulado "Sobre la posibilidad de una teoría crítica"1 (traducción del capítulo 5, y último, de la parte II y última de su libro Language and Production. A Critique of the Pradigms, precedido de mi presentación del mismo).

Dada la dificultad que supone la lectura de un capítulo aislado, sobre todo si es el último, de una obra tan compleja como ésta de GM, resultó necesario que su texto fuese precedido de una presentación. En ella hablo un poco del autor, citando a un ex alumno de Márkus, John Grumley, quien en su introducción al libro Culture and Enlightenment. Essays for György Márkus2 muestra su conocimiento profundo de la obra y de la personalidad de Márkus. Dice, entre muchas otras cosas: "Quiere conjurar la perplejidad, sacudir nuestras preconcepciones y nuestra complacencia, pero finalmente dejarnos un poco más sabios que antes". GM, actualmente profesor emérito de filosofía de la Universidad de Sydney, formó parte del círculo asociado a György Lukács conocido como la Escuela de Budapest. Se exilió de Hungría (junto con Agnes Heller y Ferencz Féher), cuando en 1978 la represión de la que fue víctima durante muchos años, por haberse atrevido a criticar a Marx, afectó directamente a uno de sus hijos.

El grueso de mi presentación es una síntesis de los capítulos 1 a 4 de la parte II de su libro. De esta manera, leyendo la presentación y el ensayo de Márkus, el lector del número 23 de Desacatos tiene acceso a la totalidad de la parte II (la más importante y larga) de Language and Production, libro no disponible en español y agotado en inglés. El lector de Economía Moral ya conoce las ideas de Márkus en esta obra, puesto que en la serie de siete entregas (del 06/10/06 a la del 17/11/06), tituladas "Markus y el paradigma de la producción", reseñé en detalle los contenidos de su parte II. Hoy recuerdo algunas ideas esenciales del final del ensayo traducido en Desacatos.

La "radicalización" del paradigma de la producción que, para superar sus inconsistencias, propone GM, significa partir de los problemas teóricos y las exigencias prácticas del presente para reconstruir las "intenciones originales" de Marx: el significado objetivo de su "ruptura" con tradiciones teóricas anteriores. También significa que la precondición de la posibilidad de la teoría crítica es la realidad empírica "vivida" de necesidades radicales que trascienden, en su contenido, el presente, apuntan hacia una nueva organización social, y condicionan el contenido conceptual de la teoría, puesto que la distinción entre "condiciones materiales" (fuerzas productivas) y "relaciones sociales" sólo se puede trazar en función de dichas necesidades. Las primeras son los elementos sociales que en relación con las necesidades representan una precondición necesaria de la vida humana, una objetividad indiscutible (no valorativa); mientras las segundas (que regulan la reproducción de dichos elementos) pueden ser cambiadas y por ello tiene sentido cuestionarlas. La teoría crítica puede volver imaginable un futuro alternativo, dando así voz a la miseria muda del presente y transformándola en aspiraciones radicales concientes3, sostiene GM. La teoría crítica como atalaya del historicismo radical de la finitud humana, dice GM, al analizar el presente desde el punto de vista de una alternativa de futuro basada en necesidades radicales definidas, ha de probar su carácter universal: su capacidad de conducir la unificación práctica del género humano. Pero en vez de la unicidad del sujeto radical acepta su pluralidad inevitable. Si la pluralidad de valores se plantea como valiosa en si misma, entonces la unidad del género humano ya no se puede pensar ni bajo la categoría de un agente único de transformación radical ni bajo la noción de un consenso alcanzado; se tendría que entender como diálogo ininterrumpido, basado en la solidaridad práctica y la tolerancia creativa, entre diferentes culturas y formas de vida.

GM concluye su obra con reflexiones magistrales sobre la filosofía y sus conceptos básicos: La filosofía sólo puede sobrevivir si se asume como actividad que nos recuerda algo que ya conocemos en la práctica de la vida -el entretejimiento indisoluble de los 'hechos' y las 'reglas' como fundamento incuestionable de la racionalidad humana. El paradigma de la producción sostiene la unidad indisoluble de hechos y reglas en la constitución del mundo vital como realidad material humana. GM aclara que la distinción que tiene sentido hacer no es entre hechos desnudos y reglas desencarnadas derivadas de convenciones, sino entre dos elementos, dos constituyentes de la realidad, ambos constituidos mediante reglas, pero de distinto tipo: reglas 'técnicas' y reglas en sentido estricto sociales, distinción que es siempre relativa al momento histórico, a la situación vital de los sujetos sociales que la trazan. Continúa así: la acción racional sólo es posible si uno puede distinguir, por un lado, entre sus condiciones y los medios disponibles que se han de tomar en cuenta y utilizar, y por el otro, los objetivos y fines que han de elegirse y tratar de alcanzar. Cuando la actividad social deja de ser dirigida por la tradición, cuando su carácter poiético (creativo) se vuelve un problema conciente, surge entonces la tarea de establecer esta distinción de manera sistemática, general y justificada.

En The Concept of Utopia, Ruth Levitas (RL) analiza las ideas de diversos autores en relación con el utopismo, entre ellos: Marx, los socialistas utópicos, Karl Mannheim, Ernst Bloch, Herbert Marcuse y William Morris. En la sección Legados del n° 23 de Desacatos se traduce el capítulo 5: "La educación del deseo: el redescubrimiento de William Morris". RL señala que la relación entre marxismo y utopía también es examinada, como en la obra de Bloch, en las discusiones sobre Morris; que ambos intentaron integrar marxismo y romanticismo, y compartieron el interés en la superación de la alienación y en la centralidad del arte. La obra más conocida de Morris es su novela utópica Noticias de ninguna parte (1890), que pinta una sociedad artesanal desmonetizada, en la cual han sido superadas las separaciones entre el campo y la ciudad y entre trabajo manual e intelectual. "Es mucho más que una ficción reaccionaria y medievalista", sostiene RL. Para Morris la transformación del trabajo (abolir el mercado que lo gobierna, superar su carácter alienado, volverlo placentero y permitir que asuma su papel como el terreno de la autorrealización humana) es el corazón mismo del socialismo. Para Morris como para Bloch, la superación de la alienación involucra al arte; pero mientras Morris, artista creativo, pone el acento en la producción artística, Bloch, crítico cultural, enfatiza el lado receptivo, la experiencia del momento de plenitud. RL relata la rehabilitación de Morris (que vino a contrarrestar los mitos que lo tildaban de burgués o de menchevique antimarxista) comenzó con la publicación de tres libros en la década de los 50 entre los cuales destaca el del brillante historiador (creador del concepto de economía moral) E.P. Thompson (EPT), que atribuye a Morris la enriquecedora síntesis entre marxismo y romanticismo y que califica la novela como una "utopía científica". RL dice que la rehabilitación de Morris implica reivindicar la función utópica: arriesgarse a ir más allá. La edición de 1977 del libro de EPT contiene un postscriptum en el cual debate con la obra sobre Morris de Miguel Abensour. RL distingue la función heurística y axiológica de la utopía de su función sistemática que busca diseñar maquetas detalladas de una sociedad futura y coincide con EPT en que la importancia de Noticias de ninguna parte radica en que corporiza valores alternativos en un modo de vida alternativo, pero cuya función central no es ofrecer un modelo de sociedad sino subvertir el presente. RL cita la idea de Abensour que da título al capítulo: "en una aventura así, el sentido común de la sociedad burguesa cae en desorden y entramos al espacio propio y novedoso de la utopía: la educación del deseo... se trata de enseñarle al deseo a desear, a desear mejor, a desear más y sobre todo a desear de manera distinta" y la complementa: Noticias de ninguna parte "nos invita a experimentar lo que significaría estar en plena posesión de nuestra humanidad"4 RL narra las conclusiones a las que llega EPT: 1) el marxismo tardío apagó la imaginación utópica y recayó en el utilitarismo del crecimiento económico; 2) reivindicar a Morris reivindica al utopismo mismo para que recorra el mundo de nuevo sin vergüenza; 3) el marxismo, reino del conocimiento, y la utopía, reino del deseo, son complementarios, lo que coincide -añade RL- con la idea de Bloch de la corriente caliente (pasión) y la fría (análisis) del marxismo.

La función de la utopía conlleva la postulación de una escala de valores radicalmente distinta que permite un "salto fuera del reino de la necesidad hacia un reino de libertad imaginado en el cual el deseo puede realmente indicar elecciones o imponerse como necesidad", dice EPT citado por RL, quien añade brillantemente que si "la función de la utopía es la educación del deseo, la función de la educación del deseo es la realización de la utopía". RL cita la distinción de Raymond Williams entre utopía (transformación deliberada) y ciencia ficción (transformación surgida de un cambio tecnológico o de las circunstancias).5 Lo que le parece valioso a Williams en la utopía de Morris es, señala, el "reconocimiento del largo proceso de desarrollo de nuevas necesidades, condiciones y relaciones sociales".6 Destaca la conciencia de Morris: "Es imposible construir un esquema para la sociedad del futuro pues nadie puede de verdad sustraerse mentalmente de su propio tiempo". Las obras de EPT y Bloch han debilitado el tradicional rechazo marxista a la utopía. Las funciones educativa y transformadora de soñar, transformación cuyo objetivo es superar la alienación, el papel del arte tanto en prefigurar dicha experiencia (Bloch) como en su realización (Morris) son todas pretensiones de la utopía que si no estuvieran contenidas en el marxismo son al menos compatibles con él y son su complemento indispensable, concluye RL. Levitas y Márkus (la utopía y la teoría crítica) buscan por caminos cercanos el mismo propósito: el florecimiento humano.

1 Se trata de la traducción del capítulo 5 de la parte II ("Sobre el paradigma de la producción. el materialismo marxista y el problema de la constitución del mundo social") del libro de Márkus Language and Production. A Critique of the Pradigms, D.Reidel Publishing Company, Dordrecht, Países Bajos, 1986, 190 pp.

2 Editado por John Grumley, Paul Critteden y Pauline Jonson, Ashgate, Aldershot, Reino Unido, 2002.

3 Hay aquí una gran cercanía con diversas expresiones de Ruth Levitas (véase adelante) sobre el papel del pensamiento utopista. En particular con la "educación del deseo".

4 Son varias las asociaciones con otros elementos discutidos a lo largo del número 23 de Desacatos (además de la ya mencionada respecto a GM): la educación del deseo y el desarrollo de las necesidades son ideas cercanas; la realización humana y el florecimiento humano son conceptos gemelos, y los momentos de plenitud son similares a las experiencias cumbre que Maslow sostiene que todos podemos experimentar y que muestran, en ese momento, lo que es la autorrealización.

5 Se abriría aquí, pero RL no lo hace, el tema del cambio tecnológico y la utopía. El cambio tecnológico derivado de la revolución científico-técnica es elemento central en las posibilidades de superación del trabajo alienado, sin lo cual un elemento negativo central del capitalismo no podría ser superado excepto a costa, como en Morris, de una vuelta a la tecnología preindustrial. (Véase Economía Moral del 06/4/07)

6 Muy interesante que Williams hable del desarrollo de necesidades en Morris y no de la educación del deseo.

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