Usted está aquí: viernes 20 de abril de 2007 Mundo Escuadrones de la muerte vuelven a operar en Bagdad, pese al plan de seguridad

Robert Gates advierte en Irak que el apoyo de EU es irrenunciable, pero no ilimitado

Escuadrones de la muerte vuelven a operar en Bagdad, pese al plan de seguridad

Los constantes ataques acelerarán el regreso de las milicias para proteger a chiítas

PATRICK COCKBURN THE INDEPENDENT

Ampliar la imagen El grupo denominado Al Qaeda en Irak difundió por Internet un video de la ejecución de 20 elementos del ejército y la policía iraquíes Foto: Ap

Bagdad, 19 de abril. Los escuadrones de la muerte están regresando a las calles de Bagdad, pese al plan de seguridad lanzado entre grandes fanfarrias por Estados Unidos hace dos meses.

Mientras los iraquíes sepultaban a 230 personas asesinadas o halladas muertas el miércoles, aparecen signos ominosos de que las milicias chiítas han reanudado sus asesinatos de ojo por ojo. Existe un agudo incremento en el número de cadáveres encontrados con signos de tortura: en los primeros tres días de esta semana fueron hallados 67 cuerpos en dichas condiciones.

Los habitantes de Bagdad, tanto chiítas como sunitas, no se atreven a mover los cuerpos que encuentran en basureros o afuera de sus casas, aunque a veces los cubren con alguna cobija. Un cadáver fue dejado durante días en medio de la principal calle comercial del bastión sunita de Al Adhamiyah, en el este de Bagdad.

Se cree que el occiso fue víctima de un grupo conocido como Al Qaeda en Irak, que ha estado matando a sunitas que pertenecen a otros grupos guerrilleros o que tienen nexos con el gobierno. La gente local asegura que las fuerzas estadunidenses e iraquíes estacionadas en la recién renovada estación de Al Adhamiyah parecen no enterarse de lo que está ocurriendo a su alrededor.

Es muy probable que los milicianos chiítas busquen vengar los recientes y espantosos ataques con bomba, pues la mayoría de las víctimas fueron chiítas. El peor de los atentados, que mató a 127 personas e hirió a 148 en Sadriyah, fue meticulosamente planeado para que la bomba estallara justo cuando autobuses recogían a trabajadores que habían salido de trabajar a las cuatro de la tarde.

Mientras se realizaban los funerales en enormes carpas de duelo en los callejones de Sadriyah, Akram Abdullah, propietario de una tienda de ropa, dijo: "Es una tragedia, la devastación cubre toda el área. Es como si un volcán hubiera hecho erupción aquí. Cuerpos calcinados todavía están dentro de automóviles destrozados y retorcidos, algunos coches aún están cubiertos de ceniza".

Los ataques seguramente acelerarán el regreso del Ejército del Mehdi a zonas chiítas para dar protección. Su líder, el clérigo nacionalista Moqtada Sadr había convencido a la milicia de no actuar para permitir el despliegue del plan de seguridad estadunidense-iraquí lanzado el pasado 14 de febrero. Cuando soldados iraquíes y estadunidenses entraron el miércoles a Sadriyah tras el atentado, fueron recibidos a pedradas e insultos.

La tregua de la milicia del Ejército del Mehdi, si bien nunca fue total, podría ahora tocar a su fin porque se encuentra ante una escalada de la violencia por parte de insurgentes sunitas.

Un aterrador video publicado en Internet por un grupo vinculado a Al Qaeda muestra a hombres armados y enmascarados ejecutando de un disparo en la nuca a 20 hombres secuestrados, todos ellos policías y soldados. El grupo ha exigido la liberación de todas las mujeres presas por el gobierno.

Este jueves hubo otro atentado suicida en Bagdad que mató al menos a 12 personas, en el distrito mayoritariamente chiíta de Karradah, a menos de medio kilómetro de distancia del muy resguardado hogar del presidente iraquí, Jalal Talabani.

Horas más tarde, el secretario de Defensa estadunidense, Robert Gates, llegó en una visita sorpresa para decirle a los líderes iraquíes que el compromiso que Estados Unidos adquirió con ellos es irrenunciable pero no ilimitado.

El plan de seguridad estadunidense nunca tuvo ni los elementos políticos ni militares esenciales para el éxito. Debió haber alentado a más grupos iraquíes a entrar al proceso político, de manera que la violencia dejara de ser opción. De hecho, se hizo lo contrario. Estados Unidos ha estado presionando al gobierno del primer ministro Nuri Maliki para que éste rompa con Sadr, quien tiene muchos seguidores entre la mayoritaria comunidad chiíta de Irak.

Sadr retiró a sus seis ministros del gobierno esta semana con el argumento de que Maliki no cumplió su promesa de definir una fecha para el retiro de las tropas estadunidenses. Pero los seguidores de Sadr también están enfurecidos porque el ejército estadunidense y los soldados gubernamentales iraquíes han arrestado a 800 de sus hombres, incluido Shaikh Qais Khazali, uno de sus líderes.

Por ello, se ha informado que Sadr cree que el primer ministro ha traicionado el acuerdo que se tenía de no perseguir al Ejército del Mehdi, si sus miembros no combatían.

El creciente número de personas que están siendo ejecutadas desde que el gobierno iraquí reinstauró la pena de muerte en 2004 es condenada en un nuevo informe del grupo defensor de Derechos Humanos, Amnistía Internacional. El documento afirma que han sido sentenciadas 270 y más de 100 han sido ejecutadas, casi todas desde principios de 2006.

El reporte indica también que muchos de los que han confesado haber incurrido en ofensas capitales han sido torturados para obtener declaraciones falsas durante su detención.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca

 
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