Usted está aquí: sábado 21 de abril de 2007 Cultura Detalla un libro los avances en la exploración de centro mexica

López Luján presentó su obra La Casa de las Aguilas

Detalla un libro los avances en la exploración de centro mexica

ANA MONICA RODRIGUEZ

Sede ritual de los soberanos mexicas, la Casa de las Aguilas continuará arrojando información tras las excavaciones que realizarán arqueólogos, en los próximos meses, bajo la calle Justo Sierra, Centro Histórico, donde permanece oculta e inexpugnable la mitad de la extensión de ese edificio prehispánico.

Así lo explicó el arqueólogo Leonardo López Luján tras la presentación de los dos tomos que integran su obra La Casa de las Aguilas I y II. Un ejemplo de la arquitectura religiosa de Tenochtitlán, coeditado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Fondo de Cultura Económica y la Universidad de Harvard.

En dichos volúmenes, el especialista reunió 17 años (1980-1997) de un detallado trabajo de investigación de campo y laboratorio realizados en torno al edificio adjunto a la pirámide principal del centro ceremonial de Tenochtitlán, en el cual sólo se excavó 50 por cierto.

El trabajo que pormenoriza y ejemplifica con abundantes ilustraciones la Casa de las Aguilas -o Casa de la Muerte, según define Eduardo Matos Moctezuma- detalla los innumerables hallazgos realizados por el equipo encabezado por López Luján y que quedaron plasmados en la obra presentada esta semana en el Museo Nacional de Antropología.

López Luján, también coordinador del Proyecto Templo Mayor, explica el objetivo de su trabajo: ''La investigación se centró en el segundo edificio más importante que haya sido excavado dentro de la ciudad mexica y cuyo fin consistió en descifrar para qué se usaba esa construcción".

La Casa de las Aguilas, refiere el especialista, ''era importante dentro de la vida de los monarca aztecas, porque se usaba en el primero y último ritual que enmarcaba el reinado del máximo gobernante de esa sociedad".

Prosiguió: ''Cuando el rey fallecía su cadáver era velado en ese lugar durante cuatro días y sus noches antes de ser cremado al pie del Templo Mayor".

El gobernante sucesor, ''previo a su entronización, hacía penitencia y autosacrificio durante cuatro días y sus noches para asumir el trono", agregó.

Sobre el colosal monolito de Tlatecuhtli, hallado en el predio de Las Ajaracas, el investigador explicó, que el movimiento y traslado de la gran piedra a un soporte metálico se realizará en un lapso no mayor de ocho semanas, para luego ser restaurado.

Entre las labores realizadas en la recién iniciada séptima temporada de campo en la zona arqueológica, López Luján destacó lo aventajado de los trabajos en el plano computarizado -elaborado junto con especialistas japoneses-, los estudios con radar y la calca de las pinturas murales.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.