Usted está aquí: miércoles 25 de abril de 2007 Capital La derecha abandona antes de tiempo el campo de batalla

Sus seguidores no esperaron la decisión de la ALDF

La derecha abandona antes de tiempo el campo de batalla

ROSA ELVIRA VARGAS

No se sabe si fue por consigna o por cansancio, pero los seguidores de la causa antiaborto entregaron la plaza. Antes de las cuatro de la tarde, y cuando en la Asamblea Legislativa aún faltaban muchas horas para la votación decisiva, simplemente se fueron. Abandonaron su acera en el cruce de Bolívar y Tacuba. Entonces se produjo el anticlímax, pues quienes se habían congregado también ahí para apoyar la iniciativa sobre despenalización quedaron sin antagonistas, y la policía, sin materia de trabajo.

Terminaba así un duelo de denuestos y mentadas que se prolongó más de seis horas. Sin punto de contacto, en algunos momentos el aborto fue este martes otra expresión de la acendrada pugna política entre izquierda y derecha. Entre quienes votaron por Andrés López Obrador y aquellos que lo rechazaron. A medida que la tensión y los insultos crecían, nuevas filas de policías y granaderos desarmados se interponían entre los bandos. De ahí no pasó.

Sin embargo, los militantes del PAN y de un sinfín de membretes que recurrieron a variadas formas del horror gráfico y vociferante para defender su causa "por la vida", no se fueron con las manos vacías.

Sus anunciados y bien patrocinados amagos de realizar la gran protesta para impedir "el crimen" de los asambleístas, tenía como único objetivo alcanzar un alto registro mediático. Y bien que lo tuvieron.

Buscaron que se consignara la imagen del feto y de la máscara macabra, de los carteles lapidarios, de la mujer embarazada que llevaba en su panza una leyenda de rechazo al aborto; que las grabadoras llevaran la rola de los roqueros y cristianos que se pasaron la noche frente a la Asamblea Legislativa y desmayaban con su "¡Sí a la vida, no al aborto!", mientras a unos metros desde potentes bocinas se reproducía, imparable, el agudo llanto de un bebé.

Por eso, en dos gigantes mantas agradecían a Tv Azteca y a Televisa su "apoyo a los niños" en el Juguetón, a la televisora del Ajusco, y en el Teletón, a la de Chapultepec; pero les suplicaban su apoyo, porque hoy, "¡los niños que deben nacer les necesitan!"

En la acera de enfrente tampoco estaban mudos. Y lo mismo exhibían su ingenio en carteles -como el que surgió cuando alguien les hizo creer que ya habían quedado excomulgados- y solicitaba: "Pido me rembolsen lo que pagué para hacer mi primera comunión". Y aunque también se desgañitaban gritándoles a sus oponentes que ellos sí eran herejes, hilvanaban consignas apresuradas contra la Iglesia: "¡Fuera sus rosarios de nuestros ovarios!", y lanzaban toda clase de lindezas a la jerarquía católica, con Norberto Rivera a la cabeza, y no dejaban atrás al propio Felipe Calderón.

Para quienes se mostraban renuentes a retirarse de la escena del delirio, los que transmitieron la orden de retiro inventaron que les habían llegado rumores del inminente arribo a ese cruce de los militantes del PRD instalados en el Hemicilo a Juárez. Y recomendaban mejor irse ya, porque, era obvio -¡oh, descubrimiento!-, la iniciativa de despenalización sería aprobada.

Ramón Ambia Medina, ingeniero civil de 53 años y quien desde hce años milita en el PAN del Distrito Federal, no obedeció; desestinó el rumor, y se quedó solo. Entonces, por un momento fue el hombre más cuidado de toda la ciudad, pues las cuatro hileras de policías instalados para interponerse entre los militantes de uno y otro bando lo tuvieron sólo a él como la parte opositora.

En seguida los uniformados recibieron la orden de retirarse, y el panista, como todo un mártir de la causa, se lanzó contra los defensores de la despenalización. ¡Y la que se le armó! De "provocador" no lo bajaban y entonces sí, el mismísimo subsecretario de Seguridad Pública, Luis Rosales Gamboa, entró a su rescate.

Pero en toda esa jornada, el líder de Provida, Jorge Serrano Limón, no apareció. Se supo que nadie en la asamblea respondió a su interés por asistir a la sesión, y optó por orar y rezar un rosario en la Catedral Metropolitana.

Quienes más cerca pudieron estar de la sede legislativa, porque a decir de un jefe policiaco llegaron "como troyanos" desde la noche del lunes, fueron los jóvenes de La Casa sobre la Roca, los cuales quedaron enrejados. Entre llantos y rezos, cantos religiosos y expresiones en "lenguas provenientes del espíritu santo" pasaron la madrugada, y ayer la lucían exhaustos. También se fueron mucho antes de que se diera el resolutivo.

En contraste, en el Hemiciclo a Juárez, cientos de militantes del PRD y del partido Alternativa acataban otra consigna: apoyar con música, discursos y banderas, pero sin moverse de ahí. Recibirían, se les dijo, audio y señal de la sesión. Y los tuvieron sólo en fragmentos.

 
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