Usted está aquí: jueves 26 de abril de 2007 Sociedad y Justicia El gobierno perdió el manejo soberano de la política económica: Arturo Huerta

El Banco de México está sometido al poder financiero, advierte el académico

El gobierno perdió el manejo soberano de la política económica: Arturo Huerta

JUAN ANTONIO ZUÑIGA

El gobierno mexicano ha perdido el manejo soberano de la política económica al privilegiar la estabilidad sobre la satisfacción de las necesidades de la población, afirmó Arturo Huerta González, catedrático de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La política económica dejó de satisfacer los objetivos de crecimiento y concentró sus propósitos en la estabilidad, por medio de la aplicación de medidas restrictivas en tasas de interés, tipo de cambio y liquidez, principalmente en los ámbitos monetario y fiscal, explicó ante legisladores de todos los partidos políticos representados en la Cámara de Diputados.

El Banco de México, enfatizó, perdió el manejo de la política monetaria ante el poder financiero y limitó, con la aprobación del Congreso de la Unión, sus funciones a buscar con los medios a su alcance la estabilidad de precios, y para ello aplica medidas que restringen la liquidez, es decir, el dinero, factor fundamental con el que se inicia el proceso productivo.

Arturo Huerta, quien presentó en la Cámara de Diputados su más reciente libro, Por qué no crece la economía y cómo puede crecer, expuso que la debilidad del Banco de México frente al poder financiero es evidente. "Ahora vemos a un pobre gobernador del banco central que implora a la banca que baje sus comisiones", ejemplificó. La estructura del sistema bancario, apuntó, es claramente oligopólica, en la que sólo cuatro bancos determinan con su influencia las tendencias predominantes en el mercado.

En tanto, el tipo de cambio se ha mantenido sobrevaluado con un efecto inmediato sobre el nivel de las importaciones, que compiten ventajosamente en el mercado interno con la industria establecida en el país, el consecuente aumento del desempleo y la reducción en el número de trabajadores que cotizan en el sistema de pensiones.

Por su parte, agregó, desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari la disciplina fiscal se instrumentó mediante dos vías: la contracción del gasto público y la privatización de empresas públicas cuyos ingresos se destinaron al pago de una deuda pública en ascenso. Así, planteó, el endeudamiento público se ha incrementado como resultado de una política de estabilización que ha profundizado el atraso del país.

"México -manifestó- es hoy más subdesarrollado que en 1980. El sector industrial, que hace 27 años aportaba 28 por ciento del valor anual de la producción nacional, se redujo a 16 por ciento en la actualidad; mientras la participación del sector agropecuario disminuyó su participación de 8 a 4 por ciento del producto interno bruto".

¿Cuáles son los equilibrios alcanzados entonces sin las remesas que envían los trabajadores mexicanos en el exterior, sin las exportaciones petroleras y sin la inversión extranjera directa? -se preguntó. El doctor en economía por la UNAM consideró que esos factores parecen "estar llegando a su límite" y no dejó de apuntar que los ingresos obtenidos por remesas están en descenso, así como también los procedentes de la exportación de petróleo crudo. "La estabilidad es precaria", precisó.

La política económica aplicada en los últimos años ha respondido al sector hegemónico, que es el financiero, pero esto también tiene límites y ahora es imprescindible poner la producción y el pleno empleo en el centro de la política económica. El problema, sostuvo, "no es la inflación. Es la baja producción y el desempleo".

 
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