Usted está aquí: jueves 3 de mayo de 2007 Cultura Rodrigo Moya recupera su oficio ante el interés de académicos por su obra

Presentaron ensayo de Alberto del Castillo alrededor del fotoperiodista

Rodrigo Moya recupera su oficio ante el interés de académicos por su obra

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ante el interés que en los años recientes ha generado su obra entre académicos y especialistas, Rodrigo Moya se siente ''un poco anonadado, siento que es otro el personaje del que hablan, que soy un fantasma u otro Rodrigo Moya, que no soy yo quien tomó esas fotos que han merecido la atención de los investigadores".

El fotógrafo sostuvo lo anterior durante la presentación del libro Rodrigo Moya: una visión crítica de la modernidad, ensayo de Alberto del Castillo Troncoso en torno a su trabajo fotoperiodístico.

Recordó que se retiró del oficio hace casi 40 años, pero el interés de los investigadores lo ha llevado a recuperarla: ''Estoy aprendiendo fotografía como la aprendí hace 50 años, me siento un aprendiz, pero con otra visión, en otro entorno. Toda esta relación con los investigadores es una enseñanza que me ha prestado una segunda existencia, muy distinta a la del que hizo aquellas fotos.

''Estoy buceando dentro de mi archivo casi como dentro del mar; más que un pantano es un laberinto, pero no alcanzo a discernir yo mismo lo que hice y quién fui. Es un conflicto que quizá escapa a esta charla, pero me enfrento a otro yo, a otro Rodrigo Moya que era un fotógrafo que otros lo están viendo y que yo también lo estoy descubriendo apenas."

El acto tuvo lugar hace unos días en el auditorio del Instituto Mora. Los comentarios estuvieron a cargo de las académicas Laura González, Rebeca Monroy y el propio Del Castillo. El libro, de pequeño formato, fue publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA).

Nuevas vías de interpretación

Laura González dijo que ''los méritos de estas 25 cuartillas y 30 imágenes tienen que ver con abrir nuevas vías de interpretación, tanto del fotoperiodismo de Moya como del que se hizo en el país en aquellos años (décadas de los 50 y 60)."

Este libro, aseguró, se suma a la indagación que en su momento llevaron a cabo Alfonso Morales y Juan Manuel Aurrecoechea, con Rodrigo Moya: foto insurrecta.

No obstante, González señaló algunas debilidades del volumen que -dijo- tienen que ver más con el concepto editorial que con la voluntad de Moya y Del Castillo. Son las mismas ''debilidades de toda la serie de Círculos del Arte" que edita el CNCA: mal diseño y con una desvinculación entre texto e imagen.

A Rebeca Monroy, en cambio, le pareció un producto ''de una gran calidad", en que el binomio Moya-Del Castillo presentan sus respectivos materiales ''de una manera muy afortunada".

Del Castillo ''contextualiza la obra de Moya y advierte el terreno difícil por el que transitó el fotorreportero, y con un cuidadoso análisis alimentó las páginas de esta edición".

En su turno, Del Castillo reconoció la apertura que Moya ha mostrado hacia los estudiosos de sus fotografías, y ''poco a poco va asimilando e incorporando los elementos más diversos que le ofrecen sus interlocutores; reflexiona, matiza, a veces rectifica, pero nunca pontifica. Los resultados están a la vista, en casi 10 años se ha ido tejiendo una obra crítica que valora sus aportaciones".

Del Castillo calificó su libro como ''una obra de divulgación" que en forma sintética presenta ''el perfil de la obra de Moya; se trata de dialogar con un sector más amplio que el de los propios especialistas".

 
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