Usted está aquí: lunes 7 de mayo de 2007 Estados Desaparecerá la playa pública de Palmilla; construirán residencias

Pescadores de Baja California Sur temen perder su trabajo si se cierra el acceso

Desaparecerá la playa pública de Palmilla; construirán residencias

RAYMUNDO LEON CORRESPONSAL

San José del Cabo, BCS, 6 de mayo. La playa pública de Palmilla está a punto de desaparecer para dar paso a la construcción de residencias turísticas con vista al mar que se espera vender a extranjeros, advirtieron miembros de la cooperativa pesquera Punta Palmilla.

En medio de una disputa entre el ayuntamiento de Los Cabos y la inmobiliaria Palmilla San José por mil 448 metros cuadrados en dicha playa -considerada por los lugareños la más bella de la demarcación-, los pescadores Alejandro y Rosario Abaroa afirmaron que lo único que pide su gremio es que se respete su trabajo y no se cierre el acceso al balneario ''porque es el único donde se pueden bañar los niños y las familias sin riesgo de ser arrastradas por el mar''.

Alejandro Abaroa recordó que entre San José del Cabo y Cabo San Lucas hay cinco playas públicas: Costa Azul, Palmilla, El Chileno, Santa María y la del Twin Dolphin (nombre de un hotel en Cabo San Lucas).

Advirtió que en Costa Azul hay ''olas muy fuertes'' y las demás playas públicas están muy lejos de centros urbanos y tienen un horario de operación de ocho de la mañana a las seis de la tarde.

La playa de Palmilla se divide en dos: una zona privada, frente a un complejo turístico que incluye residencias, hotel, condominios y un club de playa, y la pública, que es compartida por pescadores y bañistas.

Los trabajadores del mar advirtieron que nadie puede pasar a la playa privada de Palmilla, porque inmediatamente ''te caen guardias de seguridad''.

Rosario Chalo Abaroa, hermano de Alejandro, contó que hace unos años una persona asesinó con un arma blanca a un guardia y a un turista extranjero porque no lo dejaron pasar, a pesar de que elagaba que estaba en zona federal. ''Hay muchas historias de ese tipo por aquí'', comentó.

En cuanto a la disputa por la playa pública, aseguró que pertenece al ayuntamiento porque así lo quiso el finado Manuel Canseco González, quien era dueño de ese terreno y lo donó a las autoridades municipales, con las cuales los pescadores no han tenido problemas hasta ahora. ''Sólo nos pidieron que nos moviéramos para no golpear a ninguna persona con las lanchas'', señaló.

Agregó que ''de repente'' personal de la inmobiliaria Palmilla San José se apropió del lugar, cerró el acceso a la playa, colocó rocas para dividirla y comenzó a planear la construcción de un muro frente al mar, aparentemente para proteger lo que serían las nuevas residencias turísticas. ''Nos dijeron que ya habían comprado ahí, pero no lo que iba a pasar con nosotros. Nunca nos tomaron en cuenta para nada'', se quejó.

Expuso que después intervino el ayuntamiento y comenzó el pleito por el terreno. Las autoridades municipales reabrieron el acceso a la playa y colocaron unas palapas para los bañistas.

Mencionó que los pescadores simplemente continuaron con la captura de autoconsumo y con los paseos para turistas.

Según la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, parte de la playa Palmilla son terrenos ganados al mar, por lo que justificó la venta de 9 mil 791 metros cuadrados a la inmobiliaria Palmilla San José, en 2005, por 31 millones 577 mil pesos.

El ayuntamiento de Los Cabos reclamó en 2006 que se trató de una venta fraudulenta porque se vendió parte del patrimonio municipal, mil 448 metros cuadrados de una donación total de 5 mil 184 metros cuadrados que el particular Manuel Canseco González hizo al municipio en 1978.

Al respecto, Rosario Abaroa comentó que él llegó a San José del Cabo en 1958 procedente de La Paz, cuando sólo había playa y pescadores en el lugar.

''El mar sí se ha comido algo de terreno desde que Fonatur (Fondo Nacional de Fomento al Turismo) construyó una hilera de piedras sobre el mar, pero hasta donde sé el restaurante Pepe's -cuyo inmueble abandonado está en medio del predio en conflicto- pertenecía a José Liceaga, quien le pagaba una renta al DIF (Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia) municipal; por eso digo que el terreno es del ayuntamiento''.

 
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