Usted está aquí: viernes 11 de mayo de 2007 Ciencias Lámparas del tamaño de un virus iluminarán el nanomundo

Encabeza un mexicano el equipo de la Universidad de Cornell que las fabrica

Lámparas del tamaño de un virus iluminarán el nanomundo

Primero deben superar pruebas sobre su durabilidad y resistencia, advierten investigadores

JOSE GALAN

Un equipo interdisciplinario de investigadores de la Universidad de Cornell, en el estado de Nueva York, en Estados Unidos, encabezado por el estudiante mexicano del doctorado en física aplicada, José M. Morán-Mirabal, fabricó nanolámparas que pueden ayudar a iluminar el nanomundo.

Dichas lámparas están hechas a base de nanofibras emisoras de luz, con dimensiones comparables al tamaño de un virus, y podrían integrarse en dispositivos electrónicos flexibles como biosensores.

Las posibles aplicaciones de esta investigación se encuentran en el campo de los productos electrónicos flexibles, que cada vez se hacen más pequeños.

Además, fuentes luminosas tan localizadas podrían beneficiar también áreas tan diversas como biosensores, microscopía-en-chip, o pantallas planas. Sin embargo, de acuerdo con Harold Craighead, profesor de dicha universidad y responsable del laboratorio, las aplicaciones dependen de la durabilidad y resistencia que estos dispositivos demuestren, pruebas que aún deben realizarse.

El equipo, integrado por expertos en materiales orgánicos y en nanotecnología, creó así uno de los dispositivos orgánicos emisores de luz más pequeños hasta la fecha, elaborado con fibras sintéticas de tan sólo 200 nanómetros de ancho (un nanómetro es aproximadamente una millonésima de milímetro).

Las fibras son tan pequeñas que sus dimensiones son inferiores a la longitud de onda de la luz que emiten. Utilizando la técnica de "electrospinning", los investigadores depositaron fibras de una mezcla del complejo metálico tris-bipiridina de rutenio y el polímero óxido de polietileno sobre electrodos fabricados por foto-litografía.

Miel y panecillos

Al aplicar un voltaje a los electrodos, observaron que las fibras emitían luz naranja -de manera similar a un diminuto bombillo. Esta técnica, afirma Moran-Mirabal, se puede comparar al hecho de verter miel sobre panecillos en una tabla giratoria. Al momento en que se vierte la miel, ésta forma un patrón en espiral sobre el pan, que bajo la noción del "electrospinning" sería el substrato en que se colocarían bajo micropatrón electrones de oro. Y la miel sería la solución que contendría la mezcla del complejo metálico tris-bipiridina de rutenio y el polímero óxido de polietileno en un solvente.

La investigación, publicada en la edición del mes de febrero de la revista científica Nano Letters, fue una colaboración entre nueve investigadores de Cornell, encabezados por el estudiante mexicano del doctorado en física aplicada, y becario Conacyt, José M. Morán-Mirabal.

Incluye, además, a Héctor Abruña, profesor de química y biología-química; George Malliaras, profesor asociado de ingeniería y ciencias de los materiales y director del área de NanoScale de la Universidad de Cornell, y al propio Harold Craighead, profesor de ingeniería y director del Centro de Nanotecnología de Estados Unidos, financiado por la Fundación Nacional de Ciencias.

"Imaginemos que tenemos un foco extremadamente pequeño", explica por su parte Malliaras. "Entonces, lo podemos utilizar para iluminar objetos que, de otra manera, no podrían ser vistos".

 
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