Usted está aquí: domingo 13 de mayo de 2007 Opinión ¿La Fiesta en Paz?

¿La Fiesta en Paz?

Leonardo Páez

"En hombros o en camilla"

Después de 12 años, El Glison vuelve a la México

El andaluz Ignacio Sánchez Mejías, inmortalizado por Lorca

Ampliar la imagen Jorge de Jesús Gleason Jorge de Jesús Gleason Foto: Armando Rosales

HACE ALGUNOS AÑOS, en una conferencia sobre Jorge de Jesús Gleason, concluía que la actual, desde luego, no será recordada como la época de El Glison -que es un torero fuera de época y de serie-, sino como la etapa de mayor irresponsabilidad y ceguera taurina de que se tenga memoria en nuestro país.

TUVIERON EN SUS manos la posibilidad de catapultar el espectáculo de toros hacia alturas inimaginadas y de volver a posicionarlo en los niveles que vivió, pero los metidos a promotores, empresarios, apoderados, figurines del toreo y crítica especializada optaron por escandalizarse, estorbar o, de plano, descalificar el inmenso potencial torero del valentísimo diestro saltillense.

INGENIERO AGRONOMO ZOOTECNISTA, egresado de la Universidad Antonio Narro de Saltillo, charro, jinete y payaso de rodeo, trotamundos incansable, pescador en Alaska y en Mazatlán, buzo, deportista de alto riesgo, autor de un libro de versos (De la mujer, del toro y de la vida), místico laico, conferencista de superación personal, columnista del diario Esto y -nadie es perfecto- orador en las campañas presidenciales de los panistas Diego Fernández de Cevallos y Felipe Calderón Hinojosa, a Jorge de Jesús le quedaron chicos el país y su tradición taurina.

HASTA DONDE TENGO noticia, el único antecedente de El Glison es el matador andaluz Ignacio Sánchez Mejías, inmortal, antes que por sus hazañas en los ruedos -que no fueron pocas-, por el inmenso poema de Lorca, así como por su temeridad, espíritu bohemio y aventurero y sus inclinaciones culturales (fue amigo y promotor de la Generación del 27) y creativas (escribió tres obras de teatro) y por haber sido cronista taurino del diario sevillano La Unión, a donde a veces acudió enfundado en traje de luces para escribir sus crónicas.

PERO A DIFERENCIA de Ignacio, Jorge de Jesús no encontró en su país un ambiente taurino suficientemente sólido para franquear y aprovechar su enorme potencial, su personalidad carismática y su madera de ídolo de multitudes, sino que hubo de enfrentar, además de toros de cualquier procedencia, una legión de empleados mediocres metidos a empresarios, tundemáquinas a sueldo, figurines exquisitos que por ningún motivo aceptaron alternar con él y sus iniciales carencias técnicas que tantas cornadas y fracturas le causaron.

DESPUÉS DE 12 años de ausencia (las dictaduras no se andan con cuentos), El Glison regresa hoy, domingo, a la monumental Plaza México, en la cuarta corrida torista, luego de que el 25 de diciembre de 1995 se le diera la "oportunidad" ante reses de Cerro Viejo y de que la segunda de ese lote lo mandara a la enfermería. Esta tarde, las cosas tampoco serán cómodas para Jorge, quien ahora habrá de estoquear un cuajado encierro de La Joya -con edad y pitones, no como los novillos que en ese coso suelen lidiar los que figuran por aquí y allá. El polémico diestro ya vaticinó que de ahí saldrá "en hombros o en camilla". Sólo en caso de que usted sea un aficionado cuadrado o cardiaco, no vaya a verlo. La emoción, junto con el contundente pronóstico, están garantizadas.

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