Usted está aquí: viernes 18 de mayo de 2007 Opinión Ruta Sonora

Ruta Sonora

Patricia Peñaloza

Kings of Leon, LCD Soundsystem, Muguruza

Ampliar la imagen Imagen de archivo del grupo Kings of Leon durante una actuación en el Salón 21 Imagen de archivo del grupo Kings of Leon durante una actuación en el Salón 21

HOY, DOS DISCOS lejanos entre sí en sonido, pero golpeadores por igual.

KINGS OF LEON. Because of the times. De nada sirvieron las giras, las elogiosas reseñas, los grandes escenarios. Cuando uno escucha este disco, puede notar que los hermanos Followill se la han pasado mal... o quizá sólo su líder Caleb, de voz rasposa y Neil-younguera. El lado egoísta de esto, para quienes les oímos, es que eso les llevó a crear un álbum formidable. Ya no son más "los Strokes con overoles": encorajinados, llenos de diésel y polvo, estos forajidos de Nashville, Tennessee, dejan atrás la alegría campirana de sus agraciados discos previos (Youth and young manhood, de 2003, y Aha shake heartbreak, de 2005), para dar paso a intrincadas y sinceras piezas de rock lejano a la etiqueta, y harta personalidad. Ladrones, "malas mujeres", cadáveres tirados. Sentidos arreglos corales, sonido guitarroso sin distorsión manchada, con cierta reminiscencia a los momentos más vaqueros de The Edge (U2), pero sin copiar: a pesar de su densa vibra, los arreglos, las melodías, fluyen naturales, creativas, tal y como la tristeza y sus lágrimas fluyen y marcan su camino sin que se los pidas. "Clavadez" sabrosa en Knocked up y On call; funk rústico en My party; bajeos a lo Pixies en Charmer, con todo y grititos exasperados; carretera desvencijada con Camaro; estallido bluesy-roquer con Black Thumbnail; una especie de reggae-blues con Ragoo... La paja granjera sigue sin ser sacudida, en cada nota, cada dolor. Y es eso lo que les da credibilidad: mientras varios de su camada se hallan instalados en sus laureles, los Kings of Leon se dejaron agredir por la vida, se pusieron a trabajar... ¡y vaya si crecieron!

LCD SOUNDSYSTEM. Sound of silver. "¡Discazo!", es la palabra que no podían dejar de repetir las neuronas bailadoras de esta escribiente, tras hacerse adictas desde el primer track al electro-disco-postpunk-funk de este combo nacido en la pista cerebral del neoyorkino James Murphy, contenido en un segundo LP delicioso y redondo, cual giro de cadera sobre suelo luminoso. "Deténganse, debe ser un engaño", les dijo el hemisferio derecho. Pero el daño ya era irreversible. Pues aunque el sencillo North American Scum les provocó muecas por parecerse a su anterior hit, Daft Punk is playing at my house, el álbum se fue defendiendo con su seducción maligna (por aquí, ruiditos acid-house; por allá, italo con cencerro) y su lírica burlona. La culpa la tuvo Get innocuous!, que homenajea a Kraftwerk y David Bowie en un mismo plano. Luego, el notar que los sonidos aquí son menos caóticos que los de su debut homónimo (2005), y que las guitarras han sido domadas por los teclados. Las neuronas se van calmando para advertir que el primer disco tenía más chispa, que hay más citas a New Order de lo que parece, que All my friends es enorme, pero es casi Bad de U2 en bailable. Mas no importa, porque la letra de Someone great es tristísima, sobre un amor que muere, y de pronto la mitad de las letras son reflexiones sobre la vida y sus pérdidas... ¿es posible bailar a gusto con eso a cuestas? El jefe de la disquera DFA dice que sí, que bailemos, al son de la plata fría y estática de sus contenidas composiciones, más calculadas que antes, para no sufrir más. Ya serenas, estas neuronas reiteran que les gustó más el debut, pero que con éste no pueden parar de bailar.

Webley, electro-pop, rockabilly

CERRO EL HAYASTAN, pero el rock siempre se abre camino. Así, reabre Dada X para beneplácito de los oscuros, y aparecen nuevos espacios, como el Gran Angular.

VIERNES 18: 1. Jason Webley. De Seattle, este acordeonista canta como Reverend Horton Heat, pero en unza-unza; intenta ser Tom Waits, pero en light, combinado con los Tiger Lillies. Sucio, bohemio. Pasagüero (Motolinia 33, Centro); 22 horas, $80. También el martes 22 en La Bipolar (Malitzin 155, Coyoacán); 23 horas, $50. 2. De Nueva York, el DJ Virus Dub; de acá, el world fusion de UXA Project. Gran Angular (San Jerónimo 40 e Isabel la Católica, Centro). 21 horas, entrada libre. 3. Rock de nueva generación: Pleyance, Jason, Course of teenagers, Stereo Polar, entre otros. Foro Alicia (Cuauhtémoc 91-A, Roma). 18:30 horas, $60. 4. Funk con Atto & The Majestics; indie-rock con Zaratustra; a go gó con Les Tragiques. Plástiko Bar (Monterrey 172, Roma). 21 horas, $50. 5. Caramelos electro-pop con Lady Bombón y Dixybait. Chocolat (Gutenberg 238, Polanco). 21 horas, $50. 6. Tokín Tokón. Más electro-pop con Le Danzen, Post-Pastel, Cats, entre otros. Virreyes (Izazaga 8, Centro). 21 horas, $40.

SABADO 19: 1. Rockabilly copetón con Los Gatos, Los Pardos, Cavernarios, Twin Tones, entre otros. Foro Alicia (dirección citada). 21 horas, $70. 2. Electro con Jacinto Di yeah! y Don Moy. Centro Cultural España (Guatemala 18, Centro). 21 horas, entrada libre.

Fermín Muguruza

EL FESTIVAL Ollin Kan cierra con el legendario y combativo punk-ska-roquer vasco Fermín Muguruza. Hoy, en el Multiforo Cine Tlalpan (San Fernando y Juárez, Centro de Tlalpan); 20 horas, $150. Mañana, en el Bosque de Tlalpan (Camino a Santa Teresa y Zacatépetl, Bosques del Pedregal); 17 horas, sin costo. El domingo, en el Zócalo capitalino, al lado de La Kinky Beat y Banda Bassotti; 14 horas, sin costo.

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