Usted está aquí: jueves 24 de mayo de 2007 Cultura Excepcionales hallazgos en la llamada Serie Inicial del sitio de Chichén Itzá

Fue descubierto un altar enorme en forma de tortuga, indica arqueólogo

Excepcionales hallazgos en la llamada Serie Inicial del sitio de Chichén Itzá

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen Chac Mool y jaguar, esculturas en piedra de Chichén Itzá Chac Mool y jaguar, esculturas en piedra de Chichén Itzá Foto: María Meléndrez Parada

Piste, Yuc. Son varias las sorpresas y los hallazgos excepcionales que ha deparado la exploración e investigación de la Serie Inicial de Chichén Itzá, desde que el equipo encabezado por el arqueólogo Peter Schmidt comenzó allí su trabajo, en 1998.

De entrada, en ese conjunto arquitectónico -ubicado en la zona sur de la poligonal protegida, a un kilómetro de la pirámide de El Castillo-, se encontró un enorme altar circular en forma de tortuga -con cabeza, patas y cola íntegros-, el único de su tipo en todo el área maya.

También allí está el friso más extenso que se ha encontrado hasta la fecha en la zona arqueológica de Chichén Itzá, con más de 20 metros de largo, asombroso no sólo por la hermosura de sus relieves, en el que puede observarse a un personaje central de cuyo pene nacen, en los flancos, dos enredaderas que se ramifican y dan paso a aves, como colibríes y loros, así como a flores, y que después se conectan con otros dos personajes secundarios.

Este enorme mural labrado es sorprendente por su estado de conservación, con casi la totalidad de las piezas íntegras.

Serie Inicial toma su nombre del glifo hallado en un dintel, en el que se señala el comienzo del conteo de la fecha, al que se denomina glifo inicial. Es la única inscripción de su tipo hallada completa en ese sitio prehispánico; antes sólo se habían localizado fragmentos de piezas similares.

El anterior es otro de los aspectos que dota de singularidad y atractivo a este sitio, en el cual se hacían las visitas clandestinas que el personal del hotel Hacienda Chichén Resort ofrecía a sus huéspedes como un plus, sin tener autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y bajo la consideración de que el terreno es propiedad del hotel.

Posible apertura al público en 2008

Tanto el director de la zona como el del Proyecto Arqueológico Chichén, los arqueólogos Eduardo Pérez de Heredia y Peter Schmidt, respectivamente, estudian la posibilidad de abrir este conjunto al público, de manera parcial, a partir de 2008.

''La ventaja de este grupo es que ha estado aislado durante mucho tiempo, y por eso no está maltratado, en términos generales. Es un grupo muy rico. Sí hubo antes excavaciones, pero prácticamente todo quedó sin descubrir'', comenta en entrevista Schmidt, quien suma 30 años de trabajo en esta zona arqueológica.

Integrado por 22 o 23 edificaciones, entre las cuales figuran los templos de los Monos, de los Falos y de los Búhos, se trata de un sitio intermedio en tamaño y también en cuanto al papel que desempeñaba en la ciudad.

''Es un centro suburbano, un grupo residencial de nobleza. Así lo demuestra la entrada, en la que los pobladores destinaron buena cantidad de recursos.''

Plazas, edificios, templos y palacios

El grupo, como todos los de Chichén, está montado sobre una gran terraza de 150 por 125 metros; una muralla lo rodea y se divide en plazas, edificios, templos, palacios. Fuera de la terraza hay un área habitacional para la población que se encargaba de los servicios'', explica Schmidt, especialista de origen alemán.

''Aún falta por investigar una parte en la que pensamos encontrar lo más interesante del conjunto: datos sobre la organización de la vida económica.''

El conjunto de Serie Inicial fue habitado en diversas épocas y se inscribe en la vida cotidiana y la historia de Chichén Itzá, que comenzó su desarrollo urbano en el Clásico tardío, alrededor del año 600 de nuestra era, para convertirse en ciudad en el siglo IX, y de allí comenzó su apogeo.

''Después vino su periodo de decadencia; hay problemas, insurrecciones internas, y cuando el centro de poder se pasa definitivamente a Mayapán (ubicado al sureste de Mérida), Chichén Itzá quedó como lugar sagrado donde se acudía periódicamente para visitar a los ancestros y consultar a los oráculos.

''Fue el centro de peregrinación más importante de la península, algo así como la Meca'', precisa Schmidt.

 
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