Usted está aquí: miércoles 30 de mayo de 2007 Opinión Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Angel Velázquez

La disputa por la presidencia perredista

Frente Político de Izquierda vs Nueva Izquierda

En juego, la posibilidad de que Encinas sea el líder

El primer enfrentamiento bajo los reflectores que escenificarán el Frente Político de Izquierda y Nueva Izquierda, las dos tribus en disputa en el PRD, se dará el próximo jueves en el consejo estatal de ese partido. Lo que está en juego es la posibilidad de llevar a Alejandro Encinas a la presidencia perredista, que tendrá que cambiar en los próximos meses.

Por lo pronto los dos puntos que hicieron fracasar la convocatoria, que no logró quórum el pasado día 26, han sido desechados. Víctor Hugo Círigo, cabeza de los amarillos en la ALDF, no rendirá informe, ni Marcelo Ebrard tomará protesta como miembro del consejo político del partido.

El sábado 26 unos y otros, los de Nueva Izquierda (Círigo) y los de Ebrard, habían preparado un show de rechiflas y mentadas, que tendría como consecuencia la resonancia de otro escándalo en la organización, por lo que decidieron cancelarlo hasta no llegar a un acuerdo.

Así que días después unos y otros entraron en razón, y de la orden del día desaparecieron los motivos de la disputa. Habrá sesiones extraordinarias para dar cabida a la integración del jefe de Gobierno al organismo de decisiones políticas del partido.

Pero eso no es la preocupación de la militancia. El asunto de fondo se llama Servicio Electoral. Ahí es donde se pueden cocinar las más grandes porquerías en una elección interna, y de uno y otro lado existen chefs de gran fama nacional; entonces, es ahí donde de verdad duele.

Y es que las diferencias entre Nueva Izquierda y el Frente Político de Izquierda, que componen la mayor parte de las corrientes actuantes dentro del PRD, tienen horizontes perfectamente bien diferenciados.

Los chuchos, como se conoce a la tribu que en el DF controla René Arce, vienen por todo, y para ese todo requieren un Servicio Electoral a modo, que permita a sus cocineros operar sin la mayor preocupación.

Lo mismo podríamos decir del frente, aunque a decir verdad los propósitos de éstos se distinguen de los de Nueva Izquierda porque en ellos existe la idea de continuar apoyando el gobierno legítimo que encabeza Andrés Manuel López Obrador, mientras para Arce y su grupo el fantasma del entreguismo, como ya se ha podido constatar en muchos discursos y declaraciones, es abandonar a López Obrador para convertirse en comparsas del panismo.

Y en eso va el futuro inmediato del organismo. Nueva Izquierda, aunque no lo ha manifestado abiertamente, no está en favor de que Alejandro Encinas se convierta en presidente del partido. Ahí lo más probable es que se trate de instalar a Jesús Ortega, aunque, repito, no se ha establecido formalmente, quizá porque aún falta tiempo.

En fin, la cosa es que mañana se habrán de enfrentar, en serio, por vez primera y rumbo al futuro, las dos expresiones más importantes del PRD: Nueva Izquierda y el Frente Político de Izquierda, en donde también Marcelo Ebrard tiene puestas muchas de sus esperanzas políticas, hasta ahora inconfesables. Ya veremos de qué lado masca la iguana.

De pasadita

De muy poco o nada servirá al país o a la gente un ombudsman como el señor Soberanes. La controversia que él presentó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como él confesó, no fue consultada con los miembros de su consejo; es decir, sólo lo representa a él y la familia Calderón. Por tanto, debería haber sido desechada. Lo malo es que los consejeros de la institución no han levantado la voz para decir que ellos no están de acuerdo con el presidente de la CNDH y callan, patéticamente, en un afán vergonzoso de complicidad o en esa actitud intolerable de sumisión al poder. Cualquiera que sea la razón, es denigrante para la institución, para el poder político y, sobre todo, para la institución, que junto con el IFE se convierten en la vergüenza de México. ¡Lástima!

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