Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 3 de junio de 2007 Num: 639

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Presencia de Carlos
EDUARDO MILÁN

Sin Ruth y sin Valia
NIKÓLAOS KALAS

Carta abierta a don
Paco Amighetti

RICARDO BADA

Sonata para un hombre bueno
JOSÉ MARÍA PÉREZ GAY

Nosotros te ayudamos
TOMÁS URIARTE

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Cabezalcubo
JORGE MOCH

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


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Eduardo Milán

Presencia de Carlos


Foto: Luis Humberto González/ archivo La Jornada

Hombre amable, hospitalario, extremadamente inteligente y con una bondad natural, entre otras virtudes, Carlos García Tort poseía el don de la indignación, una fuerza que atraía en ciertos contextos intelectuales donde la complacencia con lo que ocurre era mayoritaria y la autocomplacencia un bien común. Carlos la controlaba con eso que, más que un don, es un talento: la paciencia, en él proveniente de una memoria antigua. Corrían los años ochentas, al principio. Era difícil soportar una realidad donde en apariencia "no pasaba nada". Y Carlos, un alérgico a toda forma de prepotencia y de injusticia, era un descontento natural. Esto es normal en un poeta con una sensibilidad agudísima y algo que no necesariamente acompaña al talento. Me refiero a la profundidad, capacidad de internarse como de caer. Y mucho más normal en Carlos que tenía un talento poético fuera de serie. Cuando leí y reseñé El efrit dentro de su botella me llamó poderosamente la atención su fuga de toda forma de retórica, su rechazo a la dicción poética opulenta y dominante. Era muy raro entre sus pares de generación. Y él lo sabía. A esta altura, cuando la perplejidad por su muerte rodea como un ánimo desolador y doloroso, no recuerdo si volví a leer unos poemas inéditos suyos que él me pasó o los estoy inventando en la memoria. Lo que sí sé es que no volví a leer un libro suyo editado. Lástima para mí y pérdida para la poesía latinoamericana.