Usted está aquí: lunes 4 de junio de 2007 Sociedad y Justicia Desbandada masiva de afiliados hace languidecer a las centrales sindicales

CT, CTM, CROM y FSTSE perdieron 2.7 millones de asociados en casi seis años

Desbandada masiva de afiliados hace languidecer a las centrales sindicales

Además de dinero por cuotas, los gremios tienen ahora menos influencia ante gobiernos

PATRICIA MUÑOZ RIOS

Ampliar la imagen Limpieza del busto de Fidel Valázquez Sánchez, en la sede de la CTM Limpieza del busto de Fidel Valázquez Sánchez, en la sede de la CTM Foto: Carlos Cisneros

Las principales centrales obreras del país han registrado una desbandada de agremiados desde hace poco más de seis años, en la cual organizaciones como el Congreso del Trabajo (CT) han perdido más de un millón de afiliados, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) casi 90 mil, y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROM) 95 mil trabajadores.

Otras agrupaciones, como la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), dirigida por Joel Ayala, vio "emigrar" más de un millón y medio de sus agremiados a la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos (Fedessp) por una disputa con la presidenta del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo, por lo que de un padrón de casi 2 millones 400 mil afiliados, se quedó con poco más de 700 mil, es decir, quedó reducida a menos de un tercio.

Un estudio del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e informes de la Dirección General de Registro de Asociaciones de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) dan cuenta de la grave reducción en el número de trabajadores afiliados y detallan que también han desaparecido sindicatos, por ejemplo, la CROM tenía más de 400 y a la fecha le quedan menos de la mitad.

La información plantea que el descenso de trabajadores formales es parte de la nueva realidad de las centrales obreras, así como el incremento de la simulación laboral, ya que ahora es más difícil que se contraten trabajadores con todos los derechos.

Para el CT, la CTM y otras centrales, la desafiliación de trabajadores no sólo significa el desplome considerable de cuotas sindicales, sino lo más importante es que esta situación ha devenido en una reducción importante del poder y la influencia que estas centrales tenían en otros gobiernos, indica.

El estudio La representatividad en el sindicalismo mexicano, elaborado por catedráticos del IIS, señala que sin duda la CTM y el CT representan buena porción de los trabajadores mexicanos; sin embargo, "hay clara evidencia de que estas asociaciones son cada vez más débiles. De la CTM han salido federaciones y sindicatos y en el CT ha habido dos escisiones fuertes y su representatividad ha disminuido de manera drástica".

La estadística oficial de la STPS puntualiza en este sentido que precisamente la CTM en 2000 registraba un millón 101 mil 127 afiliados, y ahora son menos de un millón 12 mil; el CT tenía un millón 964 mil 600 agremiados, número que se redujo hasta alcanzar 951 mil a principios del año pasado y sigue en picada. A su vez, la CROM pasó en el mismo lapso de 176 mil 600 trabajadores a 81 mil.

En el caso de la CROC también se redujo el número de afiliados, ya que a la muerte de su anterior dirigente, Alberto Juárez Blancas, el nombramiento Isaías González provocó que Roberto Ruiz -uno de los posibles sucesores- abandonara la organización y fundara en 2005 su propia central (Confederación Mexicana Sindical), apadrinada por el entonces secretario del Trabajo, Francisco Javier Salazar Sáenz. Así, de más de 900 mil agremiados que tenía esta central, pasó a 754 mil.

Otras organizaciones, como la Confederación Obrera Revolucionaria (COR) y la Central General de Trabajadores (CGT), de plano sufrieron en mayor medida la salida de afiliados, ya que quedaron a menos de la tercera parte que tenían hace seis años.

Según el análisis del IIS, incluido en el libro El sindicalismo en México, de casi 42.8 millones de población económicamente activa (PEA), apenas están sindicalizadas 4.3 millones de personas, es decir, apenas 10 por ciento, el resto o están en la economía informal, trabajan sin prestaciones o bien están desempleados y los menos con un negocio propio.

El informe puntualiza que los sindicalizados en las otrora poderosas centrales obreras han visto desplomarse la influencia que tenían sus organizaciones frente al gobierno en turno y el poder político. La CTM, por ejemplo, que antes tenía poder de negociación e incluso durante décadas ostentó la máxima representatividad del sector laboral, ahora, junto con el descenso de los niveles de sindicalización, también vio reducida su representatividad, asegura.

Expone que desde finales de los años 80, estas agrupaciones dejaron de tener peso en el juego político nacional, sobre todo por su tendencia a hacer el juego a los gobiernos por encima de los intereses de los trabajadores; pero además por la serie de escisiones, pugnas y divisiones que se ha dado entre ellas, y a que perdieron toda su fuerza por la tibieza con que se han manejado en los últimos años frente a las grandes problemáticas del sector y esto se añade el que la política gubernamental se ha encaminado justamente a debilitar más y más al sindicalismo nacional. "Están en extinción estas centrales?" cuestiona el análisis.

 
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