Usted está aquí: miércoles 6 de junio de 2007 Ciencias Leguminosa aumenta sobrevivencia en reserva de mariposa monarca

Investigadores de la Universidad Michoacana y de la UNAM realizan ensayos en la zona

Leguminosa aumenta sobrevivencia en reserva de mariposa monarca

La tamasúchil, importante captadora de nitrógeno, hace las veces de nodriza para alimentar el suelo

ANTONIO AGUILERA LA JORNADA MICHOACAN

Ampliar la imagen Contribuye a la salud de los oyameles, parte de la Biosfera de la Mariposa Monarca Contribuye a la salud de los oyameles, parte de la Biosfera de la Mariposa Monarca Foto: Notimex

Nuevo San Juan Parangaricutiro, 5 de junio. Una planta leguminosa puede ser la base para alcanzar mayor sobrevivencia de los árboles de oyamel en la Biosfera de la Mariposa Monarca, según técnicas desarrolladas por investigadores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los científicos han realizado varios ensayos de restauración ecológica en esa comunidad, donde a partir de la siembra de varias plantas de la leguminosa tamasúchil (Lupinus elegans), que crecen en los alrededores de las plantaciones de oyamel, ha permitido que este árbol -el de mayor presencia en la Biosfera de la Monarca- tenga hasta 30 por ciento más de posibilidades de sobrevivencia, en comparacción con los programas de reforestación que se aplica en esa reserva, que ni siquiera logra índices de 5 por ciento.

El proyecto, liderado por Roberto Lindig Cisneros, se ha aplicado en dos escenarios diferentes: uno en los arenales generados por la ceniza volcánica del Paricutín, en el paraje denominado Mesa de Cutzato, y otro en terrenos agrícolas abandonados y degradados en Tepamal, a dos mil 900 metros de altura, en las cercanías del pico del Tancítaro.

Arnulfo Blanco, uno de los responsables del proyecto y candidato a doctor por el Centro de Investigaciones en Ecosistemas (Cieco), detalló que los suelos del Tepamal tienen bajo rendimiento por la explotación de monocultivos agrícolas a lo largo de 50 años, lo que consumió todos los nutrientes de nitrógeno y fósforo que requieren las tierras fértiles.

"Estos cultivos fueron abandonados y a la comunidad de Nuevo San Juan le interesaba reforestar el área y dieron la oportunidad de realizar aquí un ensayo de especies. Sembramos tres especies diferentes: Pinus pseuodostrobus (el que más produce la comunidad y el de tallos más rectos), Pinus montezumae (de tallo más corto, pero con mayor resistencia a las heladas) y árboles de oyamel, el cual presentó grandes dificultades para ser propagado de manera individual, pero que gracias al trabajo de nodriza que hace el tamasúchil ha crecido de manera benéfica y rápida en este paraje."

El investigador detalló que la sobrexplotación y el cambio de uso de suelo en este paraje provocó la reducción de nutrientes, lo que limitó la productividad del cultivo y la generación natural del bosque por la ausencia de nitrógeno. Con base en ello, los investigadores se dieron a la tarea de buscar una alternativa para aportar nitrógeno a los suelos, recurrieron a las leguminosas y en especial de la tamasúchil, caracterizada por recabar de manera preferencial ese elemento de la atmósfera.

Probados resultados

Los resultados de las investigaciones, detalló Arnulfo Blanco, muestran que con la se ha logrado el crecimiento sostenible de los oyameles, y de los Pinus pseuodostrobus y Pinus montezumae, por lo que el experimento ha probado eficacia para ser aplicado en la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca.

Por otra parte, ayer se entregaron las conclusiones del Encuentro de Investigación sobre Mejoramiento Genético, Restauración Ecológica y Manejo de los Bosques de la Comunidad Indígena de Nuevo San Juan Parangaricutiro.

El doctor Roberto Lindig, que actualmente labora en el Cieco, en su proyecto de restauración ecológica de arenales en la mesa de Cutzato y Llano de Pario, logró la sobrevivencia de los pinos, beneficiados por el acolchado (cobertura con corteza).

Destacó que el crecimiento es satisfactorio si la capa de cenizas es menor a 60 centímetros, si es mayor, la sobrevivencia se reduce.

Diego Pérez Salicrup, también del CIECO, en su trabajo Manejo de bosques y plantaciones, habla sobre el enriquecimiento de plantaciones de Pinus pseudostrobus por el tamasúchil, aunque aclara que debido a la mortalidad natural y periódica de esta última, hay que resembrarlo continuamente.

Importante para las comunidades de aves

Por su parte, Ellen Andresen, quien también es miembro del CIECO, investigó sobre los efectos del manejo forestal en la comunidad de aves, y destacó la importancia de la reforestación para mantener e incrementar las zonas de reserva de estas aves.

Cuauhtémoc Sáenz del Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales, de la UMSNH, concluyó que la mejor procedencia para realizar reforestaciones con Pinus pseudostrobus en Nuevo San Juan, es la fuente de semillas local, preferentemente de poblaciones intermedias, entre 2 mil 200 y 2 mil 500 metros de altitud, particularmente de los rodales de Cerro de Tumbiscatillo (2 mil 400 metros).

Además sugirió utilizar en las reforestaciones Pinus pseudostrobus (de procedencias locales) en los lugares libres de heladas, y Pinus montezumae en los lugares con alto índice de heladas.

Al final, los investigadores sostuvieron que es necesario generar programas estatales y regionales de germoplasma forestal.

 
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